Todo en familia – Parte I

Soy el Mateo y actualmente tengo 22 años, de contextura delgada, blanco, 175 de altura, pelo castaño, ojos café, buen culito blanco y grande. Lo que voy a relatar comenzó a mis 18.
Cuando era muy cabro chico mi mamá decidió separarse de mi papá, ya que tenía muchos problemas con adicciones, como el copete o las drogas, por eso tengo pocos recuerdos de mi infancia o adolescencia con él. Tras la ruptura, volvimos a la ciudad donde vivíamos antes, Concepción. Mi mamá tenía a su familia más cerca y mi tío ayudaba en todo lo que podía. Luego que pasa un tiempo tras la separación, mi mamá empieza a verse con un amigo de toda la vida de mi tío Andy, el Pato. Se conocían desde chicos con mi tío porque eran vecinos y crecieron casi como hermanos. El pato era 16 años mayor que yo cuando empezamos a vivir los tres juntos en la nueva casa. Físicamente, era de piel morena 1,88 de altura, cuerpo trabajado con brazos grandes y dos tatuajes que cubrían parte del hombro al antebrazo, espalda ancha, pelo corto oscuro y un abdomen un poco marcado con algunos pelos sobresalientes. El Pato es el típico loco rico que le gusta sentirse deseado y que le digan que está rico. Muy masculino en su forma de ser y súper simpático, siempre agarrando a todos para el webeo. En más de una ocasión, tuvo algunos dramas con mi mamá por su cercanía con las vecinas del barrio, quienes a la más mínima oportunidad, se lo joteaban o bromeaban con doble sentido.
Cuando empezamos a vivir los tres su presencia nunca pasaba desapercibida, sobre todo, durante las noches cuando se escuchan extraños ruidos desde la habitación de mi mamá y mi padrastro. Pequeños golpes de la cama al chocar con la pared se podían oír a altas horas de la noche, o bien, suaves gemidos de mujer que evidenciaban el goce y deseo de ambos, lo que me provocaba cierto morbo y, envidia, al mismo tiempo. Con el pasar del tiempo, nuestra relación se fue volviendo mucho más cercana y había más confianza entre nosotros. El Pato era re preocupado por mí y cómo me iba en el liceo, mis amistades y mis pasatiempos. Siempre que podía me motivaba para comer más y hacer ejercicio junto a él, ya que siempre fue un destacado deportista y muy masculino; a diferencia mía, que era delgado e introvertido, lo que generaba comentarios de su parte como que debía comer y entrenar más, sino cuando crezca ninguna mina me va a pescar. En ese entonces, yo no había salido del closet con nadie de mi familia aunque probablemente ya algunos sospechaban, como mi mamá, o ya sabían puesto que siempre fui un poco más delicado o no me gustaban las mismas cosas típicas que a los cabros de mi edad como jugar a la pelota.
Mi mamá trabajaba como enfermera en un hospital y como tenía turnos de trabajo, el Pato me acompañó algunas noches en las que a ella le tocaba trabajar. Yo me quedaba en mi pieza jugando y bajaba para comer con el Pato, quien siempre estaba en el celular cagado de la risa, o sino, viendo algún partido por la tele o haciendo alguna rutina de ejercicio para mantenerse en forma.
En uno de los tantos turnos de noche de mi vieja, se suponía que el Pato me acompañaría y cocinaría algo, pero como eran las finales del campeonato de fútbol de donde vivíamos, me escribe al WhatsApp diciendo que como ganaron la final, se quedaría celebrando un rato más con sus amigos y compañeros de equipo por el triunfo y que no lo esperara despierto. A eso como de las 1am, cuando estaba por quedarme dormido, escucho abrirse la puerta principal y unas voces acompañadas por pasos. Era el Pato que había vuelto de la cancha con algunos amigos y amigas que al parecer, querían seguir el carrete. A pesar de que estaba en el segundo piso, el ruido de las conversaciones, las risas y la música no me dejaban dormir tranquilamente, hasta que como a las 5am se empiezan a ir algunos de los invitados, quedando todo en absoluto silencio. Yo asumo que todos se han ido de la casa y bajo silenciosamente por las escaleras para verificar, pero me llevo una sorpresa cuando empiezo a escuchar unos gemidos y ruidos que provenían desde la pieza de mi mamá y el Pato.
En el primer piso, estaba todo oscuro así que tengo cuidado de no tropezarme o hacer ruido y me voy dirigiendo en modo ninja a la pieza. Esta, se encontraba ligeramente abierta por lo que podía ver algo de lo que sucedía al interior y la escena que presencié me deja atónito.
Una de las vecinas, que es casada y vive en la misma calle que nosotros y siempre saluda de forma amable al Pato y a mí, se encontraba encima de la cama donde dormían el Pato y mi mamá, con las piernas y el culo levantados en el aire mientras atrás de ella se encontraba el Pato, imponente y como un toro, la tenía sujetada con una mano en la cintura y con la otra jalándola del moño del pelo, mientras se escuchaba el ruido del vaivén de las embestidas que el Pato le daba a su culo. Los gemidos de placer de ambos, en especial de la mina, inundaban toda la pieza y se escabullían por los rincones de la casa. Yo no sabía de qué forma reaccionar ante tal situación que me dejaba sorprendido y también caliente al ver al macho de mi mamá y objeto de numerosas fantasías y pajas, en plena acción sin importarle nada. Estaba en eso, mientras me tocaba piolamente sin perderme ningún detalle de lo que estaba pasando cuando el Pato empieza a decirle a la vecina:
– P: «Oh ctm hace rato que tenía ganas de meterte el pico. Te está gustando como te lo pongo maraca culia?»
– V: «Siii…. Siii…. Qué rico se siente…. Ahhh….. Ahhh…. Dame más….. Si…….» le decía la vecina mientras movía su culo para atrás para encontrarse con el pico del Pato que le entraba todo y luego salía para volver a entrar en lo más profundo.
– P: «Cómetelo entero y aguántalo conchetumare, te voy a culiar hasta quedar con los cocos secos» «Toma, toma, toma, toma» le decía mientras no paraba de culiarse a la vecina y gemir de lo mucho que lo disfrutaba.
La calentura que yo sentía al ver esa escena se fue incrementando mucho más al escuchar como la vecina gemía mientras el Pato se lo ponía todo. No le importaba si yo despertaba o que estuvieran culiando en la cama donde dormía con mi mamá. El Pato seguía en lo suyo y dando rienda suelta a su pasión, propinándole palmetazos en la raja, jalándola del pelo mientras la embestía con toda la fuerza de su cuerpo musculoso, mientras ella le pedía que por favor la culiara más duro, a lo que él respondía ensartándole todo el pico adentro.
Estuvieron culiando tanto rato que yo me fui a acostar y me quedé dormido mientras me pajeaba recordando cada detalle que pude ver. A las pocas horas, me levanto para ir a clases y ya no había rastro de nada, la puerta del Pato estaba cerrada y los rastros del carrete se habían desvanecido, él no se levantó como suele hacerlo por las mañanas, supongo que fue por la caña y las pocas horas de sueño luego del culión que le había dado a la vecina. Así que me arreglo solo para ir a clases, mientras mi cabeza no para de pensar acerca de todo lo que había sucedido esa misma noche. No sabía cómo reaccionar, si decirle o no a mi mamá todo lo que el Pato había hecho a sus espaldas, o si, debía confrontar al Pato acerca de lo que pasó o preguntarle por qué lo hizo. Cuando vuelvo de clases me lo encuentro preparando comida en la cocina porque mi mamá había llegado a puro dormir de la pega. Cuando me ve, me saluda y me dice:
– P: «Wena Teo, cómo estái? Perdón por no llegar anoche weon, como salimos campeones teníamos que celebrar y nos quedamos weando en la cancha».
– M: «Hola Pato, bien gracias y si caché, me costó dormirmo anoche por el manso ruido»
– P: «Puta sorry Teo, queríamos seguir el vacile con los panas y como tomaron harto andaban medios jugosos jajaja»
– M: «Y hasta qué hora estuvieron? Me levanté a la noche en el baño pero ya no había nadie».
– P: «No caché la verdad wn, como tipo 4 o 5 ya no había nadie si»
– M»: Si me di cuenta, pero habían unos ruidos raros cuando vine al baño».
– P: «Ruidos? Y de qué weon jaja? Quizás que estabai soñando compita»
– M: «De mina eran. Y venían de tu pieza, se escuchaban gemidos y sonidos como aplausos».
– P: «Na que ver wn, estái imaginando weas, yo me quedé altiro raja cuando se fueron estos weones y mejor déjala ahí nomas, sino tu mamá se pasa rollos y queda la cagá».
– M: «Antes de despertarme para ir a clases escuché la puerta y vi por la ventana a la vecina salir rápido de acá»
– P: «Puta Teo, háceme la segunda po wn, sino sabi cómo se puede poner tu mamá si es más celosa, fue webeo de curao nomás y no pasó nada»
– M: «Entonces eran verdad los ruidos que escuché, vi un poco por la puerta entreabierta y estaba la vecina en cuatro en la cama».
– P: «Chucha, se me fue cerrar la wea. Pero déjala piola Teo, hago la wea que tu querai, te compro un celu nuevo o zapatillas. La wea que querai». me decía mientras se evidenciaba un cierto nerviosismo en su tono de voz al ser descubierto sin ser capaz de refutar que la follada que le dio a la vecina fue real. Yo me quedé pensando en qué decirle para chantajearlo o qué podía obtener de él y me entró el bichito de la calentura de que podía algo más caliente y atrevido y no podía negarse o sino le contaba a mi mamá lo ocurrido.
– M: «Mmm…. No se me ocurre nada por ahora, me quedaré piola por mientras. Hasta que se me ocurra algo y te diga».
– P: «Yapo, dime la wea que sea y te la compro, queda entre los dos nomás Teo».
Lo dejé a la espera durante varias semanas mientras en mi cabeza organizaba las ideas y analizaba la infidelidad del Pato. Quizás no era la primera vez que se cagaba a mi mamá, quizás cuantas vecinas más habían pasado por la casa sin que nadie se hubiera dado cuenta. Y si ya se la estaba culiando de antes? Todas esas dudas rondaban por mi mente y me hacían dudas acerca de qué cosa pedirle al Pato para dejar pasar su cagazo. Como mi cumpleaños 18 estaba cerca, el Pato me regaló unas zapatillas Nike caras que hace rato quería, una chaqueta y pura ropa de marca que mi mamá miraba con cierta sospecha. Una noche donde ella trabajaba, se me ocurre aprovecharme de que el Pato había ido a jugar antes y había llegado un poco curao por tomar en la cancha. Llega del partido y se va a dar una ducha para después sentarse en el living a ver un amistoso de fútbol y tomarse una chela. A mí, se me ocurre acercarme en buena onda y hacerle preguntas al Pato, aprovechando la confianza y que no podía recriminarme nada porque lo podía sapear. Mientras veíamos la tele, aprovecho de preguntarle weas de por qué le estaba tirando el pelo a la vecina o por qué la trataba tan mal cuando follaban. La pregunta lo toma por sorpresa y me mira con cierta precaución y asombro pero me contesta:
– P: «Puta cabro chico, ahora no vai a entender si te digo. Cuando crezcai vai a saber que hay algunas weonas que les gusta esa wea y uno como macho tiene que saber complacerlas».
– M: «Y si a mi no me gustaría complacerlas Pato? Y si yo quisiera complacer a otros hombres en vez de mujeres?» le preguntó cara de palo y queda un poco descolocado ante mi repentina pregunta, tratando de pensar en una respuesta ante mi evidente confesión
– P: «Ehh… Chucha. Está bien po Teo…. Si al final es vola tuya nomás……» me responde algo nervioso y tratando de cambiar el tema.
– M: «Hace rato que me gustan los hombres, pero los que son varolines y guapos como tú nomás»
– P: «Jajajaja… Pero Teo… Yo soy mucho más grande que tú. Y a mí me gustan las minos po weon… Y ojalá con la media raja». decía con cierta sorpresa y nervios ante lo directo de mi respuesta.
– M: «Si ya se… Pero desde que te vi esa noche no dejo de pensar en eso…. Me da envidia la vecina»
– P: «Es culpa mía esta wea… Pero no pensí de mí así… Yo soy el mino de tu mamá y tú eri’ como hijo po….»
– M: «Pucha si se…. Pero eri la persona en la que más confío y me siento más cómodo….» le dije esto último mientras me acercaba más a él que se encontraba al lado mío en el sillón, poso mi mano sobre su rodilla y se sorprende poniéndose un poco nervioso frente al tacto y tratando de distanciarse sin éxito de mí.
– P: «Qué wea Teo…. Yo soy tu padrastro. Esto no está bien weon…» lo dice mientras me quita la mano de su rodila rápidamente.
– M: «Yapo Pato… Tú dijiste que te podía pedir lo que sea…. O le digo a mi mamá entonces…..?» le comento recordándole que tenía poder sobre él por haberlo pillado encamado con la vecina y se queda pensando y nervioso.
– P: «No wei’ po Teo… No podí hacerme esa wea»
En un momento, me bajo del living para agacharme de rodillas frente a él, quedando de frente a él mientras su mirada se centraba en el partido de la TV. Me mira, de reojos, expectante ante mi siguiente moivmiento y empiezo a sobar su bulto suavemente por encima del short deportivo del Colo- Colo que llevaba. Mientras se resiste, se va tapando la cara de vez en cuando y agarrándose la cabeza, evitando hacer contacto visual conmigo, mientras yo lo manoseo entero a través de su bulto y sus piernas peludas y fuertes de deportista.
– P: «Teo… Paremos esta wea porfa. No está bien……»
Cuando me dice eso, le bajo de golpe el short y queda un poco más arriba de la rodilla, quedando solo con sus bóxers Top rojos que hacen sobresalir un paquete grueso y largo que invitaba a seguir tocándolo, por lo que empiezo a rozarlo con más fuerza por encima de la tela y acerco mi cara para refregarla contra todo su bulto, pudiendo oler la mezcla entre jabón y perfume de su cuerpo recién aseado. El Pato, ubica un brazo detrás de su cabeza y agarra su cerveza para seguir viendo el partido e ignorar que su hijastro estaba arrodillado frente a él a punto de empezar a comerle todo el pico.
– M: «Nunca pensé que iba a pasar esto…. Te vei muy rico Pato……» le digo mientras él sigue escuchándome pero sin responderme, evita el contacto visual hasta que en una le bajo un poco más el bóxer y se le escapa la cabeza de su pene, que era media morena y grande y empiezo a pasar la yema de mis dedos suavemente por encima generando una fricción que hace escapar gemidos de placer al Pato. De un momento a otro, me acerco a la cabeza de su pico y empiezo tímidamente a pasar mi lengua por al rededor, como si estuviera probando un chupete por primera vez, saboreando y disfrutando cada instante de probar la hombría de mi padrastro y aprovechando de recorrer su cuerpo fuerte con mis manos mientras el está sentado totalmente a mi disposición. Empiezo a hacer más fuerza con mi lengua contra su pene y meto toda su cabeza en mi boca, succionando una y otra vez hasta dejarla llena de saliva.
– P: «Conchetumare Teo….. Qué wea estai haciendo weón……» me decía el Pato en un evidente estado de excitación y negación ante el hecho de que su aparentemente inocente hijastro esté dándole tanto placer
– M: «Sabe tan rico tu pico Pato…… Te lo quiero mamar……. Porfa. Nunca lo he hecho antes…..» le decía con cierto tono inocente pero escondiendo las ganas que traía de comerme todo su pedazo.
– P: «De verdad weon? Podemos dejar esta wea hasta acá si querí’ y nunca más tocamos el tema…..»
– M: «Sí Pato…… Hace rato que quiero probarlo…… Cuando te escucho en la noche con mi mamá siempre me calienta imaginármelo» le confieso y la calentura está cada vez más presente en su rostro.
– P: «Así que me andabai espiando weon? Jajajaja» su tono se vuelve un poco más dominante y me toma por sorpresa
– M: «Perdón…. Es que tu cuerpo se ve tan rico……» le confieso con cierta vergüenza y calentura al exponerme tanto ante él
– P: «Es un cuerpo de hombre po weon….. Míralo bien pendejo amariconao….. Así son los hombres culiao» me dice con cierta agresividad mientras me toma por el pelo y me obliga a tragarme toda la cabeza de su pene con fuerza, empujando mi cabeza una y otra vez para atragantarme.
– P: «Me queriai chupar el pico weon…. Entonces pico te voy a dar maricón conchetumare»
El Pato se levanta sorpresivamente del sofá, me empuja hacia atrás y se saca el polerón que estaba ocupando, se baja el bóxer rojo liberando toda su erección de unos 18 o 19 centímetros gruesos y morenos, con poquitos pelos y una cabeza grande y exquisita que se complementaban con unas pelotas depiladas y gordas. Mi padrastro se queda al frente de mí y me jala del pelo, diciendo: «Ya culiao, abre la boca bien grande». Le hago caso y empieza a ensartarme sus 19 centímetros de pico por la boca, no me cabía toda su callampa por el tamaño y me produce varias arcadas en sus intentos por meterme toda la pichula hasta la garganta. No podía respirar por el tamaño de semejante pedazo y el Pato no quería quitarme su pene de la boca. Cuando me dejaba respirar me agarraba violentamente y me decía de forma muy caliente y dominante: «Abre más la boca conchetumare que te la voy a culiar toda». Lo que me dejaba más caliente y me hacía comerme su pene con mas ansias. A ratos, el Pato me reprendía pegándome palmadas en las mejillas para que no le rozara los dientes mientras me devoraba su pico. Yo estaba en mi éxtasis mientras le daba placer al macho de mis sueños, que era casi como mi papá y ahora se encontraba en el living de nuestra casa metiéndome toda su corneta por la boca y a mí me encantaba ser quien le comiera todo el pene como una verdadera puta. Estaba cumpliendo al fin mi sueño, de probar un pico de macho y no era nadie más que mi padrastro quien me lo estaba dando. La mezcla de la saliva y de su líquido preseminal estaban a lo largo de todo su pene y sonaba exageradamente cada vez que intentaba tragarme todo su pedazo.
– P:» Ufffff….. Weon…. Como aprendiste de rápido culiao….. A ver. Saca la lenguita»
– M: «Ahhhhhh» le digo mientras abro la boca al máximo y saco la lengua para seguir lamiendo ese mástil de carne
– P: «Te gusta esta wea o no? Jajajaja…. Como mamai el pico pendejo culiao» me decía mientras me agarra con sus manos de la cabeza y empieza una brutal embestida contra mi garganta, haciendo que me entre casi todo su pico en la boca y empiece a ahogarme con fuertes arcadas que me sacaron hasta lágrimas. Mientras me recomponía, el Pato se pajeaba y se tocaba todo el pico con los ojos cerrados, gimiendo de una forma muy rica mientras yo estaba en el suelo con la cara pasada a pico y saliva, pero feliz de estar dándole placer a ese macho rico que ahora tenía todo para mí.
– P: «Está rico este pico o no? Como te lo comi conchetumare….. Ni tu mamá me chupa tan rica la callampa weon….. Ufffff….. Dale hasta el fondo culiao…..» me decía a cada rato weas obscenas y calientes que me calentaban aún más y me motivaban a seguir mamando sin parar y desesperado por tener todos sus centímetros en mi boca.
– M» «Si……. Me….Encan…….T….A» le decía mientras trataba de pronunciar al mismo tiempo que su pene se movía por mi boca. El pato se agarraba el pico y lo sacaba todo de mi interior, me lo pasaba por toda la cara y me lo volvía a meter por la boca, repetía esa wea varias veces y me pegaba hastas pichulazos en las mejillas, mientras yo con la lengua afuera le lamía los cocos y él se pajeaba en mi cara y me follaba la boca como si fuera un hoyo más. En un momento, el Pato aceleró el ritmo de sus embestidas y como ya llevaba harto rato arrodillado mamando su pene, le digo que por favor me diera su lechita. Ante mi solicitud, se queda pensando y se calienta más y me mira con una cara de excitación y macho que me dejó tiritando:
– P: «Querí leche pendejo culiao? Donde queri a tus hermanitos?»
– M: «En la boca….. Porfa….. Quiero probarla» le contesté mientras veo como se pajea con más fuerza frente a mi cara y empieza a gemir como un verdadero macho a punto de explotar de placer, me avisa que se va a correr pronto y quiere que abra toda mi boca para recebir su ración de proteína. Mientras el Pato se pajeaba, yo le chupaba los cocos y me decía: «Sigue culiao…… Sigue…… Dale….. Dale……Ahí viene la lechita……. Uffffffffff…. Aahhhhhhhh………..Aaahhhhhhhhhhhh….. Traga maricon conchetumare…… Traga………………» y le hago caso mientras me llenaba la boca de semen y me tragaba cada gota de su hombría, abriendo mi boca para que vea que no desperdicie nada.
– P: «Ohhhhh weon…. Hace caleta no me comían el pico asi…… Ya weon, me voy a acostar y esta wea nadie la sabe, Estamos?»
– M: «Si pato……. Me encantó poder chupartelo…… No le voy a decir a nadie lo que pasó»
– P: «Más te vale culiao sino queri que te vaya mal» dice en un tono un poco amenazante y finaliza con que: «Y quien sabe po…… Si te portai bien te doy más lechita». Me dice mientras recoge sus prendas de ropa del suelo y se dirige hacia la habitación que comparte con mi mamá, cierra la puerta y me mira fugazmente mientras lo hace. Yo me quedo arrodillado en el suelo con todo el sabor y olor de su pico desparramado por mi cara, la cual todavía no se recuperaba de la tremenda mamada que le había dado al caliente de mi padrastro. Ahora que por fin había probado el pico que se había comido la maraca culia de la vecina no lo iba a dejar ir tan fácilmente.
Esta es la primera parte de la serie de relatos que voy a ir subiendo acerca de mis primeras experiencias. Me calenté varias veces escribiendo esto jajaj y no está de más decir que los hechos son todos reales con ligeras modificaciones por seguridad. Se vienen más partes calientes y morbosas. Les dejo mi tele por si quieren compartir sus experiencias similares, morbos, fotos o videos. @matteo93827

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6 Comentarios

  • Anónimo
    diciembre 14, 2025 a las 10:54 pm

    Csm weoon es mi fantasía siempre fantasee que mi papá o sus amigos me usaran

  • Anónimo
    diciembre 15, 2025 a las 12:05 am

    Que relato más caliente .me dejaste caliente

  • Anónimo
    diciembre 15, 2025 a las 12:17 am

    Que rico como relatas tu experiencia

  • Anónimo
    diciembre 15, 2025 a las 1:15 am

    Quedé todo duro esperando las otras partes

  • Anónimo
    diciembre 15, 2025 a las 5:54 am

    Continúa con más relatos ricos así con detalles

  • Anónimo
    diciembre 15, 2025 a las 10:58 am

    contá más, queremos saber si al final te garchó

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