3 en una noche – parte 3

Como les dije en el relato anterior, luego de que el Rosarino acabara y se fuera de la habitación, me levanto a limpiarme y decido dejar nuevamente la puerta junta, por si pasaba algo más.

Ya acostado nuevamente y en posición por si alguien más decide abrir la puerta, comienzo a revisar mis mensajes en la app y me doy cuenta que algunos me habían escrito, pero todos a una mayor distancia, lo que no resultaba útil para mi objetivo. Ya pasado unos minutos, me comienza a dar sueño y nada más se concretaba, cuando me llega un mensaje de un usuario sin nombre de perfil que me escribe ¿estás en la 249? Yo lo veo, pero no respondo, ya que en mi morbo, no era tener que invitarlos a la habitación, era el que quería entrar que entre.

Así que lo ignoro y ya me vence el sueño, quedando semi tapado, con parte del culo al aire. La verdad no era consciente de a qué hora ni qué es lo que estaba pasando, pero en mitad de la noche, comienzo a sentir una mano acariciando mi culo, que recorría y apretaba a su antojo, me costó un par de segundos en entender que pasaba, hasta que recordé que seguía en el hotel, con la invitación por Grindr y mi puerta abierta.

No vi rostro, ni cuerpo, solo levanté más mi culo en señal de que estaba ahí para lo que me quisiera hacer. Comienzo a sentir como se empieza a sacar la ropa, yo decido no mirar y solo dejarme llevar a lo que estaba pasando. El tipo se sube arriba mío, con el pico duro y tratando de rosarme en cada momento, por el peso sé que era una persona más robusta y con una verga promedio, saca un condon de los que tenía en mi velador, se lo coloca y dos escupos dentro de mi culo y saliva en su verga, comienza a metérmela, despacio aunque a ratos se volvía brusco. Sus metidas iban en coordinación con mis gemidos, mientras más rápido me follaba más me quejaba, el a ratos jadeaba. No cruzamos más palabras en el encuentro, solo me dedicaba a gemir y el a jadear a ratos.

La única posición en la que estuvimos fue el arriba de mí en todo momento, jamás vi su cara, ya al rato de estarme follando, comienza a aumentar el ritmo y con su mano me hunde la cabeza en la almohada, dos nalgadas me dió, antes de aumentar el ritmo.

Así comienza a darme embestidas cada vez más rápidas y cuando ya está acabando, da un gemido final acompañado de sus manos que acercaron mi culo aún más a su pico, para las estocadas finales. Ahí el tipo, cae encima mío e inmediatamente se sale, tira el condon al suelo, se viste, me da una última nalgada y se va de la habitación.

Esa noche descubrí, que aquel morbo que tenía de tanta porno, se podía hacer realidad y con ello me generó un nuevo deseo. Ahora me encuentro analizando dónde hospedarme la siguiente vez, para ver si cuento con la suerte de tener quien me visite de noche.

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1 Comentario

  • Anónimo
    julio 18, 2025 a las 9:30 pm

    Ohhh que morbo! Que excitante noche

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