El ex de mi amiga

Esta historia fue hace unos años, pero hasta el día de hoy me pajeo pensando en lo sucedido. Tengo 25 años, soy de región pero me fui a estudiar a Santiago, entonces pasé mis primeros 2 años en la capital haciendo amistades y el 2020 me tuve que devolver a mi región por la pandemia. Pasó ese año y, cuando empezó a mejorar la cosa en el verano del 2021, fue a visitarme una de mis amigas de la universidad, la Caro. Con la Caro siempre fuimos una buena dupla: Los dos éramos encachaos, buenos para conversar y conocer gente. Desde primero nos invitaban a todos los carretes de la u y lo dábamos todo bailando.

La cosa es que, ese año cuando me fue a visitar, la Caro había conocido a un chiquillo en mi región por Tinder y, como se quedó hartos días acá, aprovechó de empezar a salir en citas con él. Pasaron los días y me preguntó si lo podía traer a mi casa para que lo conozca y nos tomáramos unas chelas, a lo que dije que no había problema. Llegó y era muy mino: como de 1.85, muy lindo de cara, con una pinta como de skater un poco gótico, anillos de plata en los dedos. Se presentó, se llamaba Esteban y se notaba que estaba un poco nervioso, lo cual se le fue quitando a medida que empezamos a hablar y nos caímos bastante bien.

Los días siguientes ellos salían y volvían a la casa, Esteban se quedaba y dormían con la Caro en una pieza desocupada del depa. Fueron varias las noches que estábamos los 3 en el depa y en más de una ocasión los escuché tirar. Las paredes de mi departamento son muy delgadas, entonces por más que intentaban hacerlo piola se seguía escuchando el movimiento de la cama e incluso la respiración agitada, lo cual me calentaba montones.

Caro tuvo que volver a Santiago, pero el mes siguiente volvió de visita y se quedó 2 semanas. En esas semanas el Esteban pasó metido en mi depa y nos hicimos más cercanos. Yo siempre lo encontré mino, desde el día 1, pero era el pinche de mi amiga entonces estaba prohibido y además era hetero. Sin embargo, mientras más tiempo pasábamos juntos yo sentía que él me prestaba más atención. Me miraba mucho cuando conversábamos los tres, empezó a ser más de piel en el cotidiano (por ejemplo se apoyaba harto en mí, cuando me hablaba a veces me tocaba el brazo, me tocaba los hombros y un par de veces me agarró de la cintura para poder pasar) y también a sentirse más cómodo estando sin polera en la casa, considerando que era verano y hacía calor. Era flaco, pero no esquéletico, era como ancho de espalda, pero además tenía una cintura marcadita. Los brazos musculosos y con muchos tatuajes y un caminito feliz muy marcado que me daba mucho morbo.

Pasó el tiempo, volvimos a la u presencial y la Caro y el Esteban terminaron, pero él y yo seguimos en contacto y de vez en cuando nos tomábamos una chela cuando yo iba a mi región, volviéndonos bastante cercanos. En una de esas veces, en el verano siguiente, me atrasé en mi viaje así que le propuse al Esteban que se fuera a quedar a mi casa, nos tomábamos algo, veíamos alguna película y nos fumábamos un pito. Aceptó.

Llegué a mi casa y él estaba esperando afuera. Entramos y yo me fui a bañar porque el día había sido largo. Como ya había confianza, no tuve problema en salir con polera y boxers como si nada, total ya llevábamos casi un año de amistad y nunca había pasado nada más allá, él es hetero, etc. Nos servimos vino y le dije que nos acostáramos para ver una de mis pelis favoritas en ese entonces, Call Me By Your Name, que para quienes no la han visto es una película gay que tiene escenas bien hot. Me dice que no trajo pijama y yo le digo que le puedo prestar un pantalón y me dice que sí, yo me acuesto en boxers y polera. Estamos viendo la peli y le dan ganas de ir al baño, a la vuelta aprovechamos la pausa para armar y fumarnos un pito y después se acuesta al lado mío y conversamos antes de darle play de nuevo a la película. Volvemos a la película y llegamos a la primera escena de sexo gay y yo noto que él se pone un poco tenso. Después de unos 10 minutos me dice:

-«Nico, tengo que decirte algo»
-«Adivino: te aburrió la película jajaj perdón»- le respondo
-«Nooo, está muy buena, es otra cosa»
-«Dime po weon, que me poní nervioso»
-«Sabís que mejor no, me dio vergüenza»
-«Ay yaaa, qué aweonao, diiime oh»
-«Es que estar contigo acostado, viendo esto y tú en boxers… me están dando las medias erecciones»
Quedé tieso jaja

-«Oye, pero Esteban ¿qué wea? yo pensé que erai hetero“
-“Puta sí, nunca me había pasado esta wea y por eso me da vergüenza, pero te tengo confianza y son weas que pasan igual“
-“Sí, supongo…“

Pasaron unos segundos y el silencio era incómodo después de ésa confesión con los dos mirando el techo jajaj así que rompí el silencio preguntando

-“¿Y qué querís que haga con esa información? ¿Me alejo? ¿Me acerco más?»
-«Ah, no sé yo, ahí la dejo jajaj»

Y yo me destapo y le pongo la pierna que estaba hacia su lado encima de él para que viera que con esa confesión yo también estaba todo duro. Me empieza a hacer cariño en el interior del muslo que estaba encima de sus piernas, subiendo lento, tocándome con la yema de sus dedos, explorando delicadamente. Cuando iba a llegar a mi entrepierna, se la salta y empieza a tocarme por sobre la polera. Me toca el abdomen y se detiene un rato ahí, sintiendo con su mano mi respiración tranquila. Yo pongo mis brazos tras mi nuca, como queriendo decir «toca lo que quieras» y entendió perfecto. Fue subiendo su mano hasta llegar al cuello de mi polera y empezó a meter sus dedos por debajo de ella hasta meter la mano entera y acariciar mi pecho. Luego metió la otra mano, apretándome la cintura mientras la mano del pecho subía a mi cuello, ahorcándome un poco. La mano del cuello sigue subiendo hasta posarse en mi mejilla, yo acerco mi boca y él recorre mi mentón con sus dedos, subiendo a mis labios. Abro la boca y sus dedos acarician lento mis labios, yo saco un poco la lengua y se los lamo. Eso al parecer lo calentó demasiado y ahí se saca mi pierna de encima y me pega su pelvis al costado de mi cuerpo. Ahí sentí su pico duro, grueso, grande y caliente punteándome la cadera. Yo también me calenté y le empecé a chupar los dedos. Él, más caliente que la chucha, me los metía hasta el fondo de la garganta. Con su otra mano me agarra fuerte mientras me puntea. Me acerca a él y quedo con su boca cerca de mi oreja

-«Nico culiao, me tenís entero caliente», me dice al oído y luego lo muerde.

Ahí me fui a la chucha. Lo agarro y me lo pongo encima, lo abrazo con mis piernas y siento su pico durísimo rozando con el mío. Él hunde su cabeza en mi cuello y me lo muerde suave, ante lo que yo gimo porque me calienta un montón que me hagan weas en el cuello. Él se ríe y me muerde un poco más fuerte y yo le empiezo a rasguñar la espalda y besarle el cuello. Con eso se puso como animal y me empezó a embestir con su pico duro, todo esto por encima de su pantalón y mi bóxer. Ahí yo bajo la mano y se lo agarro también por encima y weón, creo que ha sido el pico más grande que me ha tocado hasta el día de hoy. Se lo agarró con fuerza y no se queja, lo tenía duro como piedra. Meto la mano debajo de la ropa y me encuentro con la sorpresa de un matorral suave pero frondoso y un poco de precum en el bóxer. Toqué su glande con la punta de mis dedos y él tembló un poco de lo caliente que estaba. Notó que me quedó precum en los dedos y me pidió disculpas, yo no respondí nada y me llevé los dedos con precum a la boca. Me miró con una cara entre asombro y risa y me chantó un beso. Realmente me empezó a comer la boca, todo muy morboso, un poco agresivo, con harta saliva y metiéndome la lengua como si me estuviese penetrando la boca. Yo le chupaba la lengua como si fuera un pico.

Después de un rato de agarrar así, nos damos vuelta y quedo encima de él. Me alejo un poco y le bajo la ropa. Él se sacó la polera y quedó en pelota, tenía un cuerpo hermoso y un matorral que decoraba ese pico exquisito que traía. La parte de tirarse a un flaco sin poto recomiendo no saltársela, es verdad lo que dicen. Yo me empeloto rápido igual y me pongo boca abajo, ni se me ocurrió chuparle el pico de lo caliente que estaba, quería puro que me la metiera, totalmente entregado. Él me agarra el poto y me da un nalgazo que yo creo que despertó hasta los vecinos y que yo respondí con un gemido.

Esteban se me acercó a la oreja y me dijo despacito:

-«Vay a tener que aguantar no más»
-«Dale más fuerte entonces po»

Y ahí el weón quedó loco. Me pegó otro nalgazo, se subió encima mio y se me pegó con su pico durísimo. Empezó a puntearme muy duro, pasando su glande por mi hoyo y dejándolo lleno de precum, hasta que simplemente se deslizó dentro mío como si nada. Gemí fuerte y él soltó un «oooh» de gusto y sentí sus vellos púbicos rozando mi culo. Empezó despacito, como disfrutando la sensación, y poco a poco fue subiendo la velocidad y nuestros cuerpos empezaron a aplaudir jaja. Ahí me levanté un poco y me puse en cuatro para recibir mejor las embestidas mientras él me pegaba nalgazos que sonaban entero fuerte. Luego, con una mano me agarra del pelo, yo quiebro un poco la espalda y ahí me agarra el cuello con la otra mano. Yo normalmente suelo ser más dominante, pero aquí estaba siendo la putita más sumisa.

Después de un rato me dice que se va a correr y en pocos segundos me lo saca y me echa todo el semen en la espalda y se echa en la cama, casi como rendido.

-“Estuvo muy rico, nunca había estado con alguien que no fuera mina» me dice
-«Con un weón querrás decir»
-«Ya, pero es que a ti te veo distinto, no es como agarrarme a un amigo po, tienes otra energía»
-«Yiaaaa, pa puro seguir haciéndote el heterooo, está bien oh» y nos reímos con una cierta complicidad.

Después nos limpiamos y dormimos juntos en pelota. Al otro día tomamos desayuno y hablamos tonteras como si nada hubiera pasado, todo muy natural y tranqui, me agradó harto eso. No nos vimos ni hablamos mucho en unos dos meses y después mi amiga me cuenta que volvió con él y duraron un par de meses. Cuando me contó yo me cagué entero, pero aparentemente ni yo ni él dijimos nada sobre este evento jajaj

Menos mal, porque el que come callado come dos veces.