Con el profe de educación física

Qué tal amigos colas, curiosos y calientes. Les vengo a contar la historia de las veces que he tirado con el profe de educación física. Llegué hace ya cinco años al colegio donde trabajo, soy profe y soy muy, muy, pero muy caliente.

Yo nunca había tenido sexo ni nada con hombres, soy piola, y solo creía que me iba mal en el amor (hetero). Soy joven, egresé y llegué al colegio donde trabajo. Ese año, el primero de todos, conocí a Eduardo, un profe de educación física, demasiado buena onda, típico perfil de EFI que uno conoce en la u. Nos hicimos cercanos e incluso nos sentábamos en el mismo grupo. De a poco me incorporé al grupo de amigos y empecé a salir a juntas con algunos profes, entre ellos, Eduardo.

Un día, estábamos en el departamento de uno de ellos, carreteando y entre copete y copete, su hierbita y weás, entramos en confianza. Después de un rato fui a mear y él estaba en el baño, arreglándose el pelo y la ropa, al salir, me dice que pase no más, que total en el baño del colegio compartimos así mismo y yo que ya me meaba, entré, hice lo mío y caché que el Edu me miraba por el espejo.

Salgo piola y el resto de la noche fue como rara pero a la vez excitante. El profe me hizo sentir deseado, me miraba, me sonreía, se sentó junto a mí y me abrazaba cada vez que podía, estaba terrible de cocido sí, pero nada de eso impidió que el colega me joteara.
Yo me sentí atraído por él, confieso que era raro, pero soy más de que las cosas sexuales o afectivas fluyan. Bueno, fluyó.

Como a las 4 am digo que me voy y él me dice que también se va, que bajemos juntos. Al llegar al estacionamiento le digo que pediré un Uber y él me dice que me lleva, le digo que no (ya que estaba cocido) y me dice que no está mal, solo cansado. Que me lleva, que le queda de camino. Accedo y me subo con él. En el auto iba hablando puras weas, haciéndose el lindo y en un semáforo, me pone la mano en la pierna.

Yo le digo – ¿Qué weá colega? ¿Se le perdió algo?-

• Oye es que ¿sabí que? Ando más caliente que la chucha-
• Ya, y ¿qué quieres que haga yo? Que te pajee- le digo en tono de broma.
• ¿Me harías esa paletiá?- Me dice entusiasmado.
• ¿Me estás webeando? Si quieres anda donde unas cochinas para que te lo chupen.
• Ya po, me dice, una chupada entre colegas.

Yo ya estaba terrible caliente con su declaración. Lo miro y el weón efectivamente tenía el pico parado, se lo tocaba por encima del jeans y se le veía buen paquete.

• ¿Y querí que lo haga mientras manejas?

Y como respuesta, se baja el cierre y saca su pico, oscuro, grueso, con pelo largo, se veía duro y rico, no tan grande pero preciso de tamaño. Me acerco un poco y lo agarro con la mano y comienzo a pajearlo. Inmediatamente comenzó a gemir, gemía rico, como hombre caliente. Me dice “¿por qué no me lo chupai?”

Y yo me desabroché el cinturón y me acomodé, él mueve su asiento un poco para atrás para darme espacio y seguir manejando, me meto su pico a la boca y estaba caliente, muy caliente, duro, jugoso, muy humectado, tenía mucho pelo si, pero al rato eso me calentó más.

Después de unos minutos chupando, estaciona en una calle y se echa para atrás, dándome acceso a todo su pico. Lamí esa tula como si siempre hubiera chupado corneta, él se bajó más el jeans, dejó salir sus cocos peludos, de un exquisito sabor y lamí, pasé la lengua, chupé, besé y me comí todo su pico. A lo minutos empieza a gemir más fuerte, respiraba con la guata apretada y me dice “me voy, me voy, me voy”. Y me dispara un montón de leche en la cara, me cae en el pelo, en la cara y en su pecho.

Yo me acomodo y me siento bien, me limpio con un rollo de confort que había en la guantera y el Edu me dice que lo hice súper bien, que estaba caliente y que hace tiempo que no tenía nada, lo típico, que su mina le da color, bla bla bla.

Era mi primera vez chupando pico, de hecho, llevaba años sin tener sexo. Unos cuatro o cinco años, desde que entré a la U no pasaba nada. Se sube el pantalón y mientras comienza a manejar de nuevo, me dice que es la primera vez que hace eso, que me quede piola, que no le cuente a nadie en el colegio y weás así.

Yo dije, ya filo, weás de hetero caliente no más. Así que le dije que no se preocupara y filo con la weá. Me fue a dejar a mi casa y comprobó que vivíamos relativamente cerca. Unos minutos en bici, me dijo.

El lunes nada, ni una mirada, ni una sola palabra, ni gestos ni miradas apasionadas…

Días después fue el día del profesor y nos fuimos a celebrar a Rosa Agustina, con quedada. Bacán el lugar, exquisito, todo, yo estaba en una pieza solo. Estaba ya acostado y de pronto tocan a mi puerta. Salgo y era el Edu, me pregunta qué estaba haciendo y si podía pasar. Le digo que me iba a dormir, si necesita algo. Me dice que si puedo hacerle el mismo favor de la otra vez.

Y yo dije, este weon anda caliente de nuevo, parece que el copete lo deja on fire, me corro y él mira para los lados viendo que no haya nadie y entra. Se sienta en la cama y se baja el short, dejando todo su pico al aire, esta vez, venía con los pelos recortados, cocos pelados, así que se veía más grande.

• Te afeitaste- le digo- se ve más bueno que la otra vez.

No responde y se empieza a pajear, yo estaba con una polera y en bóxer no más, me arrodillo a los pies de la cama y tomo su pico con la mano y comienzo a correrle la paja. Le tiro, suavecito, hasta con cariño, llegaba a la punta y veía como salían gotitas de semen. Después de un rato, mientras él seguía tomando una piscola, me dice -ya po, ¡me tení enfermo de caliente!- y yo me lo llevo a la boca y comienzo a chupar.

El deja el vaso en el suelo y se recuesta en la cama, se veía inmenso ese pico, quizás era grande pero no lo había visto bien en el auto, ahora estaba completo para mí. Lamí ese pico desde la base hasta la cabeza, me metí las bolas a la boca y las tiraba, chupe, metiéndome todo el pico en la boca, lo llene de saliva y chupaba. Él se incorpora un poco y me toma la cabeza, empujándome el pico completo en la boca, yo hice unas buenas arcadas y seguía chupando, un rico pico moreno, con la cabeza rojita, grueso, salivado, con olor a sudor, con olor a cocos.

Me está dando duro en la boca y me empiezo a tocar, me saco el pico del boxer y me empiezo a pajear, él siente que me estoy tocando y me dice “a ver”. Me paro y se lo muestro, mi pico es delgado pero largo, mide 18 cm (su pico es un poco más largo, como 19-20 cm)

• Tení rico pico Diego, te vi ese día meando- Y me lo toma y comienza a pajearme.

Yo cerré los ojos y me entregué, me empieza a chupar rico el pico mientras sus manos tocan mis cachetes, los masajea, hunde sus dedos cerca de mi hoyo, separa mi raja y la suelta. Chupa un poco más el pico y me da vuelta, me toma los cachetes con la mano y luego los separa, comienza a meter su cara en mi raja, me besa y me pregunta si estoy limpio. Le digo- ¿Qué es eso?- y me explica, le digo que no. Dejó de chuparme el culo y empezó a meterme los dedos, me dice, ando con un condón en el bolsillo, si te animas. Le digo que nunca lo he hecho por ahí y que sí, sí me animo, pero que no sea bruto conmigo, me dice que lo hará con amorcito.

Me agacha un poco y me mete un dedo, me abre de a poco el hoyo con sus dedos y siento que va soltando, que se va dilatando. Después de un rato me dice que me acueste, él se pone el condón, toma mis piernas con sus mano y se saca la polera. Ahí pude ver su cuerpo trabajado, marcado, no tenía el sixpack pero se veían sus calugas. Me calentó aún más.

Apunta con su pico en mi hoyo y lentamente empieza a meterlo. No me dijo tanto, más sentía que ardía y sentía cosas ricas, quería que lo hiciera pronto, que me diera duro, como alguna vez vi en pornos y como desde que se lo chupé en el auto, soñé con que lo hiciera.

Me levantó las piernas y empezó a moverse, me afirmaba los pies con las manos mientras me empujaba con su pico que me abría el hoyo aún más. Se sentía muy rico. Cuando solté el primer gemido, me dijo “eso, siiii, gime para mí”. Y yo a cada estocada gemía caliente.
Parece que eso lo calentó más y apuró los movimientos, se fue cortado dentro de mí y yo sentía como su pico y mi hoyo palpitaban.

Lo saca, se saca el condón y lo tira al suelo, se acuesta al lado mío en la cama y me besa. Fue un beso exquisito, su lengua era muy rica, nunca me había besado un hombre y yo sentía que era eso para lo que me había guardado por años. Me dice que no sabe qué le pasa, que lo calenté de una forma increíble, que me había visto en la piscina en la tarde y que se calentó con solo verme y que recordó lo rico que lo habíamos pasado la otra vez. Seguimos la conversación y se quedó dormido. Yo lo moví para acomodarlo y lo tape, me acosté a su lado y me quedé dormido.

Desperté abrazado por él, como en cucharita, con su pico entre mis piernas, por lo que desperté caliente. El despertó y se levantó rápido, no dijo mucho y me avisó que se iba.
Yo me quedé igual medio triste, tengo que confesarlo, solo curado se fijaba en mí.
Yo era como una especie de desahogo frente a qué, ¿a que no le salieran cachas con minas? Me sentí utilizado y mal. Me quedé en la pieza esa mañana. No fui a tomar desayuno. Como a la hora después, estaba tocando mi puerta.

Abro y me dice -Vi que no saliste a tomar desayuno. Te traje algunas cosas- un vaso de café, unas galletas y un pie de limón.

• ¿Estás bien?- pregunta.
• Sí, no tenía ganas de salir- le dije- anoche dormí muy poco- le dije como haciéndome el weón.
• ¿Puedo pasar?- pregunta.
• Pasa.

Entra a la habitación y me pide disculpas por su reacción, cachó que lo que hizo no estuvo bien y que no era su intención hacerme sentir mal, me dijo. Yo me relajé y agradecí sus disculpas.

• Si quieres pasarlo bien conmigo, no tengo atados, piola, solo sexo, lo que querai, pero no me tratís como si fuera cualquier weá, eso no- le dije muy serio pero con un gesto de amabilidad.
• Lo sé- me dijo- por eso vine a pedirte perdón.
• Ok- le respondo.

Y se acerca a mí, nos quedamos mirando por unos segundos y nos dimos un beso.
Csm…. En medio beso…. Mientras me besaba sentí que llegué al orgasmo, mi pico estaba full duro y mi cuerpo se estremecía en su beso, en su caricias, en el abrazo que nos dimos; sus manos recorrían mi cuerpo y en pocos segundos, nos sacamos la ropa y empezamos a hacerlo de nuevo.

Se lo chupé, exquisito, tenía sabor a sexo todavía, le bese el cuerpo, recorrí todo su pecho con mi lengua, sus brazos fuertes y musculosos, con las venas bien marcadas. Él tomó mi cabeza y la acarició mientras me besaba.

Luego hizo lo suyo y me lo metió a lo perrito. Me sentía muy caliente, fue sin condón, por lo que pude sentir su pico completo, tocando cada parte de mi culo, por dentro y por fuera, apretado, caliente, sentía como se movía su prepucio y como jugaba con mi hoyito mientras me lo metía. Ufff que rico.

Se fue adentro mío. Sentí su leche caliente, llenándome los intestinos. Al terminar cae encima de mi espalda y me empieza a besar la espalda, los hombros y su mano se acerca a mi pico, lo toca y me comienza a pajear con su pico metido en mi raja.

Nos enderezamos así, unidos, y yo me afirmo de su cuello, mientras él con su pico casi saliendo de mi raja me termina de sacar toda la leche, la cual disparo sobre la cama. Caemos encima del otro en la misma, sudados, agitados, mareados de placer.

Ahí nos quedamos un rato, empezamos a conversar, me contó cosas sobre él, su orientación sexual. Él no se considera gay, tiene sexo con mujeres, pero lo vuelven loco los hombres, como yo. Dijo como yo. ¡¡¡Csm!!! Fue una conversación exquisita, terminamos de conversar y nos duchamos. Lo hicimos en la ducha, solo paja. Fue demasiado rico, besarse, tocarse y pajearse. En la tarde, volvíamos a Santiago. Ese fin de semana no nos vimos.

Solo para que tengan una idea, el Eduardo, el colega, tiene el cuerpo parecido al de la foto del relato de piscina y calor (ese que está frente al espejo). Les escribiré la segunda parte de esta historia. Faltan algunos detalles y años aún.¡¡¡Un abrazo!!!