Venezolano rico

Este es mi primer relato, si me animo puede que suba más.

Me describo para empezar, soy alto (1.84), 23 años, moreno, masculino «enclosetado» y delgado pero no apretado. El siguiente relato me sucedió en verano de este año. Ese dia desperté temprano tipo 8 am y me metí a Grindr a ver que sucedía, ahí vi un perfil el cual me comentaba que era hetero, que estaba saliendo del after y andaba caliente pero que era muy piola y le daba vergüenza. Así fuimos conversando hasta que coordinamos que llegaría en Uber por donde vivo (vivo en zona rural distanciado de la ciudad). Solo había un problema, mi padrastro aún seguía en la casa a la hora que yo pensaba que ya estaría solo… no importa, fui a buscar al uber al amigo y lo pude ver mejor que la foto de baja calidad que me había enviado por chat.

Era moreno, misma edad, 1.73 aprox (siempre los activos me quedan chico, aparte el que sea masculino y alto se me hace difícil llamar la atención de los «heterocuriosos»), flaitecito, con rulos y frenillos. Se veía simpático y al contarle la situación accede a caminar un rato por alrededores mientras hacíamos la hora, así fue como llegamos a un pasaje el cual no pasaban muchas personas y menos a esa hora de la mañana.

Conversamos un rato, el me comentaba que estaba con el corazón roto por una mina y que había llegado a Chile hace un par de años, a los minutos se tocaba el paquete, me decía que estaba caliente y le digo que si le parece escondernos entre unos árboles y chupárselo un rato. Así fue que nos tapamos con unas ramas y empecé a mamar… Olía muy rico entre macho y resaca jaja… Era grande y gruesa, un team carne porque solo se ponía dura y siempre mantenía su tamaño de 18-19 cm. Al rato acabó en mi boca y yo pensé «aquí terminó todo», pero no, me preguntó si íbamos a mi casa y que si tenía algo para el desayuno jaja… Llegamos y aún estaba mi padrastro tomando desayuno, así que lo presenté como un amigo del trabajo y fuimos a mi pieza a ver tele.

Le llevé un pan con queso y una leche y empezamos a conversar haciéndonos más de confianza. A ratos se tocaba el paquete y me decia que aún seguía con ganas, yo sin pensarlo aprovechando el morbo que hubiera gente en la casa, comenzaba a mamarlo y luego paraba, así seguí varias veces hasta que cansado de esperar que se fueran de la casa, nos paramos para no hacer ruido, sacó un condón rosado y comenzamos a culiar ahogando los gemidos. Duró unos 10 minutos y se vino. Él era muy caliente, me ahorcaba, me nalgueaba, jadeaba más fuerte que yo, y usaba muy bien su pico.

Nos sentamos, seguimos conversando y comiendo mientras se reía de que me «había roto» ya qué el condón tenía un poco de sangre al final. Pasó el rato y a los minutos comenzamos a calentarnos de nuevo y volví a mamarlo entré risas y gemidos silenciosos… Finalmente mi padrastro me pegó un grito avisando que se iba al trabajo y se fue en el auto. Ahí miré bien caliente al nuevo amigo y le dije «ya, cagaste hermano».

Me saqué los pantalones quedando desnudo para abajo y él estirado masturbásndose ofreciendo sentarme, le puse un nuevo condón y me senté. Estaba tan caliente y aún abierto que me entró con facilidad y ahí me dio muy rico. Cuando me siento en confianza y seguro, me transformo en una perra en la cama, perdiendo todo lo «macho» ajaj y eso parece que le gustó. Cambiamos a muchas poses, yo se lo sacaba y lo volvía a poner, me pegaba cachetadas, me escupía y yo gemía como un puta en éxtasis disfrutando cada interacción con ese tremendo pico. La pose que más recuerdo fue en cuatro, donde él gemía de placer mencionado lo rico que era verme en 4 y twerkeando pidiendo pico, yo recuerdo estar mordiendo la almohada gimiendo como pocos me han hecho hacerlo. En un momento me quise salir del dolor que me estaba generando las fuertes embestidas que me daba, pero me agarra de la cintura y me dice «quédate aquí nomás, si esto querías compa», eso me calentó mucho y fui yo el que comenzó a moverse en circulo para disfrutar esa estimulación que ya me tenía todo abierto y húmedo.

Seguimos hasta que sentí como empezó a palpitar y a gemir hasta que cayó encima de mi espalda. Nos vestimos y conversamos un poco más dándonos cuenta que concurrimos a los mismo lugares a carretear, riéndonos de lo piola que tenía que ser todo y a la vez generando morbo, lo fui a dejar a la calle donde tomó micro y se fue. Desde ahí que no me culean así de rico, no pensé en sexo como por 2 semanas de lo satisfecho que quedé y eso es muy difícil para mi.