Mi cuñado Favorito – Parte II

Al volver a mi casa tras nuestro primer encuentro sexual con Antonio, di las explicaciones correspondientes para que nadie sospechara la verdadera razón de mi demora y luego partí rápido a ducharme, en la ducha inevitablemente empecé a recordar todo lo que habíamos hecho, el recuerdo estaba aún muy fresco y el dolor en cierta parte de mi cuerpo me recordaba con gusto lo que recién había ocurrido, al salir de la ducha me fui a acostar, ya era bastante tarde, pero nuevamente me había bajado la calentura, mi verga estaba ardiendo y mi ano se sentía aún un poco abierto y adolorido, recordar las manos, el cuerpo y le verga de mi cuñado eran suficientes para hacer que mi pene empezara a botar precum, y cada vez que recordaba a Antonio penetrándome, a mi hoyito le daba un pequeño espasmo, no fue necesario manosearme mucho para llegar al climax y eyacular, las gotas más lejanas llegaron cerca de mi cuello, pero la mayoría cayeron en la zona de mi abdomen, me quedé un momento simplemente sintiendo el relajo post-orgasmo y luego tomé un calcetín y me limpié, para luego quedarme dormido profundamente.

Habían pasado ya dos días desde aquella tarde de sexo, y no había sabido nada de Antonio, yo ya estaba preparándome para acostarme cuando mi mamá me dice que Antonio hoy tenía turno de noche y que mañana vendría a almorzar a la casa, pero ella tenía que salir a hacer unas compras a iría con ricardito, y me pidió si yo podía atender a Antonio mientras ella no estuviera, le dije que si, que no había problema, se lo dije todo muy normal, pero por dentro ya podía imaginarme todo lo que podría pasar, inmediatamente me calenté y me fui rápido a mi habitación, antes de que se me notara la erección a través de mis shorts de pijama, me acosté y me hice una paja rápida e intensa, mi culito palpitaba de alegría y mi pene no tardó en llorar de emoción, aún después de la paja me costó quedarme dormido, la calentura y los posibles escenarios del día siguiente invadieron largamente mi imaginación, me imaginaba a Antonio encima de mi, y yo sintiendo el peso de su cuerpo sobre el mío, rozaba mi pene contra la cama mientras este y otros pensamientos me poseían, manché mi short con precum pero no eyaculé, quería acumular calentura para cuando viese a mi cuñado, finalmente el cansancio se hizo presente y dormí plácidamente hasta la mañana siguiente.

Desperté temprano aquella mañana y con más ánimo de lo normal, desayunamos solamente mi mamá, ricardito y yo, ya que mi papá ya se había ido a trabajar, después me puse a hacer unos quehaceres, eso me sirvió para distraerme un rato y que la mañana se pasara más rápido, mientras tanto mi mamá y mi sobrino se prepararon para salir, y antes de irse mi mamá me dice:

—Recuerda que hoy va a venir Antonio a comer, para que lo atiendas.
—Sí, yo lo atiendo no te preocupes —le respondí.

Tras este pequeño intercambio de palabras ambos salieron y yo fui al baño, me duché y me preparé para recibir a mi cuñado, tras la ducha me puse una polera y un short negro de esos deportivos bien cortos, ya estaba listo cuando Antonio golpeó la puerta, bajé las escaleras y le abrí.

—Hola Antonio, pasa —le digo y me aparto de la entrada para que pudiese entrar.
—Hola Migue ¿Cómo has estado? —me dice, tras lo cual entra y me da una mirada de pies a cabeza.
—Bien y tú?, Me dijeron que te sirviera almuerzo, ya que no hay nadie más en casa —le respondo y cierro la puerta.
—Sí sé —me dice mientras una sonrisa se forma en su rostro, se acerca a mí y me toma de la cintura para pegarme a él, a través de su pantalón podía sentir todo su paquete, estaba duro y el mío se paró inmediatamente, Antonio soltó mi cintura y sus manos se perdieron bajo mi short, masajeaba mi culo fuertemente y eso hacia que nuestros cuerpos y vergas estuviesen muy juntos, nuestras cabezas estaban una al lado de la otra (aunque la mía un poco más baja), y podíamos sentir la respiración y gemidos del otro.

—Desde el otro día que deseaba volver a estar contigo, y yo sé que tú igual —me dice mientras sus dedos hacen presión contra mi ano
—Sí… —le respondo a medida que un suspiro se me escapa.

Acto seguido baja mis shorts dejándome solo en boxers, y yo hago lo mismo con sus pantalones, ahora ambos estábamos en ropa interior y empezamos a frotar fuerte y bruscamente nuestros bultos, se sentía riquísimo, en un momento subí una de mis piernas y la pasé por detrás de él mientras seguíamos frotándonos y Antonio empezaba a besar mi cuello, estuvimos así como uno o dos minutos, la presión de su pene contra mi verga, y su inmenso cuerpo pegado al mío me provocaba una sensación de éxtasis máximo, si hubiésemos seguido así no habríamos tardado en eyacular, pero aún teníamos bastante tiempo y había que aprovecharlo al máximo.

Antonio dejo mi cuello en paz y me dijo que fuésemos a mi habitación, recogimos nuestras ropas y subimos, al llegar él se deshizo de su ropa interior y camisa y se recostó en mi cama, yo hice lo mismo con mis prendas y me arrodillé frente a él, por fin volvía a tener en frente mío esa gruesa verga, con mis labios cubrí su glande y con mi lengua lo masajeé, Antonio gemía y me decía —ufff que rico, me he pajeado todos estos días imaginándote así— esas palabras más me calentaron, así que intenté meterme todo su pene, aunque el grosor lo hacía difícil, pero Antonio deseaba que toda su verga desapareciese en mi boca, así que puso ambas manos sobre mi cabeza y empujo fuerte hacia abajo, eso fue todo lo que necesité para tragármelo todo, —ufff aguanta cuñadito aguanta— me decía Antonio, y aguanté las arcadas y la respiración lo más que pude, pero después de unos segundos le hice saber que no aguantaba más y me liberó, mis ojos estaban llorosos y su pene brillante producto de mi saliva, —otra vez—, me dice Antonio, así que obedientemente volví a abrir la boca y a meterme su verga, el volvió a colocar sus manos en mi cabeza, pero está vez por los costados, —abre grande cuñadito—, fue lo último que me dijo antes de volver a meterme su verga, la metió lo más que pudo e inmediatamente la volvió a sacar, y así estuvo follándome la boca un buen rato mientras las lágrimas salían de mis ojos y la saliva caía al rededor de su pene.

—Ufff que rico cuñadito, me encanta hacer esto, pero a tu hermana no le gusta, se queja mucho y aguanta poco— me decía mientras yo me limpiaba la saliva y lágrimas de mi cara.

—Subete —me ordena.

Así que me subí a la cama y me senté encima de él, mi culo quedó a disposición de su verga y yo me acerqué a él para besarnos, nos besamos apasionadamente mientras sus dedos buscaban mi hoyito para masajearlo, luego fue el turno de su pene, el cual empezó a rozar suavemente entre medio de mis nalgas, me dejó todo húmedo, frotaba su verga de adelante hacia atrás y cada vez que pasaba por mi ano empujaba más fuerte como intentando entrar, uff que delicioso se sentía, me encantaba como estimulaba esa parte, tras unos minutos así cambiamos de posición, está vez me puse en cuatro y el se agachó atrás mío, puso su boca entre mis nalgas y comenzó a comerme el culo, lo lamía fuerte, su barba me picaba pero me gustaba como se sentía, mientras más fuerte lo hacía parece que era mejor, luego intento meter su lengua dentro de mi ano, yo arqueaba la espalda de tanto placer que sentía, y gemía fuerte para hacérselo saber.

Cuando ya estuve bien abierto posicionó su pene entre mis nalgas y poco a poco fue haciendo presión, me dolía pero sabía que valdría la pena después, así que me aguante, de lo caliente que estaba yo mismo con mis manos separaba mis nalgas y de vez en cuando tiraba mi culito hacia atrás, cuando ya estuvo todo adentro Antonio se me acercó, se cargó en mi y me empezó a besar el cuello y la espalda, y suavemente se empezó a mover, su verga dentro de mi culo y los besos que me estaba dando me tenían en trance, sentía placer por todo mi cuerpo, y mi pene botaba muchísimo precum.

Después de un rato Antonio ya me embestía más rápido, y yo también tiraba mi cadera hacia atrás para asegurarme de que todo su pene entrara en mi, íbamos bastante coordinados, de pronto ya no aguanto más y me vengo sin tocarme sobre mi cama, con cada chorro de semen que botaba apretaba fuertemente mi culito lo que hizo que Antonio tampoco se aguantará más, así que subió la velocidad de sus movimientos y se corrió dentro mío al mismo tiempo que daba unos fuertes gemidos, tras esto sacó su verga de mi interior, y pude sentir como el semen empezaba a salir y corría por mis muslos, rápidamente fui al baño a limpiarme, y al volver Antonio seguía recostado en la cama.

—Ufff que rico cuñadito, estuve todos estos días pensando en repetir lo que habíamos hecho, no sabes cuanta leche boté pensando en ti —me dice mientras toca su pene aún algo duro.
—Yo igual Antonio, y cuando escuché que vendrías y estaríamos solos, supe inmediatamente lo que pasaría entre nosotros —le digo tras lo cual me subo a la cama y quedo arrodillado al lado de él.
—¿Y te gustaría que pasase esto cada vez que estemos solos? —me dice a medida que sus manos tocan mis nalgas y las acaricia.

  • … sí… me encantaría.. sigamos, solo seamos cuidadosos…

Luego ambos nos duchamos y le serví almuerzo para no desobedecer a mi mamá, quien al rato llegó junto a mi sobrino, durante el resto de la tarde Antonio y yo intercambiamos miradas de complicidad en espera de una siguiente oportunidad…

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6 Comentarios

  • Anónimo
    mayo 14, 2025 a las 10:12 pm

    Buenísimo relato cuenta más me dejaste full hot

  • Nico
    mayo 14, 2025 a las 11:01 pm

    Me dejaste igual que el otro relato, muy durito.
    Aquí me la estoy corriendo mientras los imagino 🥵 Quiero leer más bebé

  • Anónimo
    mayo 15, 2025 a las 3:07 am

    Muy picante y emocional, me encanta! Más relatos porfav

  • Anónimo
    mayo 15, 2025 a las 1:17 pm

    Genial el relato, me encantan estas historias.

  • Anónimo
    agosto 19, 2025 a las 8:53 pm

    me hice tremenda paja con este relato

    • Anónimo
      agosto 25, 2025 a las 3:42 am

      No hay más historias? Please continúa

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