La segunda con el Pablo
Es un relato largo pero así fue como ocurrió, no voy a resumirlo.
Ya les conté de mi compañero hetero en la U que éramos vecinos del barrio. Después de ese encuentro donde el Pablo estaba medio curao paso unas semanas en las que no me hablaba ni nada. Me gustan los heteros porque son machitos y las minas disfrutan con ellos así como me hacen disfrutar a mi, y no me molesta que después le vengan los remordimientos, porque eso los hace machos tiernos. Tal vez todos hemos tenido algunos heteros inalcanzables. El primero que recuerdo fue Álvaro, compañero de curso en 8vo y la media, que le gustaba mostrarme sus calugas para que se las tocara y nunca paso algo más que eso, o Victor, compañero hasta la media, que una vez se ganó el premio del mino más sexy y le gustaba abrirse la camisa y decirle a las loquitas si les gustaba lo que veían, el solo me guiñaba el ojo y para mí era solo ver, no tocar. También estuvo otro Pablo, moreno, en la media, que tenía un hermano mayor en la U que una vez lo vi sin polera y estaba marcadito rico, con pelo en medio de los pectorales. Una vez este Pablo del liceo me dijo que sus primos lo molestaban porque era marcado por genética como su hermano mayor y llamaba la atención. Otra vez unas compañeras lo desafiaron a mostrar las calugas y se levantó la polera para mostrarlas, mientras yo miraba haciéndome el weon, y una vez me lo pille en la calle y le toqué la guata así como casual para sentir sus caluguitas y parece que cachó porque me miró raro, así que nunca más paso nada. Bueno, esos eran heteros inalcanzables pero minos, y mi compañero de la U también lo era, pero fue como si una estrella bajara un momento para estar conmigo en un sueño y debía conformarme. Si no me hablaba nunca más, gracias por lo vivido. Si me volvia a hablar, mejor.
De pronto saliendo de clases en la U me toman del brazo y era el Pablo. Quería hablar conmigo y disculparse por andar correteado. Caminamos por el parque en dirección al bellas artes y quedamos en que no pasaba nada. Quedamos en que fue una cosa de calentura, de curao, de despecho, y que no sale de acá, y todo eso. Quedamos de amigos y le advertí eso sí que estuvo muy rico y que se cuide de mi. Nos reímos no más. La amistad creció un par de meses pero igual yo notaba distancia en algunas cosas, por ejemplo, no venía a mi casa a hacer trabajos, ni me invitaba a la de el. Todo hasta que me mandó un mensaje una mañana para decirme que si podíamos hablar. Igual me preocupé por la hora y me dijo si podía venir a mi casa, eso significaba faltar a clases pero filo, mi sentido arácnido algo me avisaba. Llegó en su bici luego de que mis papás de fueran a la pega cada uno. Lo hice pasar y se sentó en el sillón y estaba inquieto, nervioso. Vestía un poleron gris con capucha y un buzo para abajo que le marcaba su paquete. De pronto trató de hablarme algo de el y la polola y que parece que lo estaba cagando y estaba como triste y enojado a la vez. Yo le tocaba el hombro y lo trataba de calmar, le tocaba el brazo y lo sobaba. Tal vez soy mala persona porque obvio que trataba de tocarlo porque estaba rico y se veía super tierno ahí con su pene y que confirmara en mi. La situación me calentaba y sentía como salía precum de mi pene. Le ofrecí algo, un te o cualquier cosa, y me queda mirando en silencio y luego de unos segundos me preguntó: «la vez pasada cuando estaba curao y estuvimos juntos, la pasaste bien?» Yo me puse nervioso y le dije que sí, que fue exquisito. «Yo sé que tengo buen cuerpo», «yo sé que lo hago bien, me lo han dicho», «no se que pasa con la Dani wn, yo la trato bien a la wna» y se le escapó un llantito de hombre y su par de lagrimas. Yo me acerqué más y lo abrace y acaricie con ternura por sus hombros. Veía su piel limpia y sus ojos tristes, su mandíbula cuadrada y sentía sus hombros firmes, era como tocar una estatua de mármol o de un material firme que pese a que presionaba el abrazo, no se movía. De pronto se acomoda y me abraza y me da las gracias. Me abraza más fuerte y se separa un poco y me toma la cabeza en sus dos manos y me da un beso, primero piquito, luego con todo, sueve, húmedo, lento. Va metiendo su lengua y yo me dejó llevar, con mis manos busco sus hombros y su pelo y lo acaricio y presiono y aprieto todo para sentir sus durezas. Se separa y me mira y me dice, aún con sus manos en mi cabeza, «voy bien max?» Yo solo muevo la cabeza de forma afirmativa y me vuelvo a acercar y tomo más la iniciativa, me siento encima de sus piernas y lo abrazo por el cuello y lo beso lo mejor que pueda, no dejo ningún espacio dentro de su boca que mi lengua no recorra, me refriego sobre su paquete y voy pasando mis manos por sus hombros, me separó de su boca y le digo «te dije te te cuidaras conmigo porque eres muy rico» y se rio un poquito. «Es que estoy rico, sí lo sé» me dijo, y se comenzó a quitar el poleron, debajo llevaba una polera rosada y me dijo que si le gustaba. «A ver…» Dije yo, y fui pasando mis manos por su polera para sentir los hombros y los pectorales, que el Pablo ponía duros para mí. Luego sus brazos y el Pablo marco el bíceps para que yo lo acariciara completo, me lance a su brazo para besarlo y morder esa bola de carne maravillosa. «Pablo estás seguro?» Si, quiero demostrarte que puedo hacerte sentir el fuego dentro» y me volvió a besar. Yo trataba de quitarle la polera y el mismo tiempo el me quitaba la mía. El Pablo chascon era una delicia, y mientras acariciaba sus hombros fies y su espalda marcada, el me besaba el pecho y las tetillas. Yo le pasaba mano por todo el lomo y le lleve la cara ao boca para seguir besándolo. En una pausa voy por su quijada cuadrada, su mandíbula fuerte, su cuello que voy mordiendo, lleguo a sus hombros y voy acomodandome de rodillas en el piso para pasar a sus pectorales y hacerles la mejor comida de toda su vida. Paso mis manos abiertas por cada rincón de ellosientras el Pablo me decía «como te gusta verdad?» Yo solo me concentre el recorrer cada detalle con misanos y luego besarlos. Me lance a succionar sus tetillas, a sentir la dureza de esos músculos, su abultamiento, a estrujarlos y apreparlos con mis manos abiertas, a jugar con mis dedos en sus tetillas, a memorizar con mi lengua cada rincón de la línea que los divide y sentir dónde termina un pectoral y comienza el otro, a dar vueltas con mi lengua sobre una tetilla y con mis manos en la otra, y luego cambiar. Al mismo tiempo ir sintiendo sus calugas que iban a ser mías cada una. Y pasaba mis manos por sus costados, sus costillas y su espalda. El Pablo solo suspiraba y me decía que siguiera. Comencé a pasar sus tetillas por mis encías de arriba, sobre mis dientes y dentro de mis labios. Yo lo apretaba y tocaba todo. Mi boxer estaba totalmente mojado y el paquete del Pablo estaba full parado. Fui bajando hasta encontrarme con sus abdominales. Creo que le hacía cosquillas porque apretaba un poco cuando los trataba de morder, de comer, de sacar de su guatita y meterme lo entero a la boca. Quería que fueran míos todos ellos, como una colección, y un trofeo. El Pablo jugaba básquet y se notaba en su cuerpo. Estaba en su mejor momento, y yo también en esa mañana estaba viviendo mi mejor momento.
Cuando llego a su tesoro, pongo mis manos en sus pectorales y comienzo a refregar mi cara contra su miembro sobre el pantalón. Pablo me toma la cabeza y me presiona un poco y otra mano la deja sujeta sobre la mía, sobre su pectoral. «Ay weon me vas a hacer correrme» y le dije, «eso quiero jajaja» y baje su pantalón y su boxer, y ahí estaba, su pene precioso. Estaba brillante y mojado, un poco más grueso que la última vez o tal vez más firme, de unos 20 como dije el otro día y no exagero. Empecé por la cabeza, sujetando con una mano, lami y bese, chupe y luego fui dando pequeñas mordidas por el tronco hasta la base. Luego subo y langueteo por debajo de la cabeza, y el pene le vibra como si le llegara mas sangre. Me lo meto a la boca y hago que recorra cada lugar dentro de mi boca, cuidando de los dientes. Hago que su cabeza recorra mis mejillas interiores, mi paladar, mi lengua y que toque mis admigdalas. Luego voy succionando y apretando, metiendo y sacando, y como estamos solos, haciendo Blup! Blup! Blup! Y el Pablo con las manos en la cara se queja y respira entrecortado y mueve un poco la cadera. Con mi lengua trato de envolverlo mientras entra y sale, luego lo presiono contra el paladar y cambio el ritmo, succiono suave y fuerte, y escucho jadear al Pablo que me toma por la cabeza y empieza a follarme la boca. Lo hace con calma concentrado en el placer que siente, un pocoas rápido que el ritmo que yo llevaba, y trata de entrar más profundo. En una me lo saca de la boca y se para, y de pie me vuelve a sujetar la cabeza para meterlo desde más arriba, yo me acomodo para que pase por mi garganta. El Pablo lo hace con mucho cuidado y va entrando como un pez, mi boca está muy lubricada con toda mi saliba y el precum del Pablo. Pasa mi garganta y va un poco más adentro, yo acaricio sus piernas fuertes y su rico culo durito, y el Pablo comienza un mete saca suave y profundo. «Ahgrr hummm arghhh» es lo único que dice. «Que rico weon uffff arghhh» me dice de nuevo. Yo de rodillas veo su cuerpo perfecto y su pene entrando y saliendo de mi, cierro mis ojos para que entre más, es como una endoscopia que va a llegar a mi interior, hace esa curva al pasar por mi garganta, me toca algo muy adentro y sale, va y vuelve por unos 2 minutos y me comienzo a cansar, el Pablo lo nota y va saliendo, luego sigo con la boca en su pene perfecto y lo masturbo y vuelvo a meterlo.
«Ya basta, vas a acabarlo y todavía hay que guardar para lo próximo» me dice el Pablo y me quita el biberón. Se sube el pantalón y se sienta de nuevo, me invita a sentarme en sus piernas de nuevo y me abraza, pasa mis piernas por detrás de el para que lo abrace con ellas y se levanta, me lleva al segundo piso y yo colgando de el, acariciando su nuca y viendo su cara. Me lleva hasta mi pieza y me deja en la cama, y el se quita el pantalón y los boxer. Busca un condón en su pantalon.Yo también me quito mi pantalón desesperadamente. Lo contemplo completo como un Adonis griego de mi misma edad y se acomoda encima mío. Me besa tiernamente y me va besando hasta llegar a mi pene. Lo besa y lo masturba mientras se mira. Levanta una de mis piernas y me la va besando hasta llegar a mis pies, sin dejar de masturbarme y de mirarme. Va bajando por mi pierna y me vuelve a mirar desde abajo y se ríe el weon y me dice «lo estás disfrutando?» Jajaja el ql es experto, es un dios, y me escupe en el potito, luego me masagea con sus dedos, haciendo círculos, y me vuelve a masturbar. Me va a besar el culo y juega con su lengua, yo creo que hace como si fuera una vagina, y después se pone el condón mirándome de frente, yo estiro un brazo para tocarle el pectoral pero no lo alcanzó, sin embargo el me toma la mano, se acerca un poco y le lleva a su boca, y mientras se va acomodando y va entrando su pene, me sujeta la mano en su boca y me besa la mano y se introduce dos dedos en la boca y los lame y chupa, y me mira súper fijamente para atravesarme con el pene y con la mirada. Me quejo por dolor y placer y Pablo sigue entrando suavemente. Me salen unas lágrimas que el seca con un beso y sigue entrando lentamente. Está sobre mi cara con cara, con sus brazos a los costados de mi cabeza como abrazado, y sus antebrazos sobre mi cabeza rodeando me por sobre la coronilla, como en posición de plancha. Sus abs aprietan mi pene y lo estimulan, siento sus cuadritos en mi pene y me presiona a cada lado de mi cabeza tengo sus bíceps tocandome. Inclino mi cabeza a un lado y me comienzo a comer ese bíceps precioso mientras también abrazo ambos bíceps con mis manos, y luego con otra mano tocó cada detalle de su rica espalda y su potito durito. Me mira muy rico y me dice que va a comenzar, me pide poner mis manos en su poto. Y comienzo a sentir como su pene se mueve dentro pero no en vaiven, más bien como en círculo, y siento como su movimiento es como una hélice o parecido,dentro de mi. Un glúteo se aprieta y el otro lo suelta, y viceversa, un poco adentro y un poco afuera, y siento que su pene se mueve como dibujando un circulo en mi interior, y comienzo a sentir un gran placer que me hace gemir. El movimieyhace que mi pene ya no pueda más y con el rose de sus abs voy teniendo un rico orgasmo que me estremece, es prolongado, resistente, intenso, y mis manos van a la espalda y brazos del Pablo, mientras el respira y sigue con su movimiento secreto, y yo siento que entro a otra dimensión. En un momento cambia el ritmo y se levanta un poco, lo que me deja ver sus abs mojados con mi leche y yo también todo mojado, y comienza de adentro a fuera. Yo ahora sigo en mi lugar favorito de su cuerpo, sus pectorales y abdominales que apreto con todo mi deseo, no dejo de tocar y apretar sus pectorales como un enfermo de la cabeza, mientras Pablo va adelerando el ritmo y se comienza a poner salvaje. Se levanta un poco más y queda como sentado y de rodillas clavándome su mástil y entrando y sacando a buen ritmo, como de a dos veces por segundo. Sus brazos los va poniendo por debajo mío y comienza a levantarme mientras se sigue moviendo, y yo voy sintiendo un disfrute, unas cosquillas en mi ano, y mi pene se comienza de nuevo a levantar. Me lleva a sentarme sobre el y con sus brazos me sube y baja, sintiendo en mi ano la plenitud de su pico caliente. Sus quejidos delatan su esfuerzo, sus pectorales están hinchados, su pelo mojado y yo no veo de donde sacar más manos para seguir disfrutando de este cuerpo maravilloso. Me sujeta bien y se va a parar sin salir de mi, me acomoda una pierna sobre su hombro y luego la otra, y estando de pie me siento enganchado por su pene en mi ano, y me sujeta con sus brazos y sus manos por mi espalda y hombros y desde la altura me comienza a dar, eso fue fabuloso, nunca me habían hecho algo así, y su cuerpo se veía glorioso, su cara de esfuerzo era sublime. ¿El Pablo hacia eso con la Dani? Ojalá mi lengua pudiera llegar a sus pectorales desde esa altura. Su pene no entraba al fondo pero entraba con fuerza, se me va a hinchar el ano y no podré sentarme nunca más en una silla, porque su culeada me está dando vuelta el ojete. Después de un rato me abraza y me besa, y me vuelve a preguntar «te gusta mi amigo?» Yo comienzo a venirme de la nada otra vez. Ya no soy más, es increíble. Me comienza a besar mientras me besa me lleva a la cama, y se acuesta boca arriba y me d invita a acostarme sobre el pero dándole la espalda, con mi culo en su pene. Lo hago al tiro, la raja esa posición nueva, entro como si nada y comienzo yo mismo de adentro a afuera, hasta que el me agarra abrazándome y comienza a envestirme el, desde atrás, desde abajo, como una máquina de sexo. Mientras yo sentía como nunca antes los pectorales de mi amante trabajando en mi espalda. Y me agarró de sus bíceps que me abrazam para no caerme. El Pablo era el dios del sexo y vivía a unas cuadras de mi casa. Yo estaba enfermo, quería estar así toda mi vida. No sé cuánto llevábamos dándole duro pero ya había quemado las calorías de toda la semana.
Igual que la primera vez, me dice «dónde lo quieres?» «Dentro por favor» se lo ruego. En una me da vuelta y se quita el condón, se acomoda y me manda su estocada profunda , y vamos una, dos, tres, cuatro metidas super profundas, «ahhhgssrr» y su quejidos de hombre, y van sus disparos, en el fondo de mi culo, en mi estomago, en todo mi interior. Su pene vibra como un teléfono, es increíble lo que siento mientras me llena, y su cara de satisfacción es suprema, y su cuerpo mojado por el sudor es una gloria. Yo acaricio sus pectorales y sus abdominales sabiendo que ya estamos por terminar y el me comienza a masturbar, mientras lo acaricio. Ya me corrí dos veces, pero con toda la exitacion ya voy por un tercer orgasmo menos intenso y con unas gotas de semen que el Pablo saca de mi pene para probarlas. Me mira como un coqueto y me dice que si estuvo bien. «Estoy muerto, morí debido a exceso de sexo, de placer, ven déjame tocarte un poco más» fue mi respuesta. Se acostó sobre mi y me beso, luego a mi lado y nos besamos un poco más, yo acaricie todo lo que pude de su cuerpo, no quería separarme de el. Nos quedamos en boxer el resto del día, tomamos café, almorzamos, yo miraba y tocaba su torso que era para mí ese día, y luego Pablo se fue a su casa. Lamentablemente no se repitió nunca más. El Pablo era exquisito pero su corazón tenía dueña, su relación se formalizó. Nuestros dos encuentros pasaron a ser nuestro secreto. Claro, Pablo repitió el mismo comportamiento del otro día y anduvo súper correteado, pero duro tiempo, no me miraba y me evitaba. Ahora casado con la Dani mucho menos. Pero sigo dedicándole mis pajas, siempre será mi experiencia de uno de los mejores polvos de mi vida. Y pienso en los heteros que nunca tuve, tal vez como Pablo, espero que sus minas disfruten tanto con ellos como al Pablo me lo disfruté yo.
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1 Comentario
Anónimo
marzo 20, 2025 a las 12:58 amTercera parteeeeeee