Espera algo entretenida

Esto me pasó hace un mes.

Estaba en el aeropuerto, en Santiago, esperando para poder hacer el checking. Por asuntos con las conexión desde Concepción, tocó esperar casi 8 horas.

Se imaginan el aburrimiento. Me meto en la app amarilla a ver que había, sabiendo que era de madrugada, quizás alguna persona para conversar.

En una de esas, hago match con un chico peruano, de 22 años tal como me gustan (tengo 42). Él y yo dispuestos a todo en el primer baño que hubiera. Algo le pasó que me dejó esperando. A esas horas (2 am), yo incómodo, caliente y frustrado por lo sucedido…

Al rato, me escriben desde un perfil sin información y comienza la típica conversación. Él me invita ir a los baños que están hacia el counter de Copa Airlines. La verdad, a esa hora no había ni un alma en esos espacios.

Entro en el espacio de uno de los water y ahí estaba él. Justo ahí, recordé que nunca pregunté su edad y en efecto, era mayor que yo. No me van los mayores!

Pero al entrar, se portó muy bien. Hizo espacio para mi maleta, me dijo que era bien guapo, y me doy cuenta que tiene su pantalón abajo, y ese tremendo trozo de carne! Grande, grueso y moreno.

Él señor es alto, de unos 50 y tantos, bonita sonrisa y de piel morena. Siendo honesto, al verlo, la edad pasó a segundo plano. Estaba con su pantalón abajo porque se estaba masturbando.

Les recuerdo que esto pasó a las 2:30 am, en uno de los cubículos del baño del aeropuerto de Santiago, terminal internacional. Al verlo así, se me hizo agua la boca, también por la adrenalina del momento, supongo.

Entonces, me bajo mi pantalón y me sacó mi herramienta, súper pequeña a lado de la suya, pero él se deleitó con lo que vio y tocó. Me empezó a pajear suavecito, me dio vuelta y me toca las nalgas. Uff, lo recuerdo y se me para!

Luego, y como pude, me arrodillé y comencé a mamársrla. No entraba en mi boca por lo gruesa. Yo estaba en otro mundo, lo disfruté como pude y pensaba qué se sentiría ser penetrado por un pico de esa dimensión.

No pensé más y como sabía que no había más nadie en el baño, le pregunté si me lo quería meter. Puso cara de sorpresa y de morboso. Por suerte, tenía un condón en mi mochila (cabros, usen condón sempre).

Se lo puso, y empezamos. Al comienzo, solo me punteaba y paraba para besarme (besaba rico). No se cuánto tiempo estuvimos ahí, quizás algunos 10 minutos, pero fueron minutos de morbo al 1000 %.

No pudo penetrarme, pero sus puntadas eran únicas, se sentían divinas como nunca, siendo versátil activo, para mi fue algo único. Solo quería que terminara de metermela y que me diera. Me sentía toda una perrita pasiva…

Lo cómico, fue aguantarnos los gemidos de ambos!

Ahí, paramos. Se quita el condón y nos dimos una paja. Primero acabé yo, normal. Luego él, y ese chorro de leche fue largo.

Al limpiarnos, cada quien tomó su camino. Sin saber nuestros nombres, ni nada.

Volvería a repetir la experiencia.