Por goloso

Confieso que conocí a un vecino gordo feo pero un macho de tomo y lomo, quedo conmigo a las nueve de la noche, apenas terminara de trabajar y bañarse iría a verme. Me había mandado fotos de su miembro y era mucho más grande del promedio.

Me puse nervioso, no por ser virgen sino que me había puesto como reto comérmelo todito ese día; sino sería la primera y última vez que lo vea. Y es que una pieza de esas dimensiones no es fácil de encontrar. Es gordo, panzón, a primera vista ni ganas de coger daba. Pasó y le indiqué el cuarto donde sucedería la acción. Me empezó a besar y masajear las nalgas. Se echó boca arriba con las piernas y brazos abiertos y me dijo «hazlo tuyo».

Le baje el pantalón y dejó ver unas piernas regordetas amplias blancas y peludas y un bóxer que ocultaba algo protuberante. Se lo bajé y verdaderamente era gruesota, como de unos veinticuatro cm y empecé a chupárselo con una voracidad que lo excitaba. Empujaba mi cabeza contra esa maravilla para poder comérmela todita haciendo que me ahogara y que luche por quitármelo para poder respirar.

Luego de unos diez minutos aproximadamente de mamada se puso detrás de mí para sopearme el orificio. Jamás me metieron lengua como ese día haciendo que gimiera de placer a la par de darme nalgadas que me excitaba aún más. Luego me di cuenta que lo hizo para dilatar. Y empezó la masacre. Ese cipote tenía que entrar en mí sí o sí y sentí la cabeza entrar con suma facilidad mientras le repetía «por favor, no seas animal». Iniciaba con una cabecita y terminaba con una raíz imposible de soportar muy gruesa. Sentí como me abría cul@ con un dolor que no era soportable pero a la vez placentero. Yo susurraba, por favor, mételo despacio. Quiero ser una más de tus perras. Estaba excitado lo que ayudó a entrar todito. Sentí cuando golpeaba su pelvis contra mis nalgas y el decía. Ya entró CSM, qué rico. Me daba de nalgadas qué hacía que me excitara más y repitiendo. Haz lo que quieras conmigo. Jamás me puse tan en puta como ese día y verdaderamente me hizo sentir y me sentía una perra. Ya no había forma de dar marcha atrás mi cul@ ya no iba a ser igual nunca más y aunque me daba pena pero la exitación era embriagante y solo sentía como ese pedazo de nervio me abría las entrañas con un dolor que estaba dispuesto a soportar. Hasta que me vine como nunca lo había hecho. Con un grito silencioso libidinoso asquerosamente placentero. No me importaba si había un infierno por sentir tanto placer. Yo quería sacármelo pero él aún faltaba venirse y me dijo. No puta aguanta por favor. Con una voz tierna que hizo enternecerme y verdaderamente pude sentir el dolor inmenso hasta que se vino. Inundarme por completo. Sentí mi culo inflarse. Me echo todo su cuerpo encima mientras se vaciaba y ahí se quedó resoplando. Y yo sin poder moverme. Hasta que se le durmió. Me dio unas nalgadas para que apreté el culo y lo saco. Tomo mi cabeza y me llevo para que se la mamara y limpiara. Quede muy adolorido e inflado. El se retiro después de servirle una cerveza y un cigarro. Yo no podía del dolor ir al baño.

¿Te gustó el relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 4.7 / 5. Recuento de votos: 3

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

/ / / 🇨🇱 Chile / 🌈 Gay

🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥

Recibe los mejores relatos directamente en tu celular

IR AL CANAL DE TELEGRAM
💬 Escribe un comentario

No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!

💬 Deja tu comentario

×

Reportar Relato

SALTAR AVISO