Mi primera vez utilizando Grindr

Un día, aburrido en mi cuarto, estaba en un grupo de WhatsApp gay de la ciudad, donde todos hablaban de Grindr, una app para encuentros que no conocía. Como soy nuevo en esto y me moría por probar, hice mi perfil: fotos de espalda mostrando un poco mis nalgas, diciendo que soy pasivo, que no busco relación, solo conocer y ver qué pasa. Llegaron montones de mensajes, pero nada me enganchaba hasta que vi a “Osito Grande”, un gordito activo de mi barrio, sin foto de cara como yo. Me llamó la atención su onda y empezamos a chatear. A diferencia de los otros, iba despacio, y eso me gustó.
Era noche, las ganas me picaban, y empezamos a mandarnos fotos calientes. Le pedí ver su verga, y me mandó una foto: gorda, como lata de refresco, cortita y deliciosa. Me pidió una de mi culo en cuatro, así que puse el celular en un trípode, me tomé la foto y se la envié. “Qué rico, quiero comérmelo todo, se ve poco usado, ¿lo probamos?” me dijo. Le contesté que sí, que quería sentir esa verga en mi culo. Quedamos esa misma noche; tenía casa sola y me dio la ubicación.
Llegué y, sorpresa, era el tipo de Uber que me hace servicios. Nos miramos, shockeados, pero reímos: nunca pensamos que teníamos esos gustos. Era un gordito barrigoncito, peludo, con una verga wow. “No pensé que fueras tú, pero qué rico que sí”, me dijo. Saqué una cerveza, charlamos un rato, y de pronto me puso la mano en la pierna, sobándome. Empecé a besarlo, se bajó los pantalones y le empecé a chupar esa verga gorda. “Quítate el pantalón”, me ordenó, como estaba en cuatro chupándoselo el se escupió los dedos y empezó a sobarme el culo para abrirme y luego me dijo que te gusta yo le dije que me chupen en culito antes de metermelo y el encantado me dijo a mí me gustaría mucho chuparte ese culazo y empezó y mientras lo hacía me decía “Te gusta, ¿verdad? Eres un putito, hoy serás mi putito», y dije como nos suave y exitante “Sí, papi, hazme tu putita”, le rogué.
Me dejó de chupar el culito y me dijo escupeme la verga y me la metió bien rico. Se vino rápido, pero fue intenso. Hablamos un rato, me bañé y, al irme, me dijo: “¿Te vas sin despedirte?”. Me di la vuelta y le di un besito y salí, sintiéndome como su perra, cogido por alguien inesperado. Igual el me sigue llevando en Uber, a veces le pago con mamadas en el carro es que no nos aguantamos y me sigue mandando fotos de esa verga que parce como lata de refresco delicioso y refresco o más bien desestresante…..
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