Pendeja temporera
Confieso que cuando tenía 26 años me comí a una pendeja de 18. Todo se dio en el verano del 2019. Ella estaba trabajando de temporera en los arándanos y yo transportaba la fruta al packing. Se veía muy joven, empecé a coquetearle y le di mi número en un papel. Al rato me habló y ahí empezó todo.
Hablamos un par de días y la invité a mi casa (yo vivía solo). Fue y nos dedicamos solo a conversar. Al final me tiré, pero no me dio la mano jajajaja… me dejó caliente. Al otro día fue de nuevo. Llegamos hasta la cama, su buen atraque, pero tampoco me dio la pasada.
Ya la tercera vez aflojó. Ella sola se sacó los pantalones y los calzones. Yo le abrí las piernas y altiro se lo chanté nomás. Estaba depiladita completa, con un chorito apretadito que aún recuerdo. Fue más que nada normal y corto ese momento.
La segunda vez me la llevé a un motel; estuvimos como ocho horas ahí, todo el día dándole. Me llegó a pelar el nepe de tanto darle. Aún recuerdo esos momentos… fue una suerte única, aparte que la pendeja era rica.
1 Comentario
Erwin
octubre 6, 2025 a las 3:16 am¿Está ordinariez escribiste? No pensé que los heteros fueran tan simios.