Cita en el cerro
Les quiero contar una experiencia que viví hace poco, cuando aún tenía 25 años, resulta que soy una persona tranquila, por decirlo de alguna manera, también se podría decir que soy poco aventurado, no me he atrevido a hacer muchas cosas en el ámbito sexual, pero desde el año pasado, quizás por la pandemia, cuarentena y otras cosas, decidí que exploraría y me atrevería a tener más experiencias sexuales. Esta determinación hizo que a principios de este año (2021) decidiera descargar grindr, esta famosa aplicación ya la había usado con anterioridad, pero cada vez que la descargaba, era solo para mirar y curiosear un rato, sin real ánimo de concretar un encuentro, por lo que prontamente la desinstalaba, pero esta vez decidí que sería distinto, y así fue, instalé la aplicación, y a los pocos días por primera vez completé mi perfil: 25 años, 164 cm (soi chikito), 55 kg, complexión física promedio, Inter pasivo, Geek.
Preferí partir suave, así que puse que buscaba chupar, y como me gustan los de mi edad, pero también los daddys, añadí que buscaba alguien entre 20-45 años, no puse foto y decidí por fin aventurarme y no ser muy exigente, le respondería a todo el que me hable, intentaría ser simpático, enviaría fotos si se daba la ocasión y me esforzaría por concretar algo. El primer día hablé con aproximadamente 5 personas, envié fotos y descubrí que las fotos efímeras tienen un límite 🙁 estuve cerca de concretar con un tipo, pero él pedía más fotos y como ya no tenía más efímeras no le envié más y todo quedó ahí. Para el segundo día ya había hablado como con 15 tipos, algunos eran vendedores, con otros no avanzó nunca la conversación, otros simplemente me dejaron de hablar y algunos no me atraían lo suficiente, pero si se podía concretar algo con alguien que fuese más o menos de mi gusto igual estaba dispuesto a aperrar y ganar experiencia, de verdad que andaba muy caliente….. pero como se me acabaron las fotos efímeras mis posibilidades se habían estancado, me daba poca confianza enviar fotos de la forma normal… hasta que aproximadamente a la hora de almuerzo me habló un tipo, su perfil decía Yolost (Hojita), otro vendedor… dije yo, pero no, al abrir el chat lo primero que vi fue una foto de un pico tirado hacia atrás con la cabeza apuntando al ombligo, lindo a mi parecer, de un tamaño apetecible, conversamos un rato, e intercambiamos fotos de cara, el tipo me pareció ok, no era un modelo pero me gustó, decidimos juntarnos pero ninguno tenía lugar 🙁 … entonces como lo haríamos?? El cerro! Hay un cerro que queda como a 3 cuadras de mi casa, y él conocía un lugar por el cual uno se podía adentrar en el, por lo que ya teniendo lugar pusimos una hora y lugar para juntarnos, 5:30 en el cruce de la línea del tren.
Eran aún las 3 de la tarde, por lo que tuve tiempo suficiente para prepararme, aquel día me tocaba trabajar de noche, por lo que en mi casa dije que debía ir más temprano al trabajo para ver una cosa X, preparé mi mochila, en la cual incluí además de lo usual dos pantalones, uno viejo y roto y uno semi nuevo. Me vestí lo más cómodo posible, y me puse un jockey y mascarilla antes de salir, caminé una cuadra y llegué puntual al lugar del encuentro, pasaron un par de minutos pero no veía a nadie que pudiera ser mi “compañero de trekking”, durante la espera se me pasaron infinidad de pensamientos por la mente, entre ellos si de verdad estaba correcto lo que hacía, si iba a resultar bien, y toda esa clase de cuestionamientos inoportunos, por lo que estaba nervioso pero decidido, así que le hablé por grindr y me dijo que venía cerca y así era, en su perfil en vez de marcar los 807 metros de distancia ahora marcaba 200.
Al poco rato me llega un mensaje y es de él, me dice que está en el paradero, ¡maldición! Hubiese preferido que él hubiese llegado a mi lado y no yo tener que acercarme a él. Miré hacia el paradero y lo vi, caminé, cruce la línea del tren y la calle, llegué al paradero y nos saludamos, era flaco y un poco más alto que yo, andaba con un short y polera negra, me dice vamos, así que empezamos a caminar, yo siguiéndolo. En el transcurso hablamos un poco, nada muy personal, y pude notar que era algo flaite, pero solo un poco.
Finalmente habíamos llegado al lugar por donde se podía acceder al cerro, nos adentramos lo suficiente para estar seguros de que nadie nos podría ver o escuchar y nos detuvimos en donde nos cubrieran los árboles, ya no quedaba nada, por fin después de mucho tiempo volvería a tener un pico en mi boca, estábamos uno frente al otro y me dice —ya, dale— mientras se manosea el paquete y procede a bajar su short lo suficiente para sacar su pico, sabía lo que tenía que hacer, y la mascarilla no jugaba ningún papel en mi tarea, así que me descubrí el rostro, él hizo lo mismo y por primera vez lo pude ver bien, no era igual que en la foto de grindr, en persona, a diferencia de en la foto, llevaba una barbita que lo hacía ver mucho más apuesto y que me dejó loco, la calentura y el nerviosismo recorrían mi cuerpo, no había tiempo que perder así que arrojé al suelo el pantalón viejo que había llevado y apoyé mis rodillas en él para luego acercar mi cara a su miembro, el escenario era el mismo que con la otra fotografía, en persona era mejor, no era un pene tan largo pero si grueso y cabezón, bien proporcionado según yo, se había depilado tanto bolas como miembro, así que con gusto procedí a meterlo en mi boca, finalmente volvía a sentir ese sabor a pico, que rico csm! Sabía un poco a sudor, pero se notaba que estaba muy limpio, jugué un poco con su delicioso glande mientras con mi mano sujetaba su miembro desde la base, a ratos intentaba tragármelo lo más que podía, pero no me cabía todo, en un momento mientras lo miraba a los ojos me dice —saca la mano— Obedientemente hice caso, dejé de sujetar su pico y con sus dos manos me sujeta de la cabeza y comienza a follar mi boca, yo me dejaba nomás, el sonido que producía su pico en mi boca y sentir su glande en mi garganta me tenían en éxtasis, a esto se le sumaban sus gemidos y constantes —ooh que rico— que salían de su boca, estuvimos así unos segundos hasta que con un movimiento brusco hizo que entrara todo su pico, la arcada no tardó en llegar y las lágrimas ya empezaban a asomarse en mis ojos, su pene ya no estaba en mi boca así que aproveché de tomar un poco de aire y él empleó ese tiempo para bajar más su short negro y boxer blanco, levantó la pierna derecha y se sacó sus prendas de ese lado, quedando tanto short como boxer amarrados a su tobillo izquierdo, yo solo quería seguir con lo mio, y esta vez era turno de sus cocos, los cuales eran grandes y sin ningún pelo, perfectos para pasar mi lengua, así que agarré su pico y lo hice apuntar hacia arriba mientras ubicaba mi cabeza un poco más abajo para que mi boca quedara a la altura de sus dos bolas y recorrí ambas con mi lengua, también tenían un rico sabor a sudor, más fuerte que el de su miembro, las lamí con ahínco mientras con mi mano derecha lo pajeaba, y con gentileza me metía una o la otra en mi boca para chuparlas un rato, sus suspiros me indicaban que le gustaba, pero yo quería volver a sentir su pico, por lo que volví a meterlo en mi boca, esta vez estaba decidido a metérmelo todo sin su ayuda, y después de un par de “mete y saca” lo logré, tenía todo su pico en mi boca, mi nariz en su pubis y su glande en mi garganta, lo miré a los ojos y me dice —Te grabaría mientras hací esto— seguido de un gemido y un apretón de ojos, su cara evidenciaba el gran placer que sentía, la fugaz idea de grabar no prosperó, era nuestra primera vez y yo solo quería disfrutar sin distracciones, pasaron unos segundos con su pene en mi garganta, la cual intentaba apretar para estimular más su miembro, pero no aguanté mucho y su pene salió bruscamente de mi boca acompañado de otra arcada, ahora las lágrimas ya recorrían mis mejillas, pero era claro que eran gotas de regocijo y calentura.
Nos detuvimos un momento y nos sumergimos más en el cerro, llegamos a un lugar donde había un tronco de superficie lisa botado, él lo usó para apoyarse y quedar cómodo, yo volví a arrodillarme y antes de meterme su pico noté que su glande estaba lleno de precum y de esa espuma blanca que se forma, por lo que previo a atragantarme con ese pedazo de pico decidí pasar mi lengua y saborear toda ese esencia de macho que cubría la cabeza de semejante miembro, todo esto mientras contemplaba la cara de excitación que tenía y me preguntó:
—¿Te lo puedo meter?
—No— le respondí con cara de perdón, tenía que trabajar después y no alcanzaba a ducharme antes de ir a laborar.
—¿Para la próxima?
—Para la próxima
Lo miré directo a los ojos mientras volvía a devorar su pene, primero el glande, con el cual jugué un rato, luego continué con el resto, pasé mi lengua desde sus cocos hasta su glande para introducírmelo nuevamente, lo metía lo más que podía y lo sacaba de mi boca, repetí esta acción hasta que me tomó del pelo y volvió a follarme la boca, otra vez me hizo hacerle garganta profunda, su miembro se adentraba lo más que podía y me lo sacaba para volver a ensartarlo hasta mi garganta, hubo numerosas arcadas y lágrimas entremedio, además de la saliva que había manchado mi ropa, era un poco incómodo pero solo quería darle placer, yo estaba absorto en la calentura del momento, me encantaba sentir que me usaba de tal forma y que a través de mi él lograba complacerse, mi única preocupación en ese momento eran mis lentes, ya que cada vez que mi boca envolvía la base de su miembro, su pubis hacía presión sobre mis anteojos, pero por suerte no les pasó nada, después de un rato sacó su pene y me indicó que trabajase sus testículos, la situación era similar a la anterior, pero esta vez era él el que estimulaba su miembro, supe que no le faltaba mucho así que seguí lamiendo sus dos bolas hasta que noto que se empieza a pajear más rápido, de repente un fuerte gemido salió de su boca y al mismo tiempo chorros de semen empezaron a brotar desde la punta de su pico, los primeros cayeron a la tierra pero logré tragarme el resto, si me hubiese avisado que se venía me lo habría tomado todo, ya que me da mucho morbo el semen.
Mientras le chupaba el glande me dice —despacio—, por lo que seguí lamiéndoselo con delicadeza hasta dejarlo limpio, mi labor ya había terminado, estaba contentísimo de haber deslechado a este macho, e inmediatamente me puse a pensar en lo que había pasado, no era remordimiento ni nada, sentía cero arrepentimiento, pero pensaba en este nuevo lado de mi que había descubierto, un lado más promiscuo y decidido que sin duda quería seguir explorando. Ya había pasado bastante rato desde que estábamos en el cerro, así que saco mi celular y miro la hora, ya era tarde y tenía que tomar el bus al trabajo, recorrimos el mismo camino de vuelta hasta que salimos a lo urbano, caminamos juntos hasta un paradero que quedaba camino a su casa, en el trayecto nos dimos nuestros nombres, por fin nos presentábamos formalmente, quizás no sea el orden adecuado de hacer las cosas, pero que más da, hablamos de juntarnos de nuevo y me dijo que dependía de mi… o sea que me tiró la pelota para que yo decidiera, obvio que quería volver a juntarme, pero se me hizo ser tan directo, al llegar al paradero nos despedimos de un apretón de manos porque no homo, tomé el bus hasta mi lugar trabajo, iba con las zapatillas y pantalón embarrado producto de un montón de lodo que había pisado en el cerro pero eso no importaba, iba contento, con mi apetito sexual más que satisfecho y pasado a pico, al llegar pasé a un baño a cambiarme el pantalón y lavarme los dientes para sacar el olor de su pico, el cual también había quedado impregnado en la mascarilla, la cual boté y me puse otra, luego se me ocurrió que quizás hubiese sido buena idea guardarla, pero tal vez habría sido muy loco jaja
Espero les haya gustado mi relato, y ojalá pronto tener otra experiencia para contarles!
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