Con el twink sumiso

Hola a todos, soy Marcelo, activo de 32 años y esto que les voy a relatar paso hace poco tiempo con un chico que conocí por grindr.

Hace unos días que venía hablando con Ariel, un chico de 23 años bastante simpático, se veía tranquilo pero había algo en él que me llamaba mucho la atención. Físicamente era el típico twink de porno, delgadito, piel clara, pelo largo, pasivo y de buen culito. Conversamos varios días hasta que un día quedamos de vernos, las conversaciones hasta el momento eran un poco subidas de tono pero nada especial.

Cuando llegó el día de vernos vino a mi casa, lo saludé y noté que estaba un poco nervioso, conversamos en buena par a conocernos pero notaba algo en él, su voz era muy suave y hablaba bajito como si estuviera nervioso o con miedo. Le pregunté si estaba bien, si quería hacer algo o prefería que quedáramos hasta ahí no más; en eso es cuando se me acerca y me besa, besaba muy bien aunque sin lengua pero de a poco se fue soltando, cuando nos besamos lo abracé y pude notar su cintura marcadita, al lado mío se sentía muy pequeño. Yo me sentía como en esas pornos de funsize o esas padre e hijo.

Pasamos a mi pieza y nos seguimos besando y corriendo mano, nos empezamos a desnudar. Él me acariciaba por encima del boxer y trataba de pajearme, yo corría su calzoncillo hacia un lado para tocar su culo y llegar a su hoyito que se sentía suave, apretado y tibio. Empiezo a acariciar en círculos con la yema de mis dedos y a meter uno de a poco y sin dejar de besarnos. Él empieza a gemir suavecito y sas mi pico del boxer, empieza a pajearme suave y pasa sus dedos por la cabeza de mi pico que empezaba a botar líquido preseminal y lo lleva a su boquita.

-Te gusta?

Le pregunto mirándolo a la cara y agarrando mi pico. Él solo me mira y mueve su cabeza diciendo que si. Su cara de calentura me puso a mil. Enredé mi mano en su pelo largo, lo agarré con fuerza y lo guíe hasta mi pico. Algo tenía ese pendejo tímido que me ponía muy caliente.

Empezó a mamar de a poco, pasaba su lengua por la cabeza y se me tis lavaba, de a poco se metía cada vez más mi pico pero nunca llegaba a tenerlo todo dentro, ahí es cuando agarro nuevamente su cabeza pero con mis dos manos y empiezo a moverlo hasta meterle todo el pico en su boquita. Aguantó unos segundos hasta que siento que hace presión para soltarse. Lo dejé soltarse y levantó su cabeza para tomar aire, me mira con su carita un poco roja, pensé que me diría que no lo metes tan adentro pero toma aire y vuelve a meterse mi pico en su boca hasta tenerlo todito dentro y comienza a subir y bajar. Al putito me gustaba mamar profundo.

Lo hice levantarse de la cama y ponerse de rodillas en el suelo, lo agarro del pelo tirando su cabeza haca atrás y con si boquita abierta le escupo directo dentro pars llevarlo de nuevo a mi pico y empezar a culiarle la boquita, lo tenía agarrado con las dos manos de su pelo y metía y sacaba mi pico de su boca, podía sentir sus labios y nariz chocando con mi pelvis y su saliva corriendo por mis cocos. En eso siento sus gemidos y sus manos golpeando en mis piernas, lo libero y veo su carita colorada, la boca llena de saliva y sus ojitos llorosos, me mira hacia arriba y sin decir nada abre su boca y saca la lengua, lo escupo de nuevo y sin dejar de mirarme lo traga todo y vuelve a abrir la boca, le escupo pero está vez también le doy una cachetada y el deja salir un gemido. Lo agarro con mis dos manos de su cuello, lo levanto y lo tiró a la cama. Lo doy vuelta y el putito levanta su culito quedando en con el culito bien elevando y se baja su calzoncillo.

Su culo era muy lindo, redondo sin ser muy grande, blanquito de esos que dan ganas de nalguear y dejarlos colorados, completamente depilado y con un hoyito en forma de asterisco. Le comí el culo mientras él gemía. Sus gemidos eran delicados, un poco femeninos y eso me gustaba mucho. Le metía dedos y el ya me estaba pidiendo pico. Lo agarré del pelo y lo llevé hasta la esquina de la cama aún dándome la espalda y en 4, yo de pie acomodé mi pico entra sus cachetes y agarrándolo del pelo lo pegué a mí, de a poco el putito se iba moviendo hasta acomodar la cabeza de mi pico en la entrada de su culo y empezó a hacer presión para que entrara. Podía sentir como entraba por qué su culo estaba apretadito, húmedo y tibio. Sus gemidos eran cada vez más fuertes y se mezclaban con los míos hasta sus nalgas ya tocaban mi pelvis y ya tenía todo mi pico dentro de él, estuvo un rato así con todo mi pico dentro hasta que empezó a mover suave su culito para que saliera y entrara. Yo lo agarré del cuello con una mano para guiar su movimiento y con la otra apretaba su culo, era hermoso ver como entraba y salía mi pico de su culo apretado y ver como su culito se ponía rojo y se marcaba mi mano en él. Mi putito no decía nada, solo gemía y se movía según el ritmo que yo le marcara.

Estuvimos varios minutos en esa posición hasta lo saqué y pude ver como su culito ya estaba abierto, ese hoyito apretado del principio ahora estaba rojito y abierto, se veía muy rico, le metí un par de dedos para sentir lo calentito que estaba por dentro y lo hice ponerse de espaldas en la cama y le saqué completamente su calzoncillo, ahí por primera vez vi su pene, estaba completamente depilado, rosadito y muy pequeño y sus cocos también lo eran. Lo primero que se me ocurrió fue compararlo con el mío, lo puse al lado y no era ni la cuarta parte del mío (tampoco es que yo sea dotado, deben ser 17cm como mucho), nunca habia visto un pene asi de pequeño, la verdad es que además de sorprenderme me calentó mucho, lo imaginé como un femboy o algo así. Ariel no se molestó, incluso parecía que le calentaba ver esa diferencia de tamaños porque agarraba mi pene y lo frotaba al suyo y me miraba diciendo que lo quería dentro. Lo volví a meter esta vez patitas al hombro, ahora cada vez que miraba como entraba mi pico en su culo tenía también a la vista su pene pequeño que me tentaba a agarrarlo. Lo tomé con una de mis manos junto con sus huevos y los apretaba y controlaba el movimiento desde ahí, él gemía más fuerte entre placer y un poco de dolor, pero en ningún momento me pedía que parara, al contrario, él separaba más sus piernas para que yo tuviera mayor acceso a sus huevos pequeños, me calentaba ver su cara de disfrute. Creo que en parte se sentía humillado y eso le gustaba. A mí me gustaba sentirme en control de ese pasivo jovencito, suave y un poco femenino.

Al rato cambiamos de posición, me acosté y lo hice sentarte sobre mi, apoyando sus pies en la cama y con las rodillas en el aire como haciendo sentadillas, con una mano agarré mi pico y la otra la puse en su cuello para darle la instrucción de sentarse. Si culito estaba tan abierto y húmedo que mi pico entró de una y hasta el fondo, sen sentía tan rico ese culo y la sumisión le daba un gusto especial. Puse mis dos manos en su cuello y apretando fuerte lo hacia subir y bajar para que se comiera todo mi pico con su culo, de vez en cuando lo acercaba a mi para poner su cara frente a la mía y besarlo mientras él se quedaba inmóvil y levantaba mi pelvis para seguir culiandolo. A esas alturas el ya ni se esforzaba en callar sus gemidos. Estábamos los dos sudados y cansados pero ninguno quería parar, seguimos un rato hasta que ya no podía aguantar más ganas de acabar y él me pidió acabar en su culo.

-Quieres que te preñe el culito?
-Si, quiero la leche en el culito (me mira con su carita de caliente y sumiso)
-Seguro?
-Si, por favor
Lo miro moviendome más rápido y agarrándolo más fuerte de su cuello y me dice
-Necesito su leche dentro, Amo.

Eso me puso a mil y acabé como nunca había acabado. Sentía una electricidad corriendo por mis piernas en cada chorro que botaba dentro de su culo. Él se acercó a mi cara y me besó y se apoyó sobre mi pecho buscando un abrazo, lo abracé y nos quedamos así un buen rato hasta que su respiración agitada se calmó y mi pene, que aún estaba dentro de él, ya blando terminó saliendo de su culo.

Nos besamos de nuevo, me acariciaba su pelo y el tocaba mi cuello, no queríamos despegarnos. Cuando se levantó para ir al baño note mi abdomen húmedo y pegajoso y de su pene caía un hilo blando, había acabado sin tocarse mientras yo acababa dentro de él.

Después de eso pasamos un rato en la cama, conversando y riendo hasta que tuvo que irse. Hemos conversado de volver a vernos, espero que así sea y les cuento lo que pase.

Saludos y espero que les haya gustado esta historia.

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