Bici en el cerro – Parte II: El chico del Cerro en su casa
Hay un dicho muy popular… «No hay primera sin segunda», si bien es cierto que esto se aplica al baile de la cueca, en el mundo gay creo también lo podemos aplicar sin problema.
Para mi sorpresa, al llegar a la casa de mi jefe y encontrar al «Chiquillo del cerro» fue un balde con cubos de hielo! Por mi mente pasaron miles de rollos… ¿Qué hago aquí? ¿Me voy? ¿Qué excusa doy? ¿Se me insinuará? Yo definitivamente estaba bloqueado.
El punto era que debía pasarlo bien y traté. Comimos, nos reimos, típico que tiran tallas de otros colegas y entre las cervezas y copas de vino a varios se les suelta la lengua y comienza la parte de los «cahuines». A cada cierto rato veía que este chiquillo no paraba de mirarme, se paseaba, como un león dentro de una jaula. Salía a decirle a su papá no sé qué cosas y me miraba… yo, simplemente entre todo mi nerviosismo trataba de ignorarlo.
En un momento que él salió donde estábamos, muy amablemente les preguntó a todos si necesitaban algo, y alguien pidió una cosa X, entonces se agachó cerca de mí dándome la espalda y caché que andaba con los mismos jocks del día anterior… yo quedé con efecto wow! Comencé a maquinar mi plan para darle lo que él quería sin quemarme en el intento.
Paso uno, abrí mi celular, trataba de que viera que apps tenía y ví que miró de reojo mi cel. Se entró a la casa y yo abrí el Grindr. Lo dejé con el brillo mínimo para que no me cacharan y claro, a los segundos me llega un tap que estaba a 0 metros ajjajjaj. Solo le hablé, le dije: Vi que andas con los jocks de ayer :p La notificación la recibió y la leyó, pero no me respondió. Cueck! Pasaron 5, 10, 20 min. y nada. Será! Yo seguí pasándola bien hasta que llegó la consecuencia de ir al baño.
La casa de mi jefe es grande, graande. Si te dicen que tienen 4 baños, ya te pierdes jajajjaja, por lo que fui al baño 1, el de la entrada y cuando salgo estaba el chiquillo esperando el baño. Solo atiné a salir y decirle ¿Hola?. Su silencio ya era incómodo, pero lo entendía. Me volví junto a mis colegas a seguir en lo nuestro hasta que siento el «brr» del cel. Lo abrí disimuladamente y era una notificación de grindr que decía «Ven». No había que ser muy adivino para saber que debía ir al mismo baño pero volvieron mis rollos. Pero en menos de un minuto dije: voy al baño, disculpen, creo que algo me cayó mal, lo siento. Excusa que pasó muy desapercibida.
Mi corazón ya latía full, pensando qué cosa podría pasar en ese baño, con gente en la terraza que podrían entrar en cualquier momento por la lluvia. Toqué la puerta del baño, nadie respondió. Entré y había un papel que decía: «Baño de la cocina». Claro, ese baño era super piola, en un entre nivel que da hacia la parte final de la casa. Fuí, abrí la puerta y a mi sorpresa estaba este chiquillo, en el piso sin pantalón, en cuatro, solo con su jock azul y una polerita amarilla, y con su cabeza reposada en la alfombra diciéndome con sus ojos «Cómeme».
Me arrodillé y comencé a mamarle ese hoyito rico, y con mi mano le sobaba el pico que él ya lo tenía durísimo. Le mamé tan rico ese hoyito delicioso, blanquito, lampiño que de tanto que le sobé el pico, sentí que su ano se comenzó a contraer y dilatar, excitación al máximo… Se había ido con solo tocarlo y bueno, mi lengua en su ano hizo mucho trabajo.
Le dije que debía volver y él me dice: «Vuelve aquí a las 17:30» me da un beso y sale rápidamente del baño, yo me lavé las manos, esperé un minuto y salí. Volví donde mis colegas que ya estaban todos medios mareados incluído mi jefe jajajaj. Él dice: «Escuchen, ahora que mi señora y mis hijos salieron, les voy a ofrecer unos cortitos de tequila!». En mi interior, uno de sus hijos se quedó y no sabe, mis compañeros con esto se van a morir, puedo volver a las 17:30 sin problema jajajajaj… así que los animé a tomar jajaja.. se tomaron la botella completa en menos de 5 min!! Fue cosa de 10 min para que ya no se les entendiera nada de lo que decían. A mi buena fortuna que mi excusa del dolor estomacal no tomé ya que quería hacer mis fechorías!
Y ya tenía la cancha completamente segura para mi. Dos se durmieron, mi jefe que comenzó a hablar con otro colega con caras de arreglar el mundo y yo lentamente me fui desapareciendo de la escena para ir a ese baño mágico. Fui decididamente pero no al baño. Subí las escalas muy sigiloso y vi una puerta entreabierta. Estaba el chiquillo recostado en la cama con un pantalón de buzo y su polera amarilla. Entre muuy sigiloso y cerré la puerta a lo que él inmediatamente mira para ver quien era. Se levantó, se me acercó y me comenzó a besar, yo lo tomé por la cintura, le agarraba esas nalgas ricas que tiene, y entre los besos apasionados y calientes ya nos habíamos quitado casi todo, excepto sus jocks azules que le hacían resaltar esas nalgas blanquitas y exquisitas.
Lo llevé a los pies de su cama, lo puse en cuatro y comencé a meter mi lengua por su hoyito y él gemia tan rico pero muy suave. Después de unos minutos se para, me besa y me tira a la cama y uff… me dio una mamada tan rica que inevitablemente lo giré para seguir dilatando ese hoyito. Un 69 perfecto! Él en mi pico y yo en su hoyito. Hasta que sentí que él quería algo más, me levanté, lo miré y en mi interior solo pensé que todo lo que tenía que darle sería la última vez. Lo besé y lo acorralé contra el closet. Lo besaba por el cuello y con mis dedos jugaba en su ano para entrar hasta que me dice: «Métemelo, quiero ser tuyo de nuevo». Yo a esa altura estaba taaan caliente que se la metí de una, quería sentir esa cavidad caliente en mi pico y mientras lo besaba por el cuello le comencé a dar por ese hoyito rico. Esas nalgas perfectas chocaban contra mi pelvis con un sonido que era placentero, armónico. Le dije que ya estaba por irme, a lo que me dijo en el oído: «Dame fuerte y lléname». Ufff… morí! Lo agarré fuerte por la cintura, él se apoyó en la puerta del closet y le dí con todo lo que tenía! Y pum!! Saltó mi semen por sus cavidades y podía sentir el palpitar de su corazón en su ano que se apretaba y soltaba. Y sin darme cuenta, vi que él también se había ido, pero sin tocarlo ni que él se tocara.
Fue exquisito. Saqué mi pico de su ano y él se agachó a tomar la leche que quedaba. Se levantó, lo besé con pasión y lo abracé. Le pasé su ropa y le ayudé a vestirse. Yo también me vestí rápido y me abraza otra vez y me dice: «Cuando quieras podemos repetirlo». Solo asentí. Pero en mi interior sabía que esto no volvería a ocurrir. Con el tiempo he aprendido a no ser cruel y decir lo que uno siente en el momento. No le quise decir que ya no lo haríamos ni que nos juntaríamos por voluntad, sino que cada uno debe seguir su camino y haciendo experiencias. Claro que me encantó todo, la excitación de culiar con el hijo chico de mi jefe, no solo una, sino dos veces y una en su propia casa ajjajaaj. Me pasé o no?
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!