Mi primera vez y con un hombre maduro

¡Hola! ¿Cómo están? Desde mis comienzos, los relatos eróticos me han excitado mucho, y me atreví a comenzar a compartir algunas de mis experiencias con hombres maduros, siempre sentí una fijación por ellos y creo que por eso me costo darme cuenta ya que hombres de mi edad nunca me llamaron la atención.

Debo mencionar que empecé a experimentar con hombres bastante tarde en mi vida. Hasta los 29 años, solo había tenido relaciones y encuentros sexuales con mujeres (ahora tengo 42 años). Conocí a Juan Pablo (así lo llamaré) a través de Cam4. En ese momento, no existía la aplicación amarilla o al menos yo no la conocía. Solía entrar a Cam4 para ver cómo la gente transmitía y se masturbaba, entre otras cosas. Un día, me animé y, sin mostrar mi rostro, me masturbé frente a la cámara. Juan Pablo me dejó un mensaje que me llamó mucho la atención, ya que me indicó que era mayor y tenía alrededor de 49 años. Yo, con 29 años, era 20 años más joven que él. Juan Pablo y yo hablamos durante un par de meses sin concretar nada, ya que para ambos era nuestra primera vez. En ese momento, yo acababa de independizarme y vivía por Santa Isabel con Portugal, mientras que él vivía en Las Condes. Él era casado y tenía hijos, y yo llevaba una vida heterosexual, por lo que ambos éramos muy discretos y teníamos miedo de concretar algo.

Un día, me desperté tarde después de haber salido a carretear toda la noche anterior y tenía una caña enorme. Sin embargo, eso no me impedía estar excitado, así que decidí entrar a la página para ver videos y cámaras en vivo. Cuando entré, vi el mensaje de Juan Pablo y le respondí. Para mi sorpresa, también estaba en línea y me respondió de inmediato. Me dijo que estaba libre esa tarde y me preguntó si me animaba a conocernos. Le dije que sí, pero que aún no me había levantado y que tenía que ducharme. Él me respondió preguntando si podía esperarlo y si podíamos ducharnos juntos. La verdad es que estaba muy nervioso, y la verdad es que siempre me he preocupado mucho por mi higiene personal. La idea de ducharnos juntos me excitó mucho. Aunque también consideré que nunca nos habíamos enviado fotos ni nada, y podría ser que no hubiera química entre nosotros y me daba lata esperarlo sin ducharme pero la idea supero mi pudor. Confirmé el encuentro, le di mi dirección y esperé con los nervios que imagino todos experimentamos nuestras primeras veces.

Cuando sonó el timbre, mi corazón latió rápidamente. Cuando abrí la puerta, me sorprendió ver a un hombre muy atractivo. Tenía alrededor de 1.76 metros de altura, delgado, con barba, cabello canoso y unos labios rojizos que me llamaron mucho la atención, además de unos ojos claros. Yo mido 1.74 metros, tengo el pelo castaño y cuerpo velludo. No soy gordo, pero tampoco tengo un cuerpo de gimnasio. Me han dicho que soy muy atractivo, pero eso es subjetivo para mí. Nos dimos un fuerte apretón de manos y una leve electricidad recorrió mi cuerpo. Conversamos un rato sobre nosotros y luego le pregunté si aún quería que nos ducháramos juntos, a lo que él respondió que sí. Nos dirigimos al baño, nos desnudamos y pude ver su hermoso pene semi-erecto, calculo que medía unos 19 cm de largo, con la cabeza rosada y no circuncidado, con la piel hacia atrás. Mi pene mide 16 cm, es circuncidado y grueso. Entramos a la ducha y comenzamos a enjabonarnos y a tocarnos el cuerpo. En ese momento, ambos estábamos muy excitados y nuestras erecciones eran evidentes. Comencé a masturbarlo y él hizo lo mismo conmigo. No aguanté y le pregunté si podía chupársela, y él me dijo que sí. Me agaché y comencé a lamer su glande y a introducir su pene en mi boca. Ambos éramos inexpertos, pero estaba tan excitado que chupé con todas las ganas del mundo. Después de un rato, él me pidió que parara porque estaba muy excitado. Me levanté y me besó, lo cual fue extraño al principio pero me calentó mucho. Luego, se agachó y metió mi verga en su boca. Éramos dos extraños siguiendo nuestros deseos más profundos. También, mi excitación impidió que continuara mucho más, así que le pedí que parara. Terminamos de ducharnos, nos secamos y nos dirigimos a mi cama.

Una vez en la cama, nos tendimos y comenzamos a besarnos de una forma muy apasionada. Debido a nuestra inexperiencia estábamos a punto de acabar, pero ambos queríamos disfrutar el momento y no queríamos que terminara. El tenia un olor muy rico en su piel, admito que eso me vuelve loco. Le pregunté cuánto tiempo tenía y él me dijo que no me preocupara, que podía pasar toda la tarde en pelotas conmigo en la cama. Esa afirmación me excitó aún más.

Adoptamos una postura en la que ambos estábamos sentados en la cama. Pasé mis piernas sobre las suyas, apretando sus caderas con mis piernas. Nuestros penes quedaron frente a frente mientras nos abrazábamos y nos besábamos apasionadamente. Nos acariciábamos y nos masturbábamos mutuamente. Luego, adoptamos la clásica posición del 69 y estuvimos chupándonos el pico por un largo rato, deteniéndonos ocasionalmente para controlar la excitación que nos tenía al borde de acabar. Después, volvimos a la posición frente a frente, nos besamos y nos masturbamos. Fue en ese momento cuando ya no pudimos aguantar más y decidimos sincronizar nuestros orgasmos para acabar al mismo tiempo. Juntamos aún más nuestros cuerpos y frotamos nuestras vergas con una intensidad ardiente hasta que ambos empezamos a eyacular sobre nuestros cuerpos. Quedamos completamente empapados, ya que ambos estábamos extremadamente excitados.

Después, volvimos a la ducha, nos enjabonamos nuevamente, nos besamos y, una vez más, la excitación volvió a apoderarse de nosotros. Regresamos a la cama, conversamos un rato y repetimos lo que había ocurrido anteriormente. Con Juan Pablo nos seguimos viendo durante mucho tiempo y fuimos experimentando más cosas juntos.

Sé que esta historia no tiene tanto sexo explícito, pero fue nuestra primera vez y tiene ese grado de calentura al menos para mi que muchos experimentamos en ese momento tan especial como la primera vez.