El de la micro – Parte III
Quedé con ganas de contarles el final de esta mini serie. Desde que escribí las primeras dos partes, se me calentó el pico y recordé la última vez que nos vimos. Fue como dos años después de ese carrete, y fue el contacto inicial por chat. Se me hace fácil buscarle conversación a alguno de los heteros que me he comido, pero este tiene algo «especial» conmigo, que siempre me responde. Le pregunté si estaba con ganas de tomar algo, y me dice que recién había peleado con su mina. Había sido papá hace poco y su ex no le dejaba ver a la hija, y su actual polola le cortaba el agua cuando se veía con su hija, y que era buena instancia para conversar. Eso sí, tenía que ser en su casa. Él no tenía ánimos de salir. Que me dijeron a mí! Jajaja. Me vestí más que rápido, me pegué una recortá de pendejos y salí a tomar el mismo recorrido en el que nos habíamos conocido. Era cuático el nivel de sensaciones que tenía luego de dos años.
En verdad no sabía si pasaría algo, pero con una conversación honesta y harto humor ya alivianaría lo tenso en qué quedó la última vez que nos vimos. Me fue a buscar al paradero. Estaba cambiado. Si bien era más alto que yo (casi 1.90, y yo mido 1.80) ahora estaba carón y panzón. Sus rulos rubios seguían igual, y realmente le venían para su nuevo look. Era como un cupido grande y esbelto, y llevaba unos short sueltos y chalas, con una polera sin mangas. Lo saludo con la mano y un abrazo, y me los responde afectuosamente. Para los que saben, cuando pasa algo entre hombres, sola se da una especie de confianza en los gestos, tacto y mirada que cuesta disimular si la relación se mantuvo cultivada de manera tranquila. Algo así como un vínculo entre hombres, una hermandad tan natural, solamente por chuparse y tocarse los cuerpos o meterse el pene de uno en el otro. Es un peligro porque puede hacerse adictivo sentirlo. Lo miro y le comento que está cambiado. Me dice que la vida no lo ha tratado tan bien, y que apenas tiene amigos ahora.
Camino a su casa me dice que durante estos años experimentó hacer tríos con un amigo de él. Y que estaba llendo todo bien, cuando en una borrachera y esperando que saliera alguna minita golosa, ambos se comen hasta terminar culiándose al amigo. Desde ahí, ese amigo lo busca para que se lo pongan, y él tuvo que bloquearlo para que lo dejase tranquilo. Me cuenta que quiere conversar de verdad con alguien, y sin tanto rollo. Le agradezco la confianza y le pregunto por su relación. Me dice que mientras venía, había quedado de juntarse con su polola más tarde para conversar, así que no podría tomarse nada. Le reclamo, y le digo que al menos sea una chela para cada uno, a lo que acepta.
Entramos a su casa y me siento en el sillón. Trae dos latas de becker y se acomoda a mi lado. Abre la cerveza y se bebe un sorbo grande.
-Hace caleta que quería verte y conversar- me dice al tiempo que golpea su lata con la mía.
-Si todo el rato creí que te voy a culiar, oh- me río y abro mi lata. Le doy un sorbo profundo.
-Es que no te imaginai lo que es hacer un trío con otro loco y darle a una mina. Te quería invitar, pero vo no se la metí a las mujeres-
-Nunca preguntaste po wn- le respondo sorprendido por su confesión -Hubiera sido rico hacerlo.
-Es que te veía metiéndoselo por el culo a una weona y yo por el choro, wn. Me daba cosa que en un momento caliente me dijeras que querías ponérmelo en frente de la mina-
Me reí fuerte, y me tomé otro sorbo.
-Y qué si fuera así?- le digo -La sexualidad es súper libre y debe darse con gusto y consentimiento. Está demás decir que su trencito, tú dándole a la mina, y yo a ti, hubiera sido rico.
Me mira por unos momentos y toma otro largo sorbo de su lata. Se levanta del sillón y se dirige a una escalera que había allí. La sube y me llama. Voy subiendo atrás de él mientras me cuenta que intenta que nada pase en esta casa. Vive con sus papás, y ya harto le ha dado a ellos con una nieta como para que lo vean webiando. Su pieza es la del fondo. Abre la puerta y se sienta en su cama. Estaba toda desordenada. Las ventanas mostraban hacia fuera solo techos. Deja su lata en un velador que había y me mira.
-Pero me cuesta aguantarme- y se saca ese pene gordo y blanquito.
Yo cierro la puerta y me apoyo en ella. Él me baja el pantalón y el calzoncillo, y me pajea con su mano libre. Con la otra se da placer a él.
-Me gusta tu pene wn- me dice mientras me aprieta el glande. Yo a esas alturas ya tenía la verga dura, esperando lo que se venía.
Me la corre lentito, observando que tiene otro pene que no es el suyo, y se lo engulle. Weon, no creerán lo emocionante del momento sabiendo todo lo que me había dicho minutos antes. El loco se pajeaba, pero con su lengua recorría cada milímetro de mi glande. Él sentado, me miraba mientras que yo apoyaba mi mano en sus rulos. Si bien estaba el más gordito que antes, su pene se veía apetitoso como siempre. Hacia un cambio de mano y boca en mi miembro, que me tenía caliente. Su carita con sus cachetes rojos mirándome, como un becerro buscando una teta, me daba y daba placer. A ratos dejaba dejaba de hacerlo para tocarme mis grandes testículos. Nunca pude entender si le gustaba mi pene, mis pelos o mis cocos, pero de que algo le gustaba de mi, le gustaba. A veces paraba para decirme que estaba rico, hasta que en una garganta profunda que me hace, me corro con 3 o 4 chorros, que se los traga por inercia. Me dice que está pronto a eyacular, cuando me agacho yo y pego mi boca a su pelvis. Me había tragado entero ese mástil grueso, y una cantidad de semen me llena la boca. Su moco estaba denso, tanto que me dió asco tragarlo. Así que me paré rápido y con un juego de manos abrí la ventana que daba a los techos. Escupí tanto semen, que ahora le creía que estaba acumulado.
Me siento en la cama y me río. Él también, y le da un beso a mi pene. Me dice que necesitaba chuparmela aunque no entiende porqué conmigo le pasaba eso. Me disponía a responderle cuando la puerta de abajo se abre. La voz de una mujer gritando el nombre de mi amigo nos hace reaccionar. Él se toma su cerveza de golpe, y yo igual. Nos arreglamos nuestros miembros y me dice que no diga nada, y que saldremos rápido de la casa. Bajamos, saludo a su madre, y entra su padre por la puerta. Habíamos estados a minutos de que nos pillaran teniendo sexo en su casa. Qué caótico hubiese sido todo. Mi amigo les explica que me irá a dejar, y que viene llegando su polola. Me despido de ellos y salimos a tomar la misma micro donde nos conocimos. En el camino me dice que esto no puedo decirlo a nadie, y que si bien lo pasó bien, no puede repetirse. Que ya está pololeando y quiere algo serio. Además ya es papá, y no quiere tener una doble vida. Le digo que ya harto ha probado con hombres como para tener claridad en algunas cosas, pero que no es mi tema lo que haga.
Le comento que me gusta mucho hacer estás cosas con él, pero ni ahí con estar esperando. Si quiere mantenerse con esa dinámica, que se cuide no más. Que puede ser que sea bi o gay, pero que no le tenga miedo al sexo entre hombres si lo disfruta tanto. Me responde que no quiere pensar en eso. Caminamos hasta el paradero, y cuando veo mi micro, me dice mi amigo que en esa viene su polola. Se baja y veo que él está con una mina súper flaite. De verdad que hay veces que no entiendo que por tener un choro fácil, los hombres elijan para acostarse minas que son feas o no se sientan atraídos realmente de ellas.
Noté altoque que mi amigo no estaba conforme con ella, y menos ahora que me había chupado el pico minutos antes. Se saludan con un beso con lengua, y ella le pregunta si tomó. Él responde que si. Me presenta muy a la rápida ya que hasta el día de hoy no recuerdo el nombre de esa chica, y me despido de los dos. Subo a la micro, veo a mi amigo mirándome algo melancólico y esta emprende camino. Creo que fue la última vez que lo ví. Desde eso han pasado años, aunque al día de hoy siempre nos mandamos memes o conversamos de la vida. Una vez que nos intentamos juntar, le digo igual estaba rico él y su pene, a lo que me manda una foto, y cacho que subió tanto de peso que perdió muchos centímetros. No era mi intención calentarlo, pero me comenta que ya nadie le dice nada sexual. Solo ha estado con minas y no están pendientes de eso. Le agradezco la confianza por la foto, y le digo que si quiere juntarse a hacer algo, que avise. Me da las gracias, sabiendo que quizá ya nunca pasen cosas con él. Espero que la vida lo lleve por buen camino y que sea feliz con quién quiera estar.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!