El paco de turno
Hola, soy nuevo compartiendo por aquí, aunque siempre leo las historias de los demás. Me llamo Leo, y esta historia me pasó hace unos días. Todo empezó por Instagram, ahí conocí a un tipo llamado Tomás… aunque no usa su foto real ya que es paco, y obviamente tiene que mantener la discreción.
Habíamos hablado harto tiempo, pero nunca lo había visto en persona. Hasta que un día, por casualidad, lo vi donde trabajaba. Me miró y me dijo:
—Soy yo, el Tomás.
Medía como 1.72, pelo cortito, cuerpo tonificado, un culo que ufff, y esa mirada de autoridad que me dejó tiritando. Esa noche, como a las 11, se conecta y me dice:
—¿Estás en tu casa?
Le digo que sí.
—Estoy de turno en la tenencia… por tu sector.
Le lanzo el comentario:
—¿Y si paso a verte?
—Dale, pero piola. Estoy con un colega, aunque igual es medio arriesgado.
Al principio me eché para atrás, pero pasaron 15 minutos y me vuelve a escribir:
—Mi compañero se fue a una sala a descansar… ven no más.
Yo ya me había pajeado antes, pero me vestí igual. Salí cagao de frío, pero decidido. Caminé hasta la comisaría y ahí estaba él: uniforme completo, imponente. Entré como si nada, saludamos, conversamos weás para disimular. Yo no podía dejar de mirar cómo el pantalón le marcaba el bulto.
En un momento me dice:
—¿Querís ver al detenido?
Lo seguí hasta una sala, el tipo estaba durmiendo como tronco.
—¿Y tu compañero? —le pregunto.
—Zeta… —me dice.
Sigo caminando para irme y me agarra del brazo. Me mira con esa cara seria y suelta:
—Bésame.
Yo quedé plop.
—¿Estay loco? —le dije.
—Dale, no pasa na’…
Y ahí estábamos, en un rincón, besándonos con ganas. Me manoseaba el culo y yo ya no sentía frío. De pronto, se baja el cierre y saca tremenda tula.
—Chúpamela —me dice.
Me arrodillé sin decir nada y me la metí entera a la boca. Él gemía bajito, me tomaba la cabeza y yo sentía cómo se ponía más duro.
—Quiero metértela —susurró.
—¿Y si nos pillan? —pregunté nervioso.
—Arriesguémonos…
Me bajó los jeans, me apoyó contra la muralla y empezó a metérmela. Me dolía, pero el placer era más fuerte.
—Estay apretadito, me encantan así —decía mientras me mordía el cuello.
Terminamos en una oficina chica. Me puso sobre un escritorio y me lo volvió a meter. Yo me mordía los labios para no gritar, sentía todo: el roce, su respiración, su tula caliente moviéndose adentro mío.
—Me vengo… —me dice jadeando.
Y me acabó adentro.
Yo aún temblaba cuando se la sacó. Después, me toma por la cintura, se agacha y me empieza a chupar el pico hasta que acabo en su boca también.
Me vestí rápido y justo cuando salimos, llegó la patrulla.
—Mi compañero viene entrando, háblame como si vinieras a dejar constancia —me dijo bajito.
Le di la mano como si nada:
—Gracias, cabo. Buenas noches.
Me fui feliz, sin poder creer que me había tirado a un paco en plena comisaría. Más tarde, se conecta y me dice:
—Esto se repite… pero en un lugar más piola.
No hemos podido juntarnos de nuevo porque lo cambiaron de comisaría, pero seguimos hablando. Y así fue, mi primera vez con un paco… en pleno turno.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
4 Comentarios
Patricio
julio 12, 2025 a las 9:43 pmQue rica tu experiencia con el pavo, son muy guapos, buenos culos y buena pichula.
Anónimo
julio 14, 2025 a las 11:31 pmQue envidia, los pacos son muy rico y caliente, les gusta el webeo … así q dale no mas q te siga metiendo en el calabozo jajajjaja
Antonio
julio 15, 2025 a las 8:44 amQue rica historia yo tube una experiencia igual, lo mismo solo que no alcanzamos acabar
Anónimo
julio 28, 2025 a las 9:57 pmLos pacos son calientes, de los tipos mejores para culiar con los que he estado, uno era paco.