Mi primera vez con el argentino – Parte II

Poniendo música urbana, de espaldas. Me acerqué, lo abracé por el cuello, le agarré el paquete por atrás –grande, duro ya–. Se volteó: «Uy, boludo, ¿esto es para mí? Quería verte, pero no sabía que ibas a estar así».

Nos besamos como animales, apasionados, lenguas enredadas. Me agarró las nalgas y me decía: «Qué duras las tenés, che. Entrenás para que te lo rompan, ¿no?». Y le dije: «Son tuyas, Mateo. Vení y probá». Le quité la camisa, besé su pecho blanco, bajé al abdomen marcado y le mamé la verga –grande, venosa, unos 20 cm de pura delicia que me llenó la boca. Gemía, agarrándome la cabeza: «Sos una puta, boludo, chupala más». Me alzó y volteó, me puso en cuatro en el sofá y me pasó la lengua por el culo, lamiéndome el hoyo con hambre, metiendo dedos mientras yo jadeaba. «Estás listo», murmuró, y me clavó la verga de una, lenta al principio, abriéndome con esa cabeza gruesa. Sentí cada centímetro estirándome, delicioso dolor que se volvía placer puro. Me cogía fuerte, mis nalgas rebotando contra su pelvis, yo gimiendo como loco: «¡Más, Mateo, rompeme!».

Y le dije: «Quiero recuerdos», le dije entre embestidas. «Grabémonos». Puse el celular en trípode, y seguimos: en la sala, él clavándome de pie contra el mesón de la cocina, sudando, él entrando profundo mientras me besaba el cuello y la verga me llenaba tanto que sentía el vacío cuando salía. Y su semen chorreando por mis piernas, chorros calientes, espesa leche argentina que me inundó por dentro… Se sentía delicioso, volviéndome su perra total, chupándosela mientras él jadeaba: «Sos adictivo, boludo».

Después, en su cama, nos quedamos jadeando, él aún semi-duro dentro de mí. «No quiero que te vayas», murmuró. Yo: «Yo tampoco». A las 5 de la mañana, con el sol saliendo sobre la playa, nos separamos. Me fui de Mar del Plata, Argentina, con el culo adolorido y el corazón acelerado, pero seguimos escribiendo, planeando más.

Si querés saber qué pasó en esos encuentros extras, o cómo volví por más en mi próximo viaje… dejá tu comentario abajo. ¿Te mojaste leyéndome? Contame, y quizás suelte la parte 3🔥