Cumpliendo 18 – Parte I

Está historia comienza una semana antes de mi cumpleaños N18 … estábamos saliendo del colegio, era la última semana, todo celebración, organizando la cena y el viaje de estudio, todo era un caos.

Mi grupo de amigos que éramos 5 hombres nos juntamos en mi casa a tomarnos algo y conversar de todo lo que se nos venia, fue un momento especial por que nos sirvió para conocernos un poco más de lo más íntimo de cada uno. Ya cuando nos estábamos yendo a dormir, Camilo, mi amigo más cercano del grupo se me acercó y me dijo que me tenía que contar algo (se notaba que ya estaba curao) vale dime qué onda que pasó, me miró y me dijo weon hice una wea y no sé si es buena o mala y yo chucha que pasó, bajo la mirada y dijo culié con mi primo weón, chucha no supe qué decir, quedé helado no tenía palabras, él me miró y me dijo weón no me juzgues porfavor solo fue una vez, lo abracé y le dije weon estay curao anda a acostarte.

El resto de la noche no dormí nada, fue raro, hasta ese momento nunca había visto al Camilo con otros ojos pero no paraba de imaginarlo con su primo (que lo conocía) haciendo de todo, fue excitante y eso me asustó. Llegó el día de mi cumple, estos weones llegaron temprano, webíamos un rato y nos juntamos con otros amigos y amigas y salimos, anduvimos en un par de casas, en un bar dando vueltas y webiando un rato hasta que la borrachera y la noche nos pegó y nos fuimos a mi casa, medio ordenamos mi pieza, tiramos unos colchones y mantas al piso para que estos weones durmieran y me acosté, ya ahí se arreglan como duermen los weones, y Camilo dijo ya yo me aseguro el otro lado de la cama y se acostó al lado mío, ahí estábamos los 5 weones amigos de la infancia raja curaos celebrando mis 18, el Pato se levantó en bóxer y dijo “competencia de paja weon les ganó a todos los weones” se acostó y lo vimos como empezó a pajearse … Lo siguió el Daniel y el Héctor que empezaron a hacer lo mismo y miro al lado, Camilo se bajó los bóxer y empezó a pajearse, estaba tapado pero ver el movimiento me calentó de una manera y empecé yo también, estábamos cagados de la risa disfrutando y sentimos como los otros tres weones empezaron a quedarse dormidos, solo Camilo y yo seguíamos, mi corazón palpitaba a mil quería que pasara más pero me daba pánico, en un arrebato estiré la mano y él soltó su pene y pude agarrarlo, estaba durísimo, lo empecé a pajear y me di cuenta que lo tenía grueso y grande, él me agarró mi pene y comenzamos a pajearnos mutuamente, fue mi primera vez con un hombre y lo estaba disfrutando como nunca, él me quitó la mano de su pene, me miró y fue bajo las mantas, comenzó a mamármela, qué sensación más rica, la saliva como succionaba wow, la mejor mamada de mi vida, subió y fue mi turno, lo agarré y le pasé la lengua, no sabía cómo hacerlo pero fue casi instintivo, lo mojé para luego meterlo todo a mi boca, estaba duro y caliente, me encantaba, lo estaba disfrutando tanto, quería que eso siguiera y no terminara, me tomó de la cabeza para subirme, nos miramos y me dijo tenemos que hacerlo, él se mojó los dedos y se humedeció atrás para que pudiera metérselo, se dio vuelta, lo acomodé y él me agarró fuerte la mano, subí la mirada y quedé helado, ahí estaba mirando el Pato atentamente a lo que estábamos haciendo.