Después del Partido, el Pato me deja su testosterona

Desde mi regreso a Santiago nos hemos vuelto a ver con el Pato en algunas ocasiones. Ya que vivimos cerca, la distancia no es un problema. Aunque no me gusta mucho el football, a veces he ido a ver jugar a mis demás amigos y conocidos, y entonces he podido ver al Pato, transpirado y canchero, con su sonrisita perfecta, chasconsito por l esfuerzo, bien machito. El no es un gran jugador pero como les decía antes, le gusta estar en forma. Fue en una de esas ocasiones que luego de un partido me pidio ir a dejarlo a casa ya que andaba a pie. Obvio que me imaginaba qué íbamos. Sus papas estaban fuera (aún vive con ellos) asi que me hizo pasar. Me calentó al tiro cuando de entrada se quita la camiseta sucia y la arroja al canasto al lado de la lavadora, me mira sacudiendose el pelo y me dice: «cómo me veo?» Yo solo me sonreí y me acerqué, «eso depende de por qué me trajiste, o es solo para usarme de taxi? No soy tu perquin ql» Me sonrió, me encanta su sonrisa, me acerco a su cuerpo aún sudado y me dice «sí es para usarte bebé, pero no de taxi» y me manda su calugaso. Mis manos en su nuca, bajando por su espalda, una mano en sus homros y la otra en su culito durito, yo disfruto e su beso y lo acaricio, me acelero y entro en calor al tiro. «Dame una piscola primero» le dije, «tengo más para darte» y se agarra el paquete. «Eso déjamelo a mi» le respondí, y fui bajando por sus pectorales marcadísimos y duritos, sus tetillas que mordí y envolví en remodlinos, la división de su pecho, sus abdominales uno a uno, duritos y mojaditos, de nuevo sus tetillas, succionaba como una guagua. Bajé a sus abs, a su ingle y fui bajando sus shorts de football. Ahí estaba el pene maravilloso el Pato, algo grueso, duro. Lo tomé y lo masturbé un poco, mirándolo a su cara desde abajo, acariciando sus bs y sus pectorales. «Dale besitos en la cabecita» me pidió, y eso hice, besos con lengua, languetazos, en la cabeza y en el tronco, desde la base, sus cocos peludos, su tronco e nuevo, su cabeza. Me metí el glande y sentí un sabor dulce/salado y comencé a succionar. Con mi lengua hacia circulos, y mis manos bajaban sus shorts y sus boxer. Tocaba sus piernas peludas musculosas, delgadas pero tonificadas. Lo manoseaba entero, sus piernas, su culo era durito, era perfecto. Con mis manos quería guardar cada detalle, y con mi lengua y mi boca quería dejar para siempre su sabor dentro de mi.

El Pato me sujetó la cabeza mientras me comenzó a follar la boca. Sus movimientos eran suaves pero firmes. «Uhmmm que rico weon, sigue así, sigue porfa» y yo succionaba. Una de mis manos estaba en mi pene, la otra en sus pectorales. No podía separarme de ellos. El pato me dice entrecortado «oye éjame meterla al fondo porfa, déjame, esto es muy rico» y me sujetó con ambas manos, y incliné un poco para arriba y sentí su punta en mi garganta, pasó un poco mas allá, me dio arcada y un poco de tos. «Disculpa, dale de nuevo» le pedí. Yo estaba muy caliente, y sentía como un orgasmo en la boca con su pene dentro. En el otro intento aguanté la respiración, entró por la garganta, se sentía como arcada pero era muy exitante. El pato lo saco un poco sin sacarlo de mi boca, y entro de nuevo, lo hizo unas cuantas veces, y yo ahí quieto. Lo hizo con cariño pero caliente el weon. «Chucha weon que rico» y de pronto lo sacó. Aún no se quería correr. «Vamos a la pieza» me dijo y en su cama me terminé de quitar todo. Nos acostamos juntos y me punteaba el poto. Yo lo manoseaba mientras me besaba el cuello y la cara, y me acariciaba el cuerpo. Me comenzó a masturbar suavemente, y jugaba con su pulgar por las orillas de mi glande, rápido y lento, y sus manos me reocrrían. «Me gustas» me decía al oido, y yo gemía. Trataba de tocarlo haca atras mío, sentía sus brazos musculosos que me tenian abrazado. Estaba perdiendo el control de mi cuerpo. Sentir sus biceps abrazandome era poderoso para mis sentidos. Esa bola de musculo en su brazo era todo para mi, comencé a morderla, a besarla, a lamerla. «Te gusta? Dime que te gusta wuachito» «sí patito, dale, me gusta todo». «Eso hijito, también me gusta.»

Se reacomodó, acostado mirando hacia arriba y me dijo «dale, todo tuyo hijo» y puso sus brazos tras la nuca para apoyar la cabeza. Que vista tan hermosa se sus brazos, los toqué y besé por todas partes, cada músculo fue besado y tocado, también sus hombros cuadrados y firmes, su deltoides era una maravilla, y pasé por su boca y su mandibula cuadrada, sus ojos y su sonrisa, su manzana de adan que mordí, su cuello firme y sus hermosos pectorales. Los mordí, se quejó porque le delió un poco, pero yo me lo quería comer. Luego mi boca y mi lengua sintieron la duerza de sus tetillas, y la dureza de los plieges o uniones de sus musculos, donde termina uno y comienza el otro. Sus abdominales uno a uno los fui besando, mordiendo y lamiento. Yo era como un explorador en un valle de cerros y montalas, así eran sus caluguitas ricas y sus dos pectroales. Pase mis manos por sus costados y sus dorsales. «Me gustaría tener un cuerpo como el tuyo» le decía, y me responde «ya lo tienes, todo esto es todo tuyo». Mi pene ya no puede mas, estoy a punto de correrme. Puedo masturbarme encima tuyo. «No, sientate en mi pene, yo te estoy haciendo el amor» Wachito mas rico, me senté y sentía su pene en mi entrada, lo deslixó por fuera de el dejandome mojada la raja, y mis manos tocaban todo su torso, y sus manos me comenzaron masturbar cada vez mas rapido. «Pato, me voy, ay Pato» y saltaron mis mocos sobre su torso, sobre su mano, y yo en un completo extasis, un gran orgasmo me hizo gruños y razguñar sus tetillas, «puta madre pato hueon, por la chucha que me hiciste qlo, demasiado rico weon, weon rico me voy a morir aqui contigo». «Aun no hijo, falta lo mejor» y me pide que le limpe los pectorales, yo con mis propios labios tomo mi propio semen de su pecho, y con mi mano se lo esparzo. Con mi boca en su tetilla, acostado en su pecho, le pido que me lleve a donde vaya. Y mi otra mano recorre sus abs resbalozos y sus brazos.

Ahora te llevo mijo, y me comienza a besar con mucha pasión, se pone sobre mi y me tira de las piernas, yo lo miro y ya entiendo. Se baja de la cama y yo acostado sobre ella, boca arriba, veo como me comienza hacer un beso negro maravilloso. Mi pene comienza de nuevo a despertar. Su lengua me deja listo, y me da una cachetada en l culo. Ya cabro, ahora te llevo lejos. Me levanto un poco con sus brazos y se inclinó para ir metiendolo. Fue al tiro al fondo, me dolio un poco pero qué mas da, yo ya estaba entregado al Pato. Veo su cuerpo haciedno fuerza y pienso que tendré otro orgasmo. Empieza a bombear sujetándome. ¿Este weon hará eso con sus minas? Si es así, su pene entra hasta el alma, porque a mi me tiene atravesado del todo. De pronto se sienta en la cama, me pide que me siente mirandolo y me introduzco su pene facilmente. Ahi estoy yo abrazado e el, y moviendome, sintiendolo rico mi interior. «Quietecito» me dice, y me sujeta por las piernas, se levanta como si yo no pesara nada y con su pene dentro de mi se pone de pie. «Esto sí que es rico» me dijo, y jadeando, me levantaba y bajaba. Yo acariciaba su cara, sus hombors, sue espalda. Mi pene se masturbaba contra us abdominales arriba y abajo, arriba y abajo. Sentía sus relieves en mi pene. «Pato, me corro de nuevo» y volví a expulsar mi prole en su pecho. De tanto placer yo ya podía morir. Su color moreno claro ahora era te con leche. El Pato tenía cara de esfuerzo, todos sus musulos marcados. «Estoy lleno de testosterona despues del partido» me dijo, y yo acariciaba su hermoso pelo, como peinandolo, y su pene entraba y salia de mi. Cuando se canso, me dejo en la cama boca arriba y se acomodo entre mis piernas, y me dijo «así te gusta bb» y comenzó de nuevo a moverse dentro de mi.

Con su pene hacia un movimiento en mi ano como si un alguien pintara con su brocha un jarro de greda por dentro. Su pene era como la brocha que no dejaba ningun lugar sin tocar en mi interior. Llegaba hasta el fonto y tocaba mi prostata, que estaba dura. Se movie de adentro hacia fuera, a veces cambiaba y era en circulos, a veces era arriba a abajo. Yo mientras lo acariciaba. Sus testillas oscuras eran mi Paraiso de tocar y besar cuando estaban a mi alcance. Sus abdominales eran para rajuñarlos y rasparlos con mis manos y mis dedos. Sus pectorales eran como firmes bloques duros. El cuerpo del pato no era de fisicoculturista, el era mas bien Atletico fitness, le gustaba estar en forma pero no «mamado» del todo. Era perfecto para mi, el sueño de cualquier mina, pero en ese momento era yo quien tenia su miembro moreno y duro dentro de mi, y yo era el dueño de sus gemidos, y mis manos eran dueñas de sus musculos de sus brazos, sus pectorales y abdominales y todo lo que no puedo dejar de decir. El Pato se movie dentro e mi y gadeaba como un deportista, y yo chillaba y suspiraba mientras mis ojos veian su cuerpo sudado con todos sus detalles sobre mi.

Luego de unos 15 minutos de intenso placer sin decir nada comienza a darme embestidas profundas. Veo llegar el momento cuando se acerca a mi, me agraza y yo recorro cada centimetro de sus fuertes biceps mientras recibo todo su semen dentro de mi. Fueron unos quejidos desde dentro, y con mucho placer me senti llego de toda su hombria. Una vez mas el pato me preñó con su masculiniudad para siempre. Se quedo unos minutos dentro e mi besandome. «estuvo rico» me dijo, y yo solo lo miraba, que estos dias no se acaben nunca. Su cuerpo perfecto lo llevare para siempre en mis manos, y me masturbo cuando lo recuerdo. De la roca, no me acuerdo donde quedó, tuvimos que irla buscando desde donde esta la lavadora hasta la pieza. Tomamos cerveza y nos besamos muchas veces. Luego calabaza calabaza, trabajo, y la vida sigue, hasta el proximo encuentro.