Con un Maya
En el año 2019, meses antes de las restricciones del Corona, me fui de vacaciones a México, uno de los pueblos que visité fue Valladolid, en Quintana Roo, cerca de Tulum.
Fui a una cafetería y quería un café, le pregunté al chico que atendía, tenía como 23-24 años, bajito, moreno, muy bonitas facciones representativas de los Mayas. La cosa es que le pido lo que quería y me quedé a tomar mi café ahí mientras preparaba mi tarde. Mientras buscaba panorama me metí a la app amarilla y había alguien a 0 metros de mi, había más gente en la cafetería y me entra un mensaje:
 “Ojalá te guste el café, a ver si luego te puedo dar otro con extra leche”.
 Asimile de inmediato que fue el chico de la cafetería, así que le respondí:
 “Si la extra leche viene con city tour incluido, la recibo feliz”.
Me respondió que no podía salir del trabajo antes y que terminaba a las 7, pero si yo quería luego podríamos hacer algo. Nos juntamos cerca de las 9 pm en la plaza central. Hablamos un rato, el se llamaba Carlos y siempre había vivido ahí, estudiaba robótica y trabajaba en la cafetería de su familia, eran de mucho esfuerzo. La cosa es que el me dijo que era bi, que había tenido novias y aveces tenía encuentros con hombres. Su familia no sabía de su sexualidad por ende debía ser discreto, “pueblo chico infierno grande”, susurró.
Yo me estaba quedando en un dormitorio de hostal, por lo que no lo pude llevar a donde yo estaba y él vivía con sus padres. El me dijo que conocía un lugar donde podíamos estar, pero debíamos ser cuidadosos. Tomamos un taxi y salimos un poco del centro, llegamos a destino, me bajo del taxi y solo vi pequeñas casas y la entrada de algún recinto, eran unas canchas de una escuela. Me dijo, vamos a las gradas, pero debemos ser muy silenciosos porque andan guardias.
Subimos hasta la última fila donde había una pared digamos de casi un metro de altura, nos sacamos las chaquetas y con esos hicimos un tipo cama. Comenzamos a besarnos y nos acomodamos el uno con el otro acostados sobre la ropa.
Entre besos y manoseos el me baja el pantalón y se baja a chuparmela, sentía si lengua y labios muy húmedos y tibios sobre mi pene, cada vez más profundo, luego yo me acomode más levantando una de mis piernas y siguió mamando, se metía mis cocos a su boca y los soltaba, me tomaba del culo con su mano libre y me empujaba hacia él. Luego de un rato se sube de vuelta y me tocaba a mi bajar, estuve chupandosela un rato, como todo era oscuro no se vía mucho pero si sentía su preseminal salir por su pico, me lo tragué claramente, paseaba mi lengua por su pelvis, sus bolas, entre pierna y por sobre todo su pene, el vibraba con mis movimientos de labios.
Luego subo, le doy unos besos y el se da la vuelta, hicimos 69, yo se la mamaba y el a mi. Yo ya estaba por venirme pero no podía hacer mucho ruido, solo escuchaba el glo glo de nuestras mamadas, nuestras respiraciones y languetazos. El seguía chupándome el pico muy rico hasta que no aguanté más, lo afirme del cuello y sin preguntarle me dejé ir en su garganta, y lo apreté cuando me fui. Se tragó todo mi semen, toda mi leche y sin decir nada el se mueve. Me pone boca abajo y el atrás de mi. Me pongo en 4 y me baja todo el pantalón hasta las rodillas, dejando mi culo al aire, siento como su respiración se acercaba a mis cachetes y luego su lengua pasar por mis nalgas, luego en mi ano. Siempre me pongo más perra cuando me lamen el culo y su lengua tan tibia paseaba por mi ano, me metía la lengua y me daba pequeños mordisco en el ano que me encanta. Yo a ese punto ya estaba gimiendo mucho a lo que él comenzó hacerme callar. Siguió chupándome hasta que de pronto veo unas luces blancas intensas sobre nosotros, imaginen mi pose a 4 pastas con pantalones abajo y un tipo también con pantalones a abajo comiéndome el culo por detrás. Fue la vista del guardia y nos grita “no pueden estar acá, deben irse ahora!” Yo solo atiene a subirme los pantalones y levantarme como pude, tome mi chaqueta y salí de ahí, Carlos salió atrás de mi y corrimos a la salida. Siempre me imaginé de la posibilidad de un trío en ese momento pero no. Ya cuando salimos de ahí y caminamos de vuelta al centro, Carlos me dijo que el conocía al guardia, que era el papá de una amiga de él y que ojalá no lo haya reconocido.
Luego de eso llegamos al centro y ya era tarde, nos despedimos y Yo me fui al hostel. Lo vi de nuevo pero unos años después cuando volví a Cancún. Pero ahí no pasó anda, el ya era papá y casado. Pero al final el tomó su extra lecha Chilena y aún me debe la mía xD.
1 Comentario
Anónimo
mayo 17, 2025 a las 10:55 amQue ricos son los de QuintanaRoo 🤭