Paja, colega y teatro.

Esto sucedió el año pasado, soy actor de teatro tengo 25 años, mi grupo de teatro no es muy grande y en su mayoría eran mujeres, conmigo solo éramos 3 hombres uno de ellos era un niño, y el otro ya era más grande de 18 recién cumplidos. Yo acostumbraba a molestar con él, aunque a veces me caía mal, era bastante inmaduro, tenía comentarios fuera de lugar y hasta homofóbico era, es ese tipo de hombres que te dicen «hable como hombre» y cosas así. Obviamente yo no me iba a igualar a su edad y sus procesos, pero si sabía cómo sacarle cosas como comidas, o chismes de su vida. En uno de esos chismes, un día estábamos en ensayo, los dos teníamos un camerino para nosotros dos y todo comenzó ahí, cuando yo fui al camerino él ya estaba ahí listo para salir a escena, él estaba en el celular y le pregunté —¿Que hace? —¿Viendo porno? Y me acerqué, él me dijo no. Yo no quería parar la conversación, pues me daba un poco de morbo y curiosidad saber si él, que estaba en plena adolescencia tenía sus momentos de calentura. Entonces él me mostró la pantalla de su celular y estaba en Facebook, normal. Yo le dije de manera insinuosa que pusiera porno, y él es ese tipo de adolescentes que cuando les hablan de eso se ponen nerviosos, y me dijo, —¿Usted sería capaz? Yo le respondí si, es más, hasta me haría una paja ahí sentado y le señalé una silla de utilería que había ahí. Él se rió, y me dijo —¡Uy! Yo no sería capaz. Ahí en ese momento quedó la conversación y salimos a escena, luego volvimos a entrar al camerino, y me senté en la silla, y lo llamé por el nombre y le dije. —Vea, así me la haría. Solo hice la muestra de como me haría la paja, como yo sabía que él es hetero, le dije —o meterme acá con una mujer y tenerla sentada acá. Y le hice la muestra, a lo que él otra vez se puso nervioso con una risa. En ese momento fui al grano, y le pregunté, —¿Usted si se hace la paja? Y el me dijo si, en un tono más serio, yo le dije, —¿vamos a hacernos una paja? Él se rió, pensando en que era bromeando, a lo que yo le seguí la cuerda. Clases después, mientras compartíamos camerino, yo salí del baño con en pantalón y la correa desabrochada, yo llevaba un boxer verde que era bastante corto pero me gustaba porque me hacia buen bulto. Cuando llegue a donde él estaba, él miró que traía eso desabrochado, yo intenté ignorarlo, pero en realidad lo hacía apropósito, y volvimos a nuestra conversación, le dije —¿Usted tiene pelitos? Mientras me terminaba de abrochar el pantalón, el respondió si, y le dije muchos o pocos, y en ese momento antes de que él respondiera, me baje la pretina de mi boxer levemente y le enseñé mis pelitos que en ese momento estaban bien crecidos, él se rió, y me dije vea los míos, él tenía muchos más pelos que yo, o eso parecía, tal vez no sé rasuraba seguido por lo tanto los tenia más largos. Él de manera curiosa me preguntó, —¿Usted si se hace la paja? Yo le respondí que si, que la noche anterior me la había hecho. Yo le pregunte. —¿Cuando fue la última vez que se la hizo, me dijo el fin de semana. Recuerdo mucho que él me dijo. —Es que muy rico esa sensación, yo tuve una vez que me la hice cinco veces en el día. Yo me reí y me sorprendió, yo le dije que lo máximo para mí habían sido tres veces y casi no aguantaba, él comenzó a contarme que sus compañeros de colegio en su momento también hablaban de eso, que hacía concursos para ver quién era el más pajero del grupo. Yo le dije que él era el más pajero, me dijo la verdad si. Sin perder la oportunidad le dije que si nos íbamos a hacer una paja, él de una me dijo. —¿Tiene ganas? Yo le dije si. Habia un espejo grande en el camerino, por el reflejo del espejo lo llamé por el nombre y le mostré mi verga parada pero sobre el pantalón, —Es que vea como la tengo. Él se rió, se puso nervioso y me dijo unas groserías pero de expresión. Me dijo yo la tengo más grande, y yo le dije no importa, hágale y nos hacemos una paja cuando salgamos. Él aceptó, cuando salimos no tenía lugar, pero decidí llevarlo un potrero lejano que conocía, él me dijo —el que se venga primero gana. Yo le seguí el juego, yo estaba de pie, y él aunque estaba nervioso no sabía cómo iniciar pues no quería que yo le viera la verga, yo me bajé el boxer y me la saqué y comencé a masajear, él volteo a mirar e hizo una expresión. Yo le dije. —hagale rápido porque no tenemos mucho tiempo. Él me dijo —pero no me vea la verga. Yo le dije —parece bobo, ni que la tuviera pequeña. Él lo tomó como un reto en ese momento y se volteo, se acostó y se sacó la verga, la verdad era bastante grande para su edad podría decir que media lo mismo que la mía 17 cm y aproximadamente podía medir más. Yo lo veía sigilosamente, con cuidado de que él no se percatará que yo me estabas excitando con la forma como se masturbaba y como tenía la verga, era el tipico de piel blanca y verga negra, yo me corrí estando de pie, en ese momento lo llamé y él se quedó viendo los chorros que me salían, él me dijo —mucho hijueputa, me ganó. Minutos después el se corrió también le salieron buenos chorros de semen. Después de eso, en clases después seguimos con el tema, y la pregunta clásica era —¿Cuando fue su última paja? Y así, no volvió a pasar pero si le pude ver la verga un par de veces más en medio de nuestras conversaciones calientes en camerino.

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