Con mi tío
En la adolescencia comenzó a llamar la atención uno de mis tíos paternos, él era de piel blanca, pelo oscuro, pectorales velludos al igual que sus piernas, de contextura delgado. Tenía buenas piernas pues le gustaba jugar fútbol, cuando esta historia ocurrió él tenía 47 y yo 19, con él me llevaba muy bien, no así con sus hijos que eran casi de mi edad.
Él era separado y vivía en casa de mi abuelo, donde yo iba regularmente de visita. A veces no había nadie en casa y aprovechaba de revisar su ropa sucia, me masturbaba con sus boxers, en ocasiones lo hacía con los limpios solo por el morbo de saber que usaría aquella ropa interior que pasó por mi pene.
Todo comenzó en año nuevo, estábamos en mi casa y él se embriagó, me pidieron que, junto a un primo, lo lleváramos a su casa. Al llegar allá hablaba incoherencias y mientras yo lo ayudaba a acostarse, él me agarró el culo y trato de besarme, con mi primo nos miramos y nos hicimos los tontos, pero el morbo en mí se había despertado. De pronto sin que mi primo se diera cuenta comencé a sobarle el pene a mi tío y noté como se ponía duro. Solo quedó ahí y con mi primo nos retiramos.
Días después vi a mi tío, que en un momento que estábamos solos preguntó si recordaba lo ocurrido en año nuevo, comencé a balbucear y él me dijo que si se acordaba, que quiso ver como reaccionaba a su agarrón y que por lo visto me había gustado pues le había devuelto la tocada. Me reí y me puse rojo, me dijo que estuviera tranquilo, que no diría nada, en eso me dio nuestro primer beso, el que había intentado darme estando ebrio, fue lo máximo sentir como su barba picaba mi cara.
Esa tarde estuvimos besándonos y tocándonos mucho rato, pero nada pasó de ahí pues estaba mi abuelo en casa. Acordamos vernos en un lugar más tranquilo.
Luego de besarnos y tocarnos por primera vez con mi tío, acordamos buscar el momento para ir más allá, fue así como un día quedé solo en casa y lo invité.
Mis padres salieron a las 9 am de casa rumbo a otra ciudad, eran las 9.15 cuando llega mi tío, parece que estaba deseando esto hace mucho porque en cuanto entró nos abrazamos y besamos como locos, me lancé a sus brazos y él me llevó a mi habitación como si fuéramos recién casados.
Me saqué la ropa y comencé a desabotonarle la camisa mientras iba besando su cuello, bajé a su pecho y me detuve en sus pezones, unos minutos en cada uno mientras jugaba con sus pelos. A ratos subía a su boca y lo besaba. Seguí por su barriga donde también habían pelos.
Hasta que llegué a su verga, desabroché su jeans y tenía su boxer mojado, lo miré desde abajo y su cara me decía «chúpalo», empecé a jugar con él, mordiendo el boxer y bajándolo poco a poco, hasta que salió esa verga de unos 20 cms, velluda, la tomé con las manos, la miré y empecé a olerla, quería sentir ese olor a macho, metí mi nariz entre sus vellos púbicos y luego comencé a chupar.
Lamía el tronco, los huevos, la cabeza, le corría el cuero dejando su cabeza roja libre, me lo metía en la boca y sentía con mi lengua la suavidad de su cabeza, luego la tragaba toda, mi tío me agarraba la cabeza y no me dejaba sacarla, me daban arcadas, me salían lágrimas, todo eran tan excitante. Así estuve unos minutos.
Luego mi tío me lanzó a la cama, me sacó la ropa y comenzó a chupármelo, era delicioso, bajó a mi culo, hizo que me pusiera en 4 y me dio el mejor beso negro de todos. Cabe señalar que mi tío era un poco narigón, lo que sin embargo no lo hacía feo, me excitaba aún más sentir su nariz en mi culo, como si a ratos me la metiera.
Posterior a ello, lo tendí en la cama, me subí sobre él y poco a poco me metí su verga, no fue difícil, ya estaba dilatado y su beso negro me tenía el culo todo mojado. Comencé lentamente a moverme, puse mis manos en su pecho y jugaba con sus pelos, él puso uno de sus brazos hacía atrás de tal forma que se veía con músculos y dejaba ver su axila sudada, eso más me calentaba. Cabalgaba como una zorra, la cama golpeaba la pared, cualquiera nos habría escuchado. Ambos gemíamos, a ratos lo besaba y él me agarraba el culo y me daba con velocidad.
Posteriormente cambiamos de posición, me puso patitas al hombro y empezó a darme en posición del misionero, fue más rápido, yo gritaba de placer y dolor, la cama de madera crujía, como si se fuera a desarmar. Yo arañaba su espalda, sentir el contraste de la suavidad de su espalda mientras mi cuerpo sentía rozar su pecho y barriga velludos lo hacía más excitante. Ese roce hizo que mi pene no diera más y terminé acabando, manchando su cuerpo y el mío con mi semen. Ese orgasmo que sentí hizo que mi culo se contrajera más llevándolo a él a acabar dentro de mi.
Nos besamos, se tendió sobre mí hasta que su verga se fue encongiendo y salió de mi, le lamí el cuerpo limpiando su sudor y mi semen, luego él acarició mi culo y comenzó a salir el semen que él me había dejado, con sus dedos lo sacó y me lo puso en los labios, luego nos besamos y me recosté en su pecho.
Nos quedamos así un buen rato, conversamos, reímos, y volvimos a follar. Ese día lo hicimos 3 veces, la última fue en la ducha.
Desde ese día, mantenemos una relación en secreto con mi tío, algunos amigos saben, pero de la familia nadie. Debo mudarme a otra ciudad y estamos planeando vivir juntos.
Dejen sus comentarios si quieren más relatos con él u otros.
5 Comentarios
Anónimo
mayo 16, 2025 a las 10:32 pmCuenta más… Jejjeje buenísimo tu relato
Anónimo
mayo 17, 2025 a las 2:52 amMas relato de esos uff con más detalles puntuales 10/10
Sandro
mayo 17, 2025 a las 9:07 amQ buen relato me exito mucho leer q el sobrino disfrutara la verga del tio
Daro
mayo 18, 2025 a las 2:38 pmCuenta más historias con tu tío.
Tony Sánchez
mayo 23, 2025 a las 3:00 amUff Que buen relato, con buena ortografía y buenos detalles, sube más