Con el trabajador del Hotel

No soy bueno describiéndome, pero puedo decir que soy alto (185), delgado y muy blanco. Trabajo como jefatura en una tienda X, y esta aventura fugaz pasó hace dos años, cuando aún tenía 28 años.

Por decisiones de trabajo, tuve que ir de viaje a Santiago por capacitación (soy del norte), y como poco capitalino, mis destinos eran de la tienda al hotel, y como hospedaba solo, era una maravilla para manosearme sin sentir culpa. Una de las noches, y de puro caliente, instalé la app amarilla para ver si salía algo, y lo más cercano era un perfil sin nombre ni foto, y como estaba muy cerca, le hablé a ver si algo resultaba, y así fue, aunque no inmediato. Al hablarle, cachamos que ninguno de los dos mandaba foto así que empezamos a tirar la talla, me comentó que era trabajador del hotel en donde hospedaba, y medio agarrándolo pal webeo, le pregunté si podía fumar dentro de la pieza (obvio que no, pero había que meter conversa), me decía que ni cagando lo hiciera, que si quería bajara al primer piso y saliera a fumar con él (ctm), a lo que accedí, pero no lo hice altoque.

Después de estar un atado de nervios (como quinceañero) bajé sin decirle que iba y habían dos trabajadores, era de noche, así que bajé modo incógnito y me fumaba un cigarro afuera de la entrada del hotel, haciéndome el interesante. Caché que uno de los trabajadores me miraba, así que era obvio que era él, no nos hablamos pero nos saludamos desde lejos con gestos, mientras lo miraba fumando estaba más caliente que la cresta, pero digno siempre. Terminé de fumar y volví a mi habitación.

Al ingresar a la app nuevamente, tenía un mensaje de él diciéndome «bajaste tú?, si es así, bakán… pensé que eras un viejo guatón y feo, menos mal que no».

-Cuando puedas, sube a mi habitación – le dije, y así fue…

Abrí la puerta después de unos minutos, eran casi las 3 de la madrugada y lo recibí mientras entraba a escondidas para que las cámaras no cacharan, «hola», le dije, mientras mi mano derecha se acercaba a su entrepierna, y me interrumpió… «oye, pero dame un beso primero, pu» y lo hice… sentir esa lengua devorando la mía me dejó full prendido, me calentaba la sensación de verlo uniformado modo caballero, mi piel estaba tiritona y mis manos sólo querían sentir su pene palpitar… después de que besara mi cuello (que weá más rica), me senté en la orilla de la cama mientras él seguía de pie mirándome fijamente con su cara sudorosa… le besaba su abdomen (exquisito, por cierto), y seguí bajando mi boca hasta con mis dientes bajar su bóxer y sentir su pene rebotar en mi cara… duro, grande, venoso, caliente, tan palpitante como lo imaginé.

Comencé a masturbarlo lentamente mientras también lo introducía en mi boca…podía sentir ese pene caliente y duro entrando una y otra vez… su voz jadeante me calentaba aún más mientras disfrutaba su pene con mi boca y mis manos empujaban su trasero a mi cabeza para que mi garganta sintiera esa cabeza grande y rica…

Tenía unas piernas peludas maravillosas y un culo exquisito… después se dio cuenta y pude comerme ese culo con tantas ganas que creo que mi lengua le sacó brillo a ese hoyo rico y rosado… me levantó y quería desnudarme por completo y así lo hice…proseguí a tirarlo en mi cama y proponerle un 69, ambos disfrutamos de nuestros penes en la garganta del otro.. estaba extasiado, mi pene estaba más grande y duro que nunca (igual piola, me mide 21), y su pene con vello recortado lo golpeaba en mi rostro olvidando que estaba en Santiago por trabajo…

Nuevamente, para acabar, él vuelve a ponerse de pie y pone su pene en mi boca nuevamente… seguí mamando como cagado de la cabeza hasta que se fuera… quería seguir sintiendo ese tronco en mi garganta hasta sacarlo blando… en mi euforia, chupaba y sentía esos pálpitos exquisitos que anuncia que lo mejor está por venir… casi suelta un gemido de actor porno cuando acaba en mi boca su calentito semen… una verdadera acabada… tanto que otro poco cayó en mi cara, y con mi cara de caliente me tragué su leche mirándolo a los ojos, con esa satisfacción de deseo cumplido…

Nerviosamente se despidió con un beso en la boca y antes de abrir la puerta volví a chupársela por medio minuto… hasta que lo llaman de recepción y va directo al ascensor… Seguimos hablando por la app amarilla porque aún me quedaba una noche, lo que será contado en otra oportunidad…