Los boxers de mi hermano – Parte 2

Continuando con el relato anterior me dirigí en la noche al cuarto de lavar donde toda la familia dejaba la ropa sucia y con el pulso al mil y miedo de despertar a alguien me puse a buscar los boxers de mi hermano, ya tenia ubicado perfectamente cuales eran, me excitaba mucho verlo con unos Calvin Klein blancos que tenia que le marcaban super bien el bulto y el culito, lastima que era una escena que miraba a escondidas pocos segundos cuando se cambiaba, cuando fui a la ropa sucia inmediatamente busque esos boxers pero no los encontraba, me imagino que quizás ya estaban limpios o al fondo de la ropa sucia, por lo que agarre un par de sus boxers y procedí a olerlos, me los puse en la cara y los olía muchísimo, a decir verdad olían a limpio (puesto que mi hermano siempre ha sido muy higiénico) pero el morbo de olerlos era mas fuerte, solo pensar que ahí estuvo su bulto, su culito y piernas velludas me la ponían dura, oler no me bastaba por lo que con uno de los boxers lo empece a lamer donde había mas contacto con los huevos y verga y con el culito mientras que con los otros boxers me desvestí y puse los suyos ya usados, me la empece a jalar con los boxers que olí y lamí y ahí mismo descargue mi corrida, todo el momento tuve un miedo y nerviosismo de despertar a alguien, con el corazón a tope pero la calentura me ganaba, procedí a regresar los boxers ya embarrados de mi semen a la ropa sucia mientras me iba a acostar con los otros boxers de mi hermano puestos, esto se volvió casi un ritual nocturno en donde iba a oler o lamer su ropa interior o me la robaba para ponérmela y masturbarme con ella, me hacia sentir cierta intimidad con el.
En unas ocasiones me tocaba ver ropa que en su entonces pensaba que eran restos de semen puesto que ya venían con unas manchas blancas secas y tiesas, mas cuando eran después de que mi hermano fuera a fiestas, con el tiempo entendi que no eran exactamente manchas de semen, sino los restos o solo manchas de precum, en fin cuando las vi me puse calientisimo y alegre como no tienen idea, instantaneamente lo oli y lami, fue una experiencia que recordarla me la pone dura mientras escribo, era un olor a sudor y un sabor ligeramente salado que me encantaba, me hacia imaginar que le lamia el bulto por encima de los boxers a mi propio hermano, una vez inclusive me descubrió con su ropa interior pero al confrontarme le dije que no tenia limpia y por las prisas se me hizo fácil robarle unos boxers, solo me dijo que no lo hiciera, la ropa interior no se compartía y ya, no se escalo el conflicto o paso a mayores.
Mi calentura con los boxers después de unas semanas o incluso meses se calmo y deje de hacerlo, pero yo quería mas… por lo que decidí buscar entre sus cosas, llegando a un cajón donde guardaba todo lo sexual, condones, un lubricante y lo que mas me prendió e inicio un nuevo “ritual” a mi hermano, un vibrador anal…
En la parte 3 relatare sobre que paso con ese juguete, espero les haya gustado esta segunda parte.

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