Marcos y Yo

Todo partió con un pene.

Yo estaba feliz pololeando, tenía una vida sexual piola, hasta buena se podría decir, pero un día mi pololo sin querer me dejó ver algo que me sacó de onda durante días, meses y años.

Nosotros nos veíamos poco por temas de tiempo y espacio, así que cuando nos tocaba salir siempre eran los mejores momentos, los más esperados y los más lindos, pero un día cuando nos juntamos pasó algo que cambió nuestra relación para siempre. Èl me vio y su cara se iluminó como siempre que nos encontrábamos, avanzó hacia mí y me abrazó, pero no pude evitar ver su teléfono cuando pasó sus brazos por mi cuello, vi cómo estaba hablando con alguien por WhatsApp y esa persona no era yo. Suena a que soy celoso, pero no es así, lo supe porque el pico que había en la pantalla en la mitad de ese chat no era mío, y ciertamente tampoco de él.

Siempre he sido bueno haciéndome el weón así que el día siguió como siempre, pero no podía sacarme la situación de la cabeza. ¿Me estará cagando? ¿Me irá a cagar? O quizás es solo un random con el cual mi pololo chatea y se mandan nudes. Esto último no me molestaba porque al final del día sería como enojarme si se mete a Twitter a correrse una paja viendo porno, ¿no?

Pasaron las semanas y yo seguía rondando con el tema, de vez en cuando volvía la situación a mi cabeza y me daba rabia, no podía parar de pensar en todo, me enrollaba y solo tenía una gran certeza en la cabeza: Me daba lo mismo si me estaban cagando, me daba lo mismo si me iban a ser infiel, la verdad me daba lo mismo llegar a sufrir por un tema así. ¿Por qué? Porque lo único que quería era ver esta tula perfecta una vez más.

Me di cuenta de que no paraba de pensar en ese pene hermoso. ¿Les ha pasado que ven un pene y es como de proporciones perfectas? Deben ser unos 18 cm, depilado, grueso, pero no tanto, muy como armónico o quizá simétrico? Quién sabe, yo solo sabía que necesitaba comérmelo a como de lugar. El problema es que ni idea de quién era esa persona, bien podría ser un chat antiguo, o una persona de otro país (comprenderán vi las típicas burbujas de chat, pero en esos años se usaba tanta cosa que podría ser cualquiera). Pasaron las semanas y yo estaba claramente obsesionado, necesitaba ese pene, mi pololeo tenía sexo conmigo, me metía su verga y yo solo pensaba en la otra, no sé cómo explicarlo pero necesitaba ser de esa tula.

Pasaron los meses y yo ya me había rendido, no sabía qué hacer la verdad. Yo sé que hay relaciones muy modernas donde las parejas hablan de otros hombres, créanme que yo no tenía problemas con eso, pero encontraba que toda la situación era loquisima, ¿cómo explicarle a mi pololo la obsesión que tengo por un pene que vi un micro segundo hace como 6 meses? Al final para hacer este cuento más corto, me atreví a hacer una wea más tóxica que la chucha. Un día mi pololo se quedó a dormir conmigo y yo resistí el sueño, aguanté y aguanté hasta que él se durmió bien profundo y me metí en su teléfono, revisé los chats de mi pareja buscando el pene de mis sueños, ¿siento vergüenza? Ahora mirando pa’trás puta sí, pero en el minuto solo sentía el corazón a mil, me podían pillar, pero también podía salir de esta obsesión culiá… Y lo encontré, después de abrir chats de familiares, compañeros de pega hablando de números y weas que no entiendo, apareció un chat de alguien que se hacía llamar (según los contactos de mi pololo): Marcos Grindr. En el chat había fotos y videos de él y Dios Mío. Necesito que me lo meta ahora. Me reenvíe los videos y las fotos y me dormí… después de ir al baño y correrme una paja tan violenta que salto semen al espejo, todo mientras veía las cosas que le mandaba a mi pololo.

Primera vez que escribo un relato y espero les guste, la verdad es una historia que da pa largo y tiene de todo, pero de todo. Después les subo más partes, pero de momento decir que eventualmente los sueños se cumplen 😳