El Twink y el Oso

Hola! Me presento me llamo Jaime y soy de Stgo. centro, sector Parque O’Higgins, tengo 33, mido 1,70 y peso 86 kg, soy peludo… la historia comienza desde principio de año.
Tengo un grupo de amigos donde todos compartimos el mismo fetiche, el BDSM y sus derivados, somos una comunidad bastante diversa y realizamos encuentros de vez en cuando tanto a solas entre miembros, como en grupo en algún parque o bar. Es aquí donde conocí a Camilo, él tiene 19 y es el típico twink bonito. Pelo ondulado, rubio, ojos café claro, nariz bonita, en fin precioso el cabro, con Cami empezamos a hablar por Instagram de cosas super mundanas, nada sexual, sobre todo de música y videojuegos, a él le gustan la mayoría de cosas que me gustaban a su edad, cacha la música que sonaba en ese tiempo o los juegos que se jugaban, él estudia programación así que es bastante friki… como yo.
Luego de varias semanas hablando de cosas random un día él publica una historia de unos furros tipo oso musculoso bien pornográfica y yo se la reaccioné, y surgió el tema de cual era su tipo de hombres y hueás así, y me dijo que yo era bastante de su tipo (cabe recalcar que no me considero un wn mino ni mucho menos, tampoco soy un oso tipo Colby Jansen, soy más bien el wn que llegó a sus 30 y subió de peso nomas, aun que cuando tenía 23 hasta la pandemia iba harto al gym y hacía ejercicio así que hecho pico no estoy), así que me entró la maldad y empecé a enviarle mensajes más subido de tono diciéndole que igual él era el tipo de mino que me gustaba, más que por su físico (que como dije es el típico twink), era muy lindo y una cara linda me mata, me deja pero KO.
Ya habiendo establecido que nos teníamos ganas empezamos a coordinar para juntarnos, y hablábamos todos los días de lo que haríamos y como lo haríamos, nos mandábamos nudes y hueás calientes, hasta que llegó el día de juntarnos… fue un día de enero así que hacía más calor que la CTM, era primera vez que nos veíamos a solas y él en verdad era bastante más tímido en persona que detrás de la pantalla de su celular, donde su personalidad desbordaba. En fin estábamos en el departamento tomando una bebida bien fría para capear el calor mientras nos contábamos cosas de nuestra semana (todo esto para distender un poco el ambiente, ya que el chiquillo era MUY tímido y casi ni hablaba, si hasta tiritaba el pobre de lo nervioso que estaba), ya habiéndolo calmado un poco, lo invito a la pieza para ver algo en la tele y pasar a lo que veníamos… así que entramos, prendo la tele, pongo un video de los recomendados, y lo abrazo, comienza a temblar nuevamente, a lo que le doy un beso y le digo que estaba todo bien, que si quiere parar que me diga y lo dejamos para otro día, a lo que él me da otro beso y me dice “ni cagando”, así que se acuesta en la cama y yo a su lado, él seguía tiritando y le digo:
-De verdad estas seguro que quieres seguir?
-Sí -me responde ya bastante seguro y dejando de temblar.
Seguimos besándonos por un rato hasta que empezaron los manoseos, yo jugaba con su pecho, apretando sus tetillas y mordiendo su cuello, él solo gemía y mordía sus labios. Luego empecé a desvestirlo y él a mí, hasta quedar completamente desnudos, era de verdad hermoso, su cara estaba roja por la calentura y el calor que hacía ese día, su cuerpo era delgado pero al estar entrenando estaba ganando cuerpo… su pene era largo no tan grueso, de unos 17cm. Se veía bien proporcionado. Seguimos besándonos y frotando nuestros cuerpos por harto rato, me encantaba poder estar así con él… me sentía bien, era algo distinto, sentía un cariño un no sé qué por él.
Ya después de haber preparado el terreno y hacer que se sintiera cómodo comencé a hacerle sexo oral, primero lamiendo su glande para luego bajar con la lengua por todo el tronco hasta su perineo y llegando incluso hasta su ano, me entretuve un rato allí y le pasaba la lengua, succionaba y soltaba su culo, luego subí nuevamente a su pene y lo metí de una completo a la boca, me considero un experto haciendo sexo oral y siempre quedan locos cuando lo prueban así que tenía a Cami gimiendo del gusto, succionaba, lo dejaba dentro y apretaba la garganta mientras movía la lengua para darle más fricción, luego volví a su culo para empezar a dilatarlo por que me lo quería follar y que mi leche lo inundara como me lo había pedido tantas veces por el chat.
Luego de dejarlo bien dilatado lo pongo de espaldas y sus piernas en mis hombros, me echo lubricante en mi pene, lo esparzo y le aplico otro poco a él, apunto directo a su ano que palpitaba pidiendo que entre, comienzo despacio (porque si bien no tengo un pene monstruoso me dicen siempre que es grueso), primero entra el glande y él se queja un poco, luego sigo entrando y lo retiro para volver a entrar otro poco, esto mismo lo repito hasta que esta todo dentro… me quedo así unos segundos hasta que creo que ya está listo y empiezo a moverme, primero despacio y luego subiendo la velocidad hasta lograr un ritmo constante, Cami se aferraba con sus manos a mi espalda y gemía rico a mi oído, no sé cuánto rato estuvimos follando, pero luego cambiamos un poco las cosas, por que el calor nos estaba matando, volvimos a besarnos y regalonear mientras recuperábamos el aliento, conversamos un rato y luego seguimos follando, esta vez lo puse primero en 4 y luego me acosté y lo hice sentarse en mi pico, me gusta follar así por que puedo agarrar mucho impulso y eso se notaba en como gemía Cami, ya estando a punto de explotar le aviso y él me ruega que se lo deje al fondo y empieza a moverse él, y mientras se masturbaba acabó justo antes de que lo inundara con mi leche, no se cuantos chorros le dejé dentro, pero sentí que fue mucho, se la seguí metiendo un rato hasta que perdí un poco la erección y se la saqué despacio y una buena cantidad de semen cayó sobre mi pene.
Seguimos hablando un rato de lo rico que estuvo y nos duchamos juntos, luego le hice algo de comer y seguimos hablando, ya después de comer volvimos a follar otro rato, pero fue más cortito y no acabamos ya que era más regaloneo que sexo, luego lo fui a dejar al metro y nos despedimos, nos volvimos super cercanos y nos seguimos mandando nudes de vez en cuando. Lo empecé a ver más como un amigo al que quería apoyar más que como un loco con el que quería follar, él se puso a pololear con un cabro de su edad y las cosas se volvieron extrañas y ya no hablamos.
Espero que les haya gustado esta historia, la escribí más para no olvidarme de lo vivido junto al Cami, es una historia 95% real, obvio cambié nombres y generalicé en información, pero el resto es real completamente.
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1 Comentario
Anónimo
noviembre 21, 2024 a las 10:50 pmno que tierrno, sexo apasionado y regaloneo, háblame jeje tengo 22 y podriamos llevarnos bn
@ambidiestroo