El mejor descuido – Parte VII (Final)

Las siguientes semanas pasaron volando, y mis sentimientos por Byron ya no daban más, estaba definitivamente enamorado de él, me encantaba recibir sus mensajes, sus audios, las fotos que me enviaba de las cosas que hacía, cuando salía de la ducha, los memes jaja y lo mejor verlo cada semana, sentir su aroma, oir su voz, ver su cara, sentir su barba. No había nada que no me gustara de él, mirando hacia atrás creo que estaba obsesionado, ¿Habrá sido amor? ¿El amor es una obsesión?. A veces pienso que el amor de verdad es así, pero se llama amor cuando es correspondido, y obsesión cuando no lo es. Nunca nadie me había tratado tan lindo y hecho sentir tan especial.

Finales de Noviembre y los días estaban muy disfrutables, tardes largas y cálidas, días que invitaban a disfrutar de la naturaleza, por ello mismo le propuse a Byron otra salida, en un cerro cercano de aquí hay una antena a la cual se puede llegar y se ve toda la ciudad, hasta hay un columpio para sacarse fotos y mesas para merendar, un panorama ideal para ambos.

— Oyeeee, y si vamos a la antena que queda en…
— Naaa, es muy complicado el camino.

No quise insistir, igual un camino complicado bajo el sol quizás no era la mejor idea, pero aún así me hubiese gustado ir, admito que me bajoneé, pero ya filo, — algún otro panorama saldrá — pensé.

Llegó Diciembre, uno de mis meses favoritos, rico clima, feriados, festividades… y este en especial fue demasiado bonito, con Byron nos vimos más que nunca. El 24 yo salía temprano del trabajo, cuando Byron lo supo propuso que nos viéramos, así que nos juntamos en mi departamento para almorzar juntos. Ambos nos teníamos un presente, así que hicimos el intercambio y pasamos la tarde juntos, besos, sexo y abrazos, la mejor previa de noche buena que podía tener. Nos despedimos como a las 6 de la tarde ya que cada uno tenía planeado pasar la noche con nuestras familias. Llegaron las 12 y recibo su mensaje, un breve “Feliz Navidad” que bastó para alegrarme toda la noche.

Pasaron un par de días más y ya estábamos a mediados de Enero, un calor insoportable, pero yo igual feliz con lo largo que son aquellos días, era sábado, y como de costumbre con Byron nos enviamos nuestros mensajes de “Buenos días”, pero no supe más de él durante el resto de la jornada, me angustié un poco, ya que mi mente estaba condicionada a recibir mensajes de él, a saber de él y toda esa retroalimentación que me tenía obsesionado/enamorado. Ya eran pasadas las 5 de la tarde y recibo un mensaje suyo.

— Hola :3
— Hola :3 ¿Cómo estás?
— Cansado
— ¿Que pasó? :0
— Es que salí con una amiga, la cata, no sé si la recuerdas.
— Si, la cacho.
— Andábamos en la antena, fuimos de paseo al cerro. Mira :p

Y me envía una foto de él en el columpio de la antena, la misma antena cuyo camino era muy complicado para ir. Se veía él de espaldas mirando hacia el horizonte y la ciudad de fondo.

— Wenaa bkn la foto ;3
— Si jsjs lo pasé bkn, y que tal tu día lindo?
…

Me dolió, no se imaginan como, después de eso todo mi día se arruinó, la verdad quería puro recriminarle su hipocresía, ¿por que con ella y conmigo no? ¿Donde había quedado lo complicado de subir a la antena? ¿Que era esta cosa que teníamos? ¿Cómo es que éramos solo amigos? ¿De verdad no sentía nada más por mi?. Al final reprimí todo e hice con él como que nada pasaba, todo bien, todo bien, pero en el fondo nunca quería decirle muchas cosas, al final no lo hice, y me arrepiento, porque me quedé con todo eso adentro. Esto fue solo el inicio de situaciones que me hacían cuestionarme tremendamente qué era lo que yo estaba haciendo, Catalina de a poco se fue haciendo más recurrente en una que otra conversación, y que decir de las historias de instagram, cuando veía una de ambos sentía una punzada en el corazón y automáticamente me entristecía el día entero, pero cada vez que Byron me hablaba era como si al final todo estuviera bien, y fuéramos solo nosotros dos.

Estuve unas semanas con estos cuestionamientos, sufría por no saber que hacer, no saber que era lo que teníamos, y saber que andaba detrás de otra persona, lo medité mucho y una noche de Febrero antes de dormirme decidí que hablaría con Byron y le diría lo que sentía. Esa misma noche le hablé, era tarde pero me respondió.

— Oyee
— Dime lindo
— Me gustaría que nos vieramos mañana
— Chuta no puedo
— Es cortito, puede ser en la tarde
— Mmmm ya pero que onda? Pasó algo?
— Quiero hablar una cosa, mañana te cuento
— Oka… y donde?
— En la plaza X
— ¿Estás bien?
— Sí, tranqui.

Una vez decidido a contarle todo me sentía desesperado, tenía que sacar lo que llevaba adentro lo antes posible, aquella noche me costó dormirme, y el día siguiente me pareció eterno, solo quería juntarme con Byron y contarle todo, lo que sentía, y saber si podíamos ser más que amigos. Elegí una plaza porque sentí que era un lugar neutro para enfrentar una situación que podía irse a un lado o al otro.

Llegué yo primero a la plaza, me senté en una banca sin respaldo, era lo más cómodo que había, esperé unos 10 minutos en los cuales pensaba lo que le diría mientras con mi pie derecho dibujaba su inicial en la tierra, levanto la mirada y lo diviso, acto seguido paso la zapatilla por encima de la “B” que estaba en el suelo, le faltaban dos cuadras para llegar donde yo estaba, en esas dos cuadras no le quité la mirada pensando que quizás era la última vez que lo vería.

— Hola lindo — me dice con una leve sonrisa y un tono muy calmado.
— Hola — le respondo mientras se sienta a mi lado.
— ¿Qué quieres hablar conmigo?
— Bueno, mmmm hay algo que te quiero contar hace tiempo — le dije muy pausado, intentando levantar la voz lo menos posible para disimular lo nervioso que estaba —. Lo que pasa es que me gustas Byron…
— Mmmmm
— Yo sé que no sientes lo mismo por mi, y por eso quiero que nos dejemos de ver.
— Mmmm bucha — me dice—. Igual yo pensaba que algo así podía pasar, pero tú sabes que a mi me gusta la Cata.

No necesitaba escuchar más la verdad, recordando aquel momento me arrepiento mucho de como abordé la situación, desde la noche anterior tenía planeado proponerle que dejáramos de hablar, porque sintiendo que no me podía corresponder, sabía que continuar con lo que teníamos me haría cada vez peor. Pero la verdad es que debí habérmela jugado más, estoy seguro de que el resultado habría sido el mismo, pero pienso que debí aunque sea haberle propuesto ser algo más… algo más serio… haberle preguntado que era lo que sentía por mi…

— Si cacho.
— ¿Pero de verdad quieres que nos dejemos de ver?
— Es que es lo mejor.
— Bueno

La conversación no fue más que eso, no hubo drama, nadie gritó, ningún insulto fue dicho, pero la tristeza me envolvía. Sí, yo propuse que nos dejáramos de ver, era definitivamente lo mejor, pero definitivamente no era lo que yo quería, yo quería que me pidiera que fuéramos amigos, que hiciera alguna propuesta, que me dijera que me quería, que había sido especial para él, cualquier cosa me habría bastado, y quizás hasta hubiera seguido todo tal como estaba.

Me levanté de la banca, nos despedimos como si nada importante hubiera pasado, su indiferencia me dolió mucho, pero todo estaba decidido, a medida que me alejaba tomé mi celular y lo boqueé de todos lados, era mejor no saber nada de él. En el trayecto suprimí mis emociones lo que más pude, intenté no mover la cara porque sentía que cualquier movimiento en falso me haría llorar. Al entrar a mi departamento dejé salir todo, y lloré con un dolor tremendo en el pecho. Pasó cerca de una hora, tomé mi celu y lo desbloqueé, no para hablarle, o en realidad no sé, pero quería que me hablara, vi que tenía una historia nueva con una imagen que no recuerdo y una frase “no llores porque terminó sonríe porque sucedió”, oooh eso fue suficiente para arrepentirme de lo que había hecho. Inmediatamente le hablé, le dije que lo sentía, y que si podíamos ser aunque sea amigos

— Claro que si pinche tonto — me respondió.

Y así fue como intentamos llevar una amistad, no daré muchos detalles de esta nueva oportunidad que nos dimos, solo comentarles que tuvimos sexo un par de veces más, pero mis sentimientos nunca se apaciguaron, volví a sentirme mal por no ser correspondido y ver a Byron interesado en otra persona me hacía sentir en constante angustia, sabía que al final todo me hacía mal, y no podía controlar todo lo que sentía, una tarde después del trabajo me metí a instagram y él había subido una historia, era un foto de un regalo que le había hecho la Cata, me dieron unos celos y un dolor fuerte en el pecho, las lágrimas empezaron a correr por mis ojos y supe que ya no podía seguir así, así que nuevamente y de forma apresurada decidí terminar todo, le hablé a Byron y le dije que me sentía mal, le expliqué los motivos y le pedí que por favor me bloqueara, sí, así de loco 😅 yo ya había fallado una vez al intentar dejar de hablarle, y tenía miedo de fallar nuevamente.

— Por favor bloquéame 🙁
— Bucha lindo 🙁
— Lo siento u.u Te quier lindo, te deseo lo mejor de verdad, pero no puedo seguir así.
— Okii lindo, te quiero igual, cuídate
— Chauuu uwu
— Chao

Y así nuevamente dejamos de hablar, pasé un par de días mirando su contacto en whatsapp, hasta que me decidí y borré su número y toda la conversación, miles de mensajes eliminados. Esto fue a inicios de Marzo, intenté mantenerme distraído, buscar cosas que hacer e intentar olvidarlo, fueron días difíciles, me costaba encontrar ánimo y pensaba constantemente en Byron, hasta que de a poco me fui sintiendo mejor, pensándolo menos y hallando alegría en otras cosas.

Primero de Mayo, feriado por el día del trabajador y justo día Domingo, era una mañana nublada y bastante húmeda, había llovido los días anteriores, aún estaba en pijama cuando recibo una notificación de Instagram, era un mensaje de Byron.

— Hola ¿Cómo estás?
— Bien y tú?…

Y así conversamos comos si nada hubiera pasado, ninguno tocó el tema de que llevábamos casi dos meses sin hablar…

— ¿Su junta?
— ¿Cuando o qué? Jsjs

Y así coordinamos para vernos después de almuerzo, el clima de los días anteriores no nos detuvo y fuimos al cerro de la antena pero no queríamos llegar a ella, queríamos ir a un lugar que ya habíamos visitado en una ocasión que nunca les conté, él lugar quedaba desviándose del camino principal, no era tan arriba del cerro pero era lo suficientemente privado, dos árboles caídos dejaron dos troncos en los que nos podíamos sentar, la madera estaba húmeda pero no nos importó, nos sentamos uno al lado del otro, no fue necesario decir nada, nuestros labios se buscaron y nos unimos en un beso apasionado, mi mano se posó en su cadera y no tardó en buscar su entrepierna, sentí su pico duro sobre su buzo, me encantaba lo grueso que se sentía al taco, lo apreté y apenas separando sus labios de los míos me dice — Ya po, chúpamelo —, acto seguido se paró y dejó su pico a la altura de mi boca, aún estaba dentro de la ropa así que acerqué mi cara a su buzo y apoyé mi rostro contra su paquete, alcé la mirada y ahí estaban esos ojitos tan lindos mirándome con lujuría, una parte de mi pensaba quería que ese momento no terminara, pero más en el fondo sabía lo efímero que era todo, intenté olvidarme de esto último y continué, bajé tanto buzo como bóxer en un solo movimiento, su pico salió disparado y rozó mis labios, la posición era perfecta, abrí mi boca y me metí solo el glande, quería saborear su pico lo más que pudiera y así recordar su forma, su tamaño y su sabor por siempre. Junté mis labios al rededor de su pene y junto a mi lengua le chupé el glande, lo hacía suave y a ratos con más fuerza, dejándome guiar por los gemidos, luego me lo metí un poco más, lo más que pude pero no podía con todo, me llegaba hasta la garganta, intentaba aguantar siguiendo las indicaciones de Byron, el esfuerzo humedecía mis ojos y gotas de saliva corrían desde su pene hasta sus cocos, algunas llegaron a caer a la tierra. Byron suspiraba y gemía, me hacía saber lo mucho que le gustaba, por un momento dejé su pico y me agaché un poco para lamer sus cocos, estaban depilados, suavecitos, tenían un aroma muy rico, a limpio pero a rico, los pasé mi lengua mientras con una mano pajeaba su glande, a ratos volvía a chupar su pene para luego sacármelo y entrejuntar mis labios, dejando un poco de mi lengua afuera y me pasaba de mejilla a mejilla pasando por mi boca y lengua, eso le encantó, lo hacía con fuerza y sentía como gemía y me decía — Así, así, dale, dale oooh wn me vay a hacer correrme —. Y así fue, me tragué una vez más su pico y se corrió dentro de mi boca, sentí los chorros salir con fuerza y su semen caer en mi lengua a medida que Byron movía sus caderas. Tragué lo que pude pero aún tenía algo de su semen en mi boca cuando se agachó a darme un beso.

Después del momento de calentura volvimos a estar ambos sentados uno al lado del otro, y conversamos de nosotros y de lo que sentíamos, le dije lo mucho que lo quería y finalmente le pregunté si quería que fueramos algo más, no me atreví a decir la palabra “Pololos”, pero mi intención era clara, igual que su respuesta — Lo siento lindo, pero no puedo corresponder a tus sentimientos —. Seguimos hablando bastante rato, me contó algunas penas de amor que tenía, sobre como sentía que las cosas no le funcionaban, que conmigo mostraba un lado que nadie más veía, y así tantas otras cosas. Nos acurrucamos y dejó su cabeza apoyada en mi brazo izquierdo, lo abracé y nos quedamos así los últimos minutos. Me dijo que en algún momento pensó en mi para algo más serio, pero que al final no, y que todo lo que vivimos y mis sentimientos por él los iba a atesorar dentro de su corazón. Unas débiles lágrimas cayeron de mis ojos, pero no hubo llanto. Nos dijimos lo mucho que nos queríamos, recordamos los buenos momentos que pasamos y nos deseamos lo mejor.

— Ojalá ambos encontremos la felicidad

Con esas palabras concluimos nuestro acurrucamiento, nos levantamos decididos a marcharnos, tomamos nuestras mochilas y antes de partir Byron me mira y me dice:

— Lo siento, pero esto es todo lo que puedo hacer por ti.

Acto seguido me toma de la mano haciendo que se entrelacen nuestros dedos, lo miré y simplemente me dejé llevar, caminamos uno al lado del otro tomados de las manos como pololos, acepté que ese pequeño gesto era todo lo que me correspondía. Era poco, quizás migajas pero simplemente las tomé. Caminamos tomados de las manos hasta que la bajada del cerro nos obligó a tener nuestras manos disponibles en caso de alguna caída. Bajamos el cerro y caminamos un par de cuadras como amigos, hasta que llegó el momento de separarnos, nos despedimos y nos abrazamos por última vez.

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Con esto finaliza mi historia, en algún momento pensé en darle un final feliz, quise que este David y este Byron lograran ser felices juntos, pero al final decidí contarles lo más cercano a la realidad. Hubo muchas cosas que no les conté, muchas situaciones complicadas y un par de alejamientos más. A día de hoy con Byron ya no hablamos hace años, lo último que supe de él es que finalmente se puso a pololear con Catalina, y un día los vi en el supermercado juntos. Aún pienso en él, me hubiese gustado que muchas cosas fuesen distintas, sé que cometí muchos errores y el contar toda esta historia me ha ayudado a darme cuenta de muchas cosas y a aprender de ellas.

Byron fue mi primer gran amor, o como se le llame cuando sientes sin ser correspondido. Sé que todo ya fue hace tiempo y he intentado conocer gente nueva, lo sigo intentando. Sé que este último capítulo fue algo apresurado ya que se relataron muchos hechos, pero no quise alargar más mi historia, sepan que relaté lo más relevante, lo demás me lo guardo para mi. Gracias a todos los que llegaron hasta aquí.