La habitación de Brasil

Hola, mi nombre es Mateo, tengo 18, vivo en Chile, juego tenis, tengo cuerpo atlético. No soy ni tan alto ni tan bajo, mido 1.70 y soy bisexual.

Esta historia pasó en cuarto medio con un compañero de curso. Fuimos a Brasil de gira, y me tocó compartir habitación con uno de los weones más revoltosos de la clase: Lucas Pizarro.

Yo me disgusté un poco al saber que tendría que compartir pieza con Lucas, dado a que el era unos de los revoltosos del salón, y no me juntaba mucho con él. Pero luego recordé su cuerpo atlético y definido, y esa actitud dominante que a pesar de no ser muy lindo de cara, me había hecho dedicarle varias pajas.

—Chaaaa, me va a tocar compartir pieza con ese weón —exclamó Lucas al enterarse de la noticia.
Posteriormente intentó convencer al profe de que pudiéramos elegir a nuestros roomies, pero no falló.

—Nos vamos a llevar bien, ¿cierto, hermano? —dijo Lucas, colocando su brazo alrededor de mi hombro.
—Sii… —respondí nervioso.

En lo único que podía pensar en ese momento era en cómo hacer que se diera un encuentro sexual entre él y yo. Lucas era una persona súper caliente. De hecho, en trabajos que me había tocado hacer con él antes, se pasaba viendo videos de minas en poca ropa, tocándose la tula, o incluso sugería una paja grupal (que nunca ocurrió).

Entonces se me ocurrió darle Viagra. Así se le pararía la tula y se calentaría tanto que no le importaría que fuera un hombre el que le tocara la verga. Cuando salimos a recorrer la ciudad con mis amigos, me escabullí y fui a comprar Viagra a una farmacia cercanay lo coloqué en unos muffins que tenía guardados.

Al volver a la habitación, él se sentó en su lado de la cama a ver videos en su celular y no me dedicó más de tres palabras.

Después de momentos de nerviosismo, le ofrecí el queque con Viagra.

—¿Querís un queque que me sobró? —pregunté.
—Yaaa, buena, hermano —respondió, contento.

Se lo comió al tiro y siguió con lo que estaba haciendo. A los dos minutos, empezó a meterse la mano en el pantalón y a acariciarse el miembro.

—Oooh weón, ¿viste a las brasileñas? Tienen los medios culos —dijo en tono grotesco.
—Sii, son buenísimas —respondí.
—Me dan unas ganas de partirles el hoyo…

Me quedé callado ante ese último comentario.

—¿Te molesta si me hago una paja? —preguntó al fin.
—No, claro que no —le respondí.
—Vale —dijo, mientras ponía porno en su celu y empezaba a pajearse por debajo del pantalón.

Estuvo así unos minutos hasta que se dio cuenta de que a mí también se me estaba parando.

—Si querís, te la jalas también. No tengo problema —dijo mi compañero de cuarto.

Ante su consentimiento, me acosté en mi lado de la cama y, tapado por la sábana, me empecé a masturbar. Estuvimos así un buen rato hasta que sacó su verga y me la mostró.

—Mira, larga y gruesa —me dijo mientras me mostraba su rifle y me miraba de forma seductora.

Su pene no estaba mal. Sí, era largo, pero no tan grueso. Era como el mío: largo y delgado. Tenía poco vello púbico y muchas venas palpitantes que me generaban caleta de excitación.

—¿Querís tocarla? —preguntó.
—No sé… —le respondí, haciéndome el difícil (obviamente quería).

—Vamos, tócala, no se lo voy a decir a nadie, te lo prometo —insistió.
—¿Estás seguro que no le vas a contar a nadie?
—Sí, te lo prometo por mi madre —juró Lucas.

Entonces le empecé a tocar la polla mientras él seguía con la mirada fija en el porno.

—Oooh sí, así, perrita —gemía.

Luego tomó mi cabeza y la llevó bruscamente hacia su verga, y empecé a chupársela.

—¡Esoo, chupa, puta! Sabía que eras weko.

Eso me sorprendió un poco, pero me gustó. Me estaba follando la boca como un campeón. Me encantaba sentir su falo en mi garganta y oler su vello púbico. Como su pene era largo pero delgado, me provocaba arcadas, pero no me ahogaba.

De repente me sacó la verga de la boca y me pegó en la cara con ella.

—¿Te gusta, perra? —preguntó.
—Sí, papi, ahh, me encanta.

—Eres tan puto —me dijo antes de volver a follarme la boca.

Mientras él hacía lo suyo, yo le acariciaba el culo, y en un momento se me ocurrió meterle el dedo.

—Eh, ¿qué hacís, guarro? —dijo enojado—. Yo no soy puto como voh. Hago esto porque las brasileñas no me pescan y ando caliente.

—Te has portado muy mal —continuó—. Papi te va a tener que castigar.

Entonces me tomó del pelo y me llevó al baño.

—Quítate la ropa —ordenó.

Mientras yo obedecía, él se metía dentro de la ducha y abría el grifo. Ya desnudo, me volvió a tomar del pelo y me puso bajo el agua.

—Esto es lo que le pasa a los niños malos —dijo mientras me metía su gran falo en el ano.

—Aaaaahhh —grité.

—¡Calla, perra, que nos escuchan!

Siguió embistiéndome con fuerza y brutalidad mientras yo gemía como perra en celo.

—Aaaahh, ooohh, Lucas, ooh —gemía yo.
—Eso, puto. Gime mi nombre. Dime, ¿quién es tu papi?
—¡Tú!
—¿Quién?
—Aaaahh, tú…
—Dime su nombre.
—¡Aaaahhh, Lucas! ¡Oooh sí, Lucas, dame duro, oooh sí!
—¡Así me gusta, ooohh!

Después de un minuto así, empezó a aumentar la velocidad.

—¡Ah, ah, ooh, me voy a correr! —gemía.

Entonces sacó su verga de mi apretado culo y la metió en mi boca otra vez.

—Toma, toma leche, perra. Ooohh sí, bébela toda…

Gemía mientras descargaba en mi garganta ocho chorros de semen caliente.

—Ooohh, ooohh, ooohh, sííí, aaaahhh, sííí, chupa, ooohh…

Saboreé toda su leche y le limpié la verga, para que después saliéramos de la ducha.

—Tienes buen culo, bro. Y usas bien esa boquita —dijo Lucas, mientras me daba una nalgada y me guiñaba un ojo—. Ah, y tranqui: tu secreto está a salvo conmigo.

—Gracias —le respondí.

Después de eso, se fue a dormir tal como estaba, y al día siguiente no comentó nada sobre lo que pasó en la noche.

Al menos, mi plan de la Viagra funcionó, y me aseguré de que Lucas no diría nada. Fue uno de mis mejores polvos. Aunque no fue el único en Brasil… pero esa es historia para otro día.

¿Te gustó el relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 4.5 / 5. Recuento de votos: 106

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

/ / / 🇨🇱 Chile / 🌈 Gay

🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥

Recibe los mejores relatos directamente en tu celular

IR AL CANAL DE TELEGRAM
💬 Escribe un comentario

5 Comentarios

  • Anónimo
    julio 25, 2025 a las 2:30 am

    Te la sacó del culo y volviste a chupársela? Y no te enfermaste? Y fueron ocho chorros, seguro? Creo que fueron siete, jaja suena a fantasías animadas de ayer y hoy…

  • Anónimo
    julio 25, 2025 a las 10:56 pm

    Súper rico, acabe con este relato 🤤 cuenta más

  • Anónimo
    julio 26, 2025 a las 1:14 pm

    Estaba bueno pero los diálogos qlos arruinaron todo

  • Anonimo
    agosto 2, 2025 a las 10:03 am

    Solo dos minutos para que hiciera efecto el Viagra ?? Y sin agua en un queque

  • José
    agosto 4, 2025 a las 6:12 pm

    Que más soñaste

💬 Deja tu comentario

×

Reportar Relato

SALTAR AVISO