Otras historias de seminario – Parte I

Hola, me divierte mucho leer los relatos que hay en esta página, las escenas que pasan por mi cabeza leyendo es impresionante y la manuela pasa susto. Bueno acá va mi historia.

Voy a contar mi historia, que ya fue relatada, pero ahora va con mi punto de vista.
Esto ocurre en un seminario, donde se forman los curitas. Cuando ingresé no había tenido ningún tipo de acercamiento sexual con nadie. Me encantan las mujeres, pero de igual modo sentía una atracción a algunos cuerpos masculinos, más bien el paquete. Jajjajajajajja. En los días de integración al seminario había visto unos cuerpos bastante buenos a la vista pero no pasaba nada más allá de lo fantasioso. Los primeros años eran ahí mismo, luego de un par de años se va a la U. Bueno, llegó el 2020 un año bastante raro, y pasa esto con alguien que yo ni pescaba, era su segundo año y yo en mi cuarto año. Sucede que empezamos a hablar más seguido de cosas que teníamos en común, de gustos eclesiásticos que nos llevaban a la misma línea y así comenzamos a hacer una amistad.

La pandemia hizo de las suyas y todo cambió. Clases por Zoom (para qué seguir describiendo si todos sabemos las restricciones que hubo) etc. Como iba en dos cursos abajo que yo había materias en que yo le podía ayudar, como griego por ejemplo, le enseñaba y le apoyaba en sus tareas. A veces por celular, a veces en un escritorio, pero soy un poco reacio a ayudarle en público porque de lo contrario todos iban a pedirme ayuda, pero en fin. Hablábamos y hablábamos, nos contábamos nuestras cosas, nuestros problemas y cosas que hacen los amigos. Un día le envié un video de una pareja de pololos haciéndose cosquillas y cosas así, y yo le dije

-Lo que nos perdemos
-Jajajjajaj si

Y así empezamos a hablar como con más destapo, hablando de las parejas, que no se daban la pasada y cosas por el estilo. Yo por mis adentros, me calentaba el hecho de hablar de esta forma con alguien. Un día dentro de las tantas conversaciones que teníamos llevadas a lo sexual, no explícito, sin mala intención le dije:

-Yo ya estoy seco.
-Jajajajj cómo así?
-Llevo dos al hilo y puedo seguir por la tercera
-Jajajajajaja yaaa tan así

(cabe mencionar que yo tengo unos 5 años menos que este personaje) y continué:

-Jajajajaja y tu estás seco? … (pregunté no más. No esperaba nada en todo caso) y de pronto me llega una foto de él recostado en su habitación, con la cortina cerrada, solo en boxers.
-(yo sin ver la mala intencion) jajajajajjaja buena pero no se ve muy bien.

Y me llega otra foto, pero mostrando su miembro más que parado tapado por la mitad de su boxer. Yo quedé en shock, jamás pensé que me enviaría una cosa así. Tenía dos opciones: responderle bien o mandarlo a la chucha por desubicado. Lo que hice fue mandarle una carita babosa de sticker. Y yo justo en ese momento tipo 17:30 tenía una reunión. Imagínense ustedes al ver el paquete de un compañero que se veía bien bueno, me dejó muy calentón, se me bajaba la tula y se me volvía a parar en toda la puta reunión. Estaba más caliente que la cresta. Bueno, seguimos hablando. Pero solo por teléfono, no en persona. En persona fingíamos demencia jajajajjaja. Hasta que pasado unas semanas fuimos ambos a la cocina del seminario durante la noche, fuimos a buscar algo para comer, pues justo teníamos la llave que daba acceso a la despensa del seminario. Y en el lugar donde se lava la loza empieza lo que jamás olvidaré.

Manteniendo todo apagado quise buscar algo ubicándome delante de él, pero se me salió todo la perra que llevo dentro y empujé mi poto para atrás y le choqué su miembro. Él no se movió y así comenzó el juego y por primera vez empiezo a besar a un hombre, fue uno de los besos más fogosos que había experimentado, y casi como con ansiedad de comer esa boca. Estando todo apagado, ningún ruido empezamos a tocarnos, le tocaba su paquete y se sentía la media cuestión. Estaba a full caliente, nos tocábamos y nos tocábamos hasta que me da por meter mi mano adentro de ese pantalón que tenía a una bestia secuestrada en su interior. Toco por primera vez esa inmensa cosa, toda mojada, y me caliento más con esa situación estaba a full. Nos tocábamos y nos tocábamos, sentíamos nuestros cuerpos, nuestros respiros agitados nuestros corazones a mil. Y quería bajar a comer esa bestia, probar tamaña lotería. Pero me sostiene del hombro y me dice:

-No, estás seguro
-Si, completamente
-De verdad
-Si de verdad
-Quizás no es el momento, quizás te vas a arrepentir

(yo por adentro diciendo: déjame mierda. Déjame probarlooooo)

Y en eso me seguía tocando y lamentablemente por la excitación que sentía me voy cortado sin siquiera sacarme mi tula del boxer y del pantalón. Me dio vergüenza y me quise ir a mi habitación enseguida. Al momento de llegar a mi pieza le digo de la razón por la que debí salir a mi habitación tan de prisa. Se moría de la risa.

Al otro día teníamos un almuerzo todos juntos, era una celebración, con asado y trago. Bueno, con todos lo pasamos muy bien, compartimos y todo. Llegada la noche nos quedamos ordenando todo y nos dirigimos a nuestros respectivos pabellones, un poco pasados de copas, me fue a dejar afuera de mi pabellón donde estaba mi habitación y me da un abrazo, la verdad me sentí un poco incómodo y quería separarme inmediatamente de ese abrazo y lo empujo como para que me deje de abrazar, pero me dice:

-Tranquilo soy yo. Tranquilo (y me vuelve a abrazar)
-Si sé. Pero suéltame.

Vuelvo a empujarlo y le digo buenas noches.

Espero no les haya aburrido con mi historia. Si quieren la parte dos no duden en comentar.