El bodeguero

Era 2017. Llegó a mi pega un chico super bonito. Media como 1.73, moreno. Era encachado. Su trabajo era abastecer de insumos las dependencias de mi trabajo. Así que empecé a saludarlo. Nos hicimos super buenos amigos. Teníamos gustos similares en videojuegos, series, películas. Un día, me dijo que se quedaría hasta tarde por que el pedido llegaría fuera del horario laboral y debía esperarlo. Sin la maldad en mi mente, se me ocurrió llevarle una pizza para que comieramos y pasáramos un buen rato.

Llegue de sorpresa y con una sonrisa me recibió feliz. Comimos y charlamos un buen rato de cosas triviales hasta que salió lo del sexo:

-¿Pero tu eres gay cierto? – me preguntó
-Si. ¿Algún drama con eso?
-No, tranqui. Solo que me da curiosidad- Por primera vez me lo vi con ojos sexuales.
-¿Qué te da curiosidad?- le dije mientras sacaba el último trozo de pizza
-El sexo, eso que te lo metan, tener un pico en la boca.- me quede pegado mirándolo. Estupefacto.
-No te imagine con esas dudas, onda te has tirado a varias minas de acá.
-Si, bueno… tal vez soy bisexual o no se. -dijo algo nervioso.
-Pregunta lo que quieras a no ser que quieras probar- de solo pensar que me chupaba el pico, ya me tenía algo duro.
-¿Dejas que te la chupe?
-¡Venga!

Me baje el cierre del pantalón y saque mi pene. No estaba completamente duro, pero si con ganas de ser lamido. Se lo metió a la boca algo torpe. Supe que era real su curiosidad. Aun así, no lo hacía mal. A esas alturas ya estaba tan caliente que me follaba su boca tan fuerte que hacía arcadas. El extasis era inmenso, a esas alturas yo ya no tenía mi pantalón y mi camisa desabrochada cuando el golpe de la puerta nos interrumpio. ¡ERA EL PEDIDO!

Tome mi ropa y me oculte entre unas cajas. Aun con mi pene duro, me masturbaba. La adrenalina de ser pillado por otro más me calentaba. Le hice señas para que se apurara.. y lo hizo. Cerro la puerta y se sacó toda la ropa. Sin decir palabras se sentó sobre mi y empezó a mover su culo en mi verga. Necesitaba entrar, quería que ese culo virgen fuera mio. Puse mi cabeza en su ano para poder puntearlo. Nos besamos bastante. Se levantó y acomodo unas cajas vacías para poder acostarnos, se puso en cuatro. Lamí su culo para lubricar. Un rato. Me puse el condón y mas lubricante. Siempre ando preparado.

Grito, era su primer pene dentro, aun así no quiso que lo sacara. Me quedé unos segundos y lentamente empece a moverme. Era tan rico, apretado. Gemía de dolor y placer.
Me pedía más y más. Ya no eran gemidos de dolor. Si no que ya estaba gozando.

-Me voy – dijo agitado. Y aumente mis embestidas. -ahhhh

Su grito me indico que llegó al clímax y la caja donde estábamos quedo llena de leche. Eso me calentó más.

-Quiero acabar en tu boca- me miro con rareza, pero accedió.

Me saque el condón y folle su boca hasta llenar su garganta de mi leche. Todo termino ahí. Nos quedamos acostados u mn par de minutos. Luego nos vestimos y nos despedimos. Ya era hora de salir del trabajo.

Con el tiempo seguimos follando y no solo en la bodega.

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