Con mi amigo del gimnasio

Hola, les voy a contar mi historia.

(Soy bisexual).

Todo partió cuando entré al gimnasio. No soy muy deportista, pero me hacía falta hacer ejercicio. Estuve yendo como dos meses, y estaba lleno de hombres musculosos y muy marcados. A mí no me gustan mucho ese tipo de hombres, me gustan más los normales.

Bueno, todos los días cuando me cambiaba, veía a un hombre como de mi edad (20), bastante atractivo, no muy alto, pero cuando se quitaba el short se veía que tenía buen paquete y buen culo. Igual tenía el cuerpo algo marcado, y la verdad es que me atraía. Nunca hablaba con él, hasta que un día me lo topé en la trotadora de al lado y conversamos harto rato.

Fuimos juntos a los camarines y seguimos conversando. En eso, se fue a bañar; solo le pude ver la espalda y el culo, bien formados y atractivos. Cuando volvió, me dijo que iba a hacer un carrete en su depto y que si quería, fuera.

Llegó el sábado y fui a su depto. Solo habían unos cuantos amigos suyos. Tomamos unas piscolas, él se curó y no cachaba nada de lo que decía. Después se fueron todos sus amigos y quedamos solos los dos. Yo le dije que era muy tarde, que iba a pedir un Uber, pero me dijo que no me preocupara, que si quería me quedara a dormir. Yo acepté.

Seguimos tomando y fumando, hasta que me empezó a decir que yo era “medio tirao pal otro lao”, que si yo era gay. Yo siempre lo negué. Él siguió insistiendo, diciendo que yo era gay pero que no quería aceptarlo, que se notaba en mi forma de ser. Yo nunca decía nada, seguía negando.

De repente, me dijo lo siguiente:

— “Yo sé que eres gay… si me lo confiesas, te dejo que me chupís el pico”.

Lo pensé por un momento, pero seguí negándolo. De pronto, me dice:

— “Me voy a sacar la polera y el pantalón. Si querís, mirai el paquete… si yo sé que erís gay”.

Cuando se sacó la ropa, me calenté mucho. Le miré el paquete por cinco segundos, él estiró su mano hacia mí, me agarró la mano y la llevó directo a su paquete. Yo le dije que igual tenía buen paquete, y él respondió:

— “¡Yo sabía que eras gay!”.

Entonces le dije:

— “Ahora cumple tu palabra”.

Me arrodillé frente a él, le agarré su enorme paquete, le bajé el bóxer y salió un pico hermoso, con unos huevos grandes, afeitados y la cabeza bien rosada. Me quedé contemplando esa hermosura, hasta que de repente me agarró del pelo y me la metió hasta el fondo. Se lo mamé mucho, y cada vez crecía más y más. Ambos estábamos desnudos, y él me decía que se la chupara más al fondo; me daban arcadas.

De pronto, me pidió hacer un 69. Me empezó a chupar el pico y yo estaba muy caliente; no duré nada y me fui en su boca. Se enojó, me retó porque le llené la boca de semen. Entonces me dijo:

— “Wn, me llenaste de semen… como castigo, te la voy a meter”.

Me puse en cuatro, me tiró un escupo en el ano y, sin condón, me empezó a meter la cabeza. Sentía un dolor enorme. Me decía que aún no comenzaba lo peor, hasta que me metió el pico completo… ahí sí que me dolió. Me puse a llorar, le pedía que parara, pero me decía que este era mi castigo.

Me la metió como por 20 minutos. Al principio dolía, pero después ya no… de hecho, no quería que parara. Me preguntó:

— “¿Querís que me vaya en tu ano o en tu boca?”.

Le dije que quería en mi boca, se lo chupé como cinco minutos y me tragué todo su semen. Después nos comimos un rato y nos quedamos dormidos juntos, desnudos, en su cama.

A la mañana siguiente nos despertamos, y estábamos los dos desnudos. Él no se acordaba de casi nada, pero yo recordaba todo porque no me había curado tanto. Me preguntó qué había pasado entre los dos, y yo le dije que fue la mejor noche de mi vida. Me tiré encima de él, se la chupé y él me metió los dedos.

Desde entonces, vamos juntos a su depto después del gimnasio; casi siempre se la chupo o me la mete, como tres veces al mes. Él es hetero, incluso tiene polola, pero dice que yo soy su “consuelo”, que conmigo es mejor porque no puedo quedar embarazado.

Yo soy bisexual, también tengo polola, y ella sabe que lo soy. A veces me dan ganas de hacer un trío entre mi amigo, mi polola y yo, pero si le digo eso a mi polola, seguro terminamos.

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1 Comentario

  • Anónimo
    agosto 31, 2025 a las 1:16 pm

    Que buena historia…. Felicitaciones

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