El mejor descuido – Parte VI

Desde antes de que Byron dejara el trabajo en el hospital ya rondaban por mi cabeza pensamientos de como serían las cosas una vez que él y yo no trabajásemos en el mismo lugar, finalmente ese día llegó y un montón de miedos empezaron a rondar mi cabeza, ¿Seguiríamos hablando?, ¿Hablaríamos harto o poco?, ¿Sería todo tan intenso?, ¿Nos veríamos siempre que pudiéramos?. Por mi parte yo solo quería hablar con él todos los días, saber de él, como le iba, que estaba haciendo, y que él se preocupase por mi, y quería verlo, verlo los sábado, los domingo y aprovechar el tiempo juntos, esta era una versión de mi que jamás había existido, y que me costaba controlar.

Los primeros días mi ansiedad me mantuvo algo bajoneado, ya que me imaginaba los peores escenarios, pero ninguno de mis miedos se hizo realidad, con Byron la comunicación fluía como con nadie más, todos los días nos mandábamos un mensaje de buenos días, generalmente yo era el que le mandaba los buenos días, principalmente porque me despertaba primero que él, producto de esto a veces yo apropósito evitaba saludarlo, y esas veces él siempre iniciaba nuestro chat diario con un “Buenos días lindo :3”, mensaje que me hacía sentir seguro de que lo nuestro iba bien. Igual cabe destacar que en un momento empecé a saludarlo con una imagen de buenos días, la imagen era básicamente un perrito y de foto como mensaje ”Que tengas un bonito día” jajaja, prácticamente todos los días le enviaba la foto, era como un ritual, la verdad siempre en su momento pensaba que era tierno, ahora la verdad no sé, una vez me dijo que me haría una imagen similar, pero con un gatito de fondo para responderme los buenos días, pero nunca la hizo 🙁

Volviendo al tema del chat, con Byron chateábamos mañana, tarde y noche, literal eran mensajes en la mañana, durante el almuerzo, camino al depa, y después en la tarde y noche con su correspondiente “Buenas noches”, “Descansa”, “Que tengas un lindo día mañana :3” y uno que otro “Te quiero”, ahora igual para aclarar y ser realistas, había días que no hablábamos durante el almuerzo, o camino a casa, pero si o si en las mañanas y en las noches. No sé si han tenido algo así con alguien, la verdad era una cosa de estar pegado al celular, recuerdo que en un momento empecé a apagar los datos móviles durante ciertos horarios en el trabajo para no recibir sus mensajes porque me era imposible estar tranquilo sin responderle sabiendo que tenía un mensaje suyo, y no quería perjudicar mis quehaceres laborales.

Quizás ya se habrán dado cuenta la magnitud de todo esto, pero el tema principal es que con Byron nos comunicábamos harto, y nos seguíamos viendo casi todos los fines de semana, y como siempre mucho sexo, besitos y regaloneo, mi ánimo estaba por las nubes, en el trabajo y otros entornos sociales era alguien alegre, a quien de vez en cuando lo pillaban sonriendo solo, así bien embobado.

Las semanas fueron pasando y aprovechando que era Octubre y el clima ya estaba agradable, con Byron organizamos un paseo a un cerro, el cual tiene un parque, se puede subir y en la cima hay lugares para visitar. Elegimos un sábado para ir, aquel día estaba precioso, ninguna nube en el cielo y una temperatura muy agradable, nos juntamos temprano en la mañana, cerca de las 9 am estábamos ambos afuera de un supermercado, Byron con zapatillas, short, polera, polerón y jockey, yo andaba igual pero con una gorra de esas que te cubren por todos lados del sol. Entramos a comprar un par de cosas y alrededor de las 10 de la mañana estábamos en el parque por donde se empieza a subir el cerro, con nuestras mochilas llenas de víveres para comer y beber durante nuestra expedición. No habíamos sido los únicos con la idea de ir al cerro aquel día, en el parque se veían muchos grupos de personas, tanto familias como amigos que decidieron aprovechar ese hermoso día de primavera.

Nos acercamos a las faldas del cerro hasta llegar a las unas escaleras de piedra, comenzamos a subir con calma, nadie ni nada nos apuraba, tanto adelante como atrás de nosotros venían más personas, y en el camino nos encontrábamos con gente que venía en dirección contraria, estuvimos unos 10 minutos subiendo escaleras hasta que el camino se transformó en una calle de adoquines, o la verdad no sé si se llaman así, pero básicamente era una calle con piedras redondas como adoquines. Al poco andar hicimos nuestra primera parada en un mirador, debido a la altura se podía ver gran parte de la ciudad, y al mirar hacia el horizonte se podía ver el mar.

— Cacha estamos a la altura de los departamentos esos —dijo Byron mientras miraba hacia la ciudad.
— Sí, no pareciera pero estamos super alto aquí. ¿Oye eso será un barco? —Le pregunté a Byron haciendo referencia a una silueta que se veía en lo más lejano del horizonte.
— No cacho, parece que sí.

Acto seguido ambos nos subimos a un asiento de piedra que había, con la esperanza de que esos pocos centímetros extra de altura nos ayudaran a definir si la silueta era un barco o no.

— ¡Cacha se está moviendo! —Exclamó Byron.
— Síiii, es un barco entonces, que cuático que se pueda ver hasta allá —Le expresé asombrado.

Creo que ambos estábamos solos en el mirador, aunque la verdad no estuve atento a ello. Aún estábamos ambos parados sobre el asiento de piedra cuando Byron pone sus manos en mi cintura, acto seguido nos miramos y a medida que mi brazos buscaban su cuerpo una sonrisa se esbozó en nuestros labios, sin pensar en nada ambos nos acercamos para darnos un beso, él un poco agachado y yo con los pies en punta para compensar la diferencia de estatura. Lo recuerdo como un beso tierno, no fue largo, pero fue puro cariño.

Después de terminar nuestra parada en aquel mirador seguimos subiendo el cerro, íbamos como a mitad de camino cuando al costado izquierdo del camino principal se habría paso a un comino secundario, mucho más estrecho y de difícil recorrido, Byron se acerca y me da un empujón con su cuerpo para llamar mi atención, lo miro, me hace un gesto con la cabeza señalado el camino secundario, en sus ojos estaban claras sus intenciones, sin decir nada nos acercamos hacia la izquierda hasta adentrarnos en este sendero, el camino estaba muy desnivelado y habían muchas ramas crecidas a nivel de piso por lo que debíamos tener la mirada constantemente hacia abajo para ver bien por donde caminábamos. Habiendo recorrido lo suficiente como para dejar de escuchar el murmullo de las demás personas, Byron y yo nos detuvimos, estábamos rodeados de árboles y ramas, pero el lugar estaba bien iluminado por el sol, pusimos atención para ver si venía alguien y nos quedamos mirando unos segundos en silencio, acto seguido, dirijo mi mirada hacia su short, su erección era notoria, “Que rico tener a un macho así de caliente” pensaba para mi. Levanto mi mirada para mirarlo, quería saber que cara tenía, en eso Byron pone su mano en mi mentón, me acaricia un poco y procedemos a darnos un beso, fue un beso corto si, ninguno de los dos quería esperar más, así que me separé de él para agacharme, quedé con su paquete al frente de mi cara, puse mis manos en tus pantorrillas, me encantaba sentir los pelos en sus piernas, hundí mi cara para en su entrepierna mientras mis manos subían y bajaban recorriendo sus piernas, me excitaba mucho sentir su pene en mi cara, aunque fuese a través del short, se sentía duro, se notaba lo grande y grueso. Caliente por probar ese pedazo de carne, le bajé el short y bóxer y los dejé a la altura de los tobillos, su pico tenía la punta de la cabeza húmeda, al percatarme le pasé mi lengua para poder saborearlo, a continuación envolví su glande con mis labios y comencé a mamarle, concentrándome principalmente en la cabeza, frotaba mi lengua por el lado del frenillo y con una mano cubría el resto de su pico para ir masturbándolo. -Eso… mámame la tula lindo- me decía Byron, y a medida que le chupaba el pico podía sentir como le iba saliendo de a poco líquido preseminal, eso me indicaba que le estaba gustando, después de unos minutos Byron se acomodó y se apoyó en un árbol para estar más cómodo, yo seguí con mi labor, esta vez chupando pico y bolas, las cuales como de costumbre se sentían muy suaves, me encanaba chupárselas mientras con una mano lo pajeaba, y sabía que a él igual le gustaba mucho eso. Estaba chupándole el pene, tenía toda su tula hasta mi garganta cuando me empuja hacia atrás, me saca su pico de mi boca y lo sostiene firma con una mano, con la otra me toma de la nuca y me vuelve a acercar a su pico, sin decir nada procede a pasarme el pico bruscamente por mi cara, dándome golpes y a ratos frotándome su pico por mi boca y mejillas mientras me decía “¿Te gusta lindo?¿te gusta mi pico?, es todo pa ti lindo”. Por lo brusco de sus movimientos en una pasó su pico entre por debajo de mis lentes, literal me metió el pico en el ojo y me botó los lentes jsjsjs, no sé que le dio por hacer eso pero estuvo super rico, tanto por el morbo de que te pasen un pico por la cara como por la calentura desenfrenada que sentí de su parte en ese momento. Cuando cachó que botó mis lentes se detuvo

— Lo siento lindo —dijo Byron algo preocupado.
— Tranqui, si no les pasó nada —le expresé mientras los recogía del suelo y me los volvía a poner, no sin antes limpiarlos un poco, porque podía tener saliva y preseminal esparcido por mi cara, pero jamás ensuciarla con tierra.
— Dale, me falta poco.

A continuación volví a comerme el pico de ese hombre que me hacía vivir todo lo que hace tiempo deseaba, incluyendo esta primera aventura al aire libre. Le chupaba el pico con ganas, me lo comía todo y luego volvía a darle mucha atención a su glande, mientras con una mano lo masturbaba, con la otra procedí a masturbarme a mi, toda la situación me tenía muy caliente, en una siento que Byron pone una de sus manos en mi cabeza y me pide con voz agitada “Abre la boca, no te movai no te movai, oooh” y procede a correrse en mi boca, fueron al menos cinco chorros que pude sentir, quedé sorprendido por la cantidad de semen que le salió, a penas sacó su pico de mi boca me tragué todo.

— Oooh CSM —exclamó Byron mientras me soltaba la cabeza y dejaba caer sus manos—. Que me hací correrme rico lindo.

Sin decir nada pasé mi lengua por su pico para saborear lo que quedase de su semen.

— Con cuidado lindo que me quedó sensible
— Tranqui si ya terminé.
— Quedaste todo pegoteado, toma —me dice mientras saca una toalla de su mochila.
— Gracias —le respondo y me limpio la cara y las manos.

Con Byron nos dimos un último beso con harto manoseo antes de volver a la ruta principal, fue casi una hora más de subida, en la cual hicimos algunas paradas más para sentarnos en unos troncos que habían en el camino, ya eran cerca de las 12 del día cuando llegamos a la cima del recorrido, en aquel lugar hay un monumento histórico, es una pequeña torre de dos niveles, con Byron decidimos primero subir al segundo nivel, para ello había que ir hasta un costado de la torre, subir por unas escaleras que te llevaban a un nivel intermedio y luego subir una escalera tipo caracol que te llevaban a la cima de la torre, había bastante gente allí, con Byron nos paseamos por los pocos metros cuadrados de aquel lugar para poder mirar hacia todos lados, ya que desde ahí se tenía una vista bonita de la ciudad, hacia un lado el resto del cerro que continuaba extendiéndose, hacia otro lado la ciudad con sus edificios y centros comerciales, y hacia el otro lado el río. Saqué un par de fotos con la cámara de mi celular, disfrutamos un poco más de la vista y luego bajamos para que pudiera seguir subiendo gente.

Ahora era turno de recorrer el interior de la torre, nos aproximamos a la entrada frontal, desde afuera se veía todo el interior oscuro, solo estando ya dentro se podía apreciar lo que había allí, un par de fotografías y bibliografías con información de la torre y aquel lugar, había un grupo de personas con nosotros, pero salieron tan pronto entramos, por lo que estábamos solos en aquel espacio, miramos todas las fotos y leímos cada una de las palabras, admiramos las paredes blancas y el alto cielo, en un rincón se observaba una cámara de seguridad. Ya no nos quedaba nada más por hacer ahí, justo antes de salir Byron echa un vistazo hacia la entrada para ver si venía alguien, nadie se aproximaba a entrar, así que fugazmente me acerca a él y nos damos un besito, yo solo cerré los ojos y me dejé llevar, no fue un beso largo, pero fue bonito, era como un beso en público aunque al final estábamos los dos solos.

Salimos de la torre y aún nos quedaban cosas por hacer, alrededor de la torre habían varias placas con información sobre acontecimientos relacionados al lugar, pasamos por cada una de ellas leyendo, cuando terminamos ya era hora de almorzar, a pocos metros hay una especia de anfiteatro al aire libre, nos sentamos ahí y procedimos a comer lo que habíamos traído, sandwiches, papitas y jugo, así todo bien sanito. Luego de reponer energías recorrimos un poco más el lugar, pasada la torre había un sector con unos troncos cortados con forma de asientos, nos acomodamos ahí a conversar un rato, veíamos a le gente caminar y en un momento salió una liebre, blanca y grande, pasó rápido adentrándose más en el cerro, como al minuto se acercó una jauría de perros, recuerdo eran 4 ó 5, se acercaron a nosotros olfateando todo el lugar y tras inspeccionar se alejaron internándose entre los árboles y arbustos.

Tras nuestra estadía en esos troncos procedimos a bajar el cerro, ya estábamos cerca del mirador del inicio, pero en vez de seguir el mismo camino devuelta nos desviamos por otro camino que llevaba hasta una antena telefónica, el lugar estaba cercado así que solo lo miramos por fuera y pasamos de largo, unos minutos después de la antena había una especie de mirador natural, había un tronco aún enraizado al suelo, nos acercamos a él y decidimos que ese era un buen lugar para consumir lo último que nos quedaba, unas cervezas, nos sentamos en aquel tronco, no sin antes yo inspeccionarlo que no tuviera nada raro, una vez pasada la inspección Byron sacó las cervezas y yo unas galletas, a mi no me gusta la cerveza, no le encuentro el gusto bueno al sabor amargo que tiene, pero Byron me había prometido que esa cerveza me gustaría, con fe abrí la lata y la probé, quizás solo por ser él y por el momento en el que estábamos la encontré la menos mala que he probado.

— ¿Te gustó?
— Sí — le dije titubeando un poco pero intentando demostrar entusiasmo
— Ves, si es cosa de encontrar la cerveza correcta.
— Así parece —le contesté intentando dar un sorbo más.

Quizás por el cansancio la cerveza no demoró en hacer efecto, me sentía un poco mareado y más contento que de costumbre, lo cual facilitó a que me terminara de tomar el resto de la lata. Con Byron nos pusimos a conversar de mil cosas, en una salió el tema de tener pareja e hijos, yo le comenté que no planeaba tener hijos, que no me veía criando a alguien y tampoco sentía que estaba en una posición social/económica para tener uno. Él por su parte me dijo que si quería tener familia, unos dos hijos, que le gustaría ser papá y que quizás era tonto pero uno de sus motivos era que sentía la necesidad de dejar descendencia, “todavía no” me decía, primero quería disfrutar los años que le quedaban antes de cumplir 30, y luego ya buscar polola y tener hijos. Encontré muy válido lo que pensaba, tenía claro lo que quería y eso era bkn, pero todo ese futuro que tenía planeado no incluía nada de lo que estábamos viviendo juntos, “¿Que significa esto?” pensé, esto de vernos seguido, tener sexo, tratarnos lindo, salir, esos besitos… ¿Que es esto?. Sentí una angustia en el pecho mientras esos pensamientos recorrían mi cabeza, la cerveza ayudó a que no me bajoneara tanto. Ya terminadas ambas latas y las galletas ambos nos pusimos de pie para continuar bajando, esta vez con menos peso en las mochilas pero con la cabeza llena dudas, preguntas y escenarios que aún no pasaban.

A pesar de lo último fue un lindo día, atesoro mucho su recuerdo, me gusta recordarlo como una cita con Byron y como la cúspide de lo que en algún momento tuvimos.

Lamento la demora de esta parte, ya me conocen y saben que me demoro en escribir, a veces no me siento con el mejor de los ánimos para continuar, pero les prometo que seguiré escribiendo hasta finalizar la historia.

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2 Comentarios

  • Anónimo
    julio 29, 2025 a las 10:33 am

    Caché altiro que el lugar donde fueron es el Cerro Caracol en a Concepción 👀

    • David
      julio 29, 2025 a las 7:35 pm

      Atrapado 👀

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