Perdiendo la virginidad con un maduro

Esta historia ocurre en la décima región, yo tenía 20 años y muchas ganas de explorar mi sexualidad. Un día con el cerebro frito gracias al porno de Twitter me decidí a bajar cierta aplicación que todos sabemos instalar para conseguir sexo, puse una foto llamativa y como nombre puse «NovatoDiscreto». No tardaron en llover mensajes con propuestas de todo tipo, de hombres de todos los rangos de edades y fotos con penes de todos los tamaños y formas, pero la historia continúa cuando me habló un perfil sin foto. Con todos los miembros que imaginé en mi boca y las cosas morbosas que me decían yo ya estaba muy caliente y dispuesto, quien me habló era un cuarentón bastante calentón jaja su pene se veía bastante normal, perfecto para un novato como yo, me dijo que tenía un departamento a unas cuadras de mi casa y que si quería ir, inmediatamente fui a ducharme y lavarme como pude, me vestí y salí a buscar esa verga, cuando llegué a un paradero cercano vi el celular para decirle que estaba cerca y sale a encontrarme, era un poco más bajo que yo, tenía algo de panza pero se veía bastante fornido, subimos 4 pisos en silencio hasta que entramos a su departamento, estaba oscuro, lo único que iluminaba el lugar era la luz de un televisor que estaba reproduciendo música en su pieza. Estaba muy nervioso y un poco arrepentido de lo que estaba a punto de pasar, mi cuerpo temblaba levemente.

-Que quieres hacer? me dice para romper el hielo.
-Mamar le respondí.
-Ahhh!! Tu no quieres perder el tiempo me dijo mientras sobaba su paquete por encima de su buzo.

Yo estaba hipnotizado viendo como crecía ese bulto hasta que dejó de tocarlo, sin pensarlo fui yo a sobarlo, podía sentir como se ponía cada vez más duro. De pronto siento como me agarra fuerte por el culo y empieza a besarme hasta que me dijo que se la chupe. Me arrodillé para bajar su pantalón descubriendo frente a mí cara un pedazo de carne que la verdad me asustó, era bastante más grande de lo que pensé y más gruesa de lo que me pareció en la foto, empecé a chupar ese pico con muchas ganas, la situación me estaba matando de calentura, estaba de rodillas chupando la verga de un completo desconocido, que me doblaba la edad, en la sala de su departamento. Parece que lo estaba haciendo bien a pesar de mi inexperiencia por que lo escuchaba gemir y suspirar cada vez más agitado, en un momento levanto la mirada mientras hago lo que me pidieron y veo su mirada lujuriosa, su mirada me decía que iba a ser suyo pero yo aún no sabía.

Me toma con fuerza de la cabeza y empieza a moverse, me estaba follando la boca de una manera brutal, a ratos me dejaba escapar para respirar y continuaba, solo podía escuchar como gruñia y el ruido que hacía mi garganta cada vez que su glande tocaba fondo, en poco tiempo mi ropa estaba llena de saliva. Cuando se aburrió se quitó el resto de ropa que llevaba y dijo que haga lo mismo, obedecí sin decir nada y lo seguí hasta su pieza, cuando llegué se estaba poniendo un condón y me dice que quiere culiar, era obvio, creo. Sin decir nada me subí a su cama y me puse en 4 patitas con el culito bien parado y siento como me empieza a lubricar, metía un dedo, dos dedos y los sacó, con el segundo dedo sentí algo de dolor pero no dije nada. Era el momento de que entre su pene. Muy de a poco lo empezó a meter pero sin detenerse en ningún momento, cuando logró meterlo entero sentía un dolor inmenso pero inexplicablemente placentero, de a poco empieza a sacarlo con un ritmo un poco más rápido que el movimiento anterior y así sucesivamente hasta que llegó el punto en el que me quejé.

-Me duele le dije entre gritando y gimiendo.
-No querías pico wn, ahora aguanta. Respondió sin compasión.
-Me duele por favor para le dije no se cuantas veces, parece que eso le calentaba aun más.

Opté por tratar de arrancar, era inútil, me tomaba de los tobillos y me arrastraba hacia él y me tomaba de las caderas para empinar mi culo y volvía a meterla completa, cada vez más fuerte, esto pasó unas 4 o 5 veces. Me estaba partiendo y ya me había resignado, iba a volver con el culo roto a mi casa. Me concentré en aguantar la tremenda follada que me estaba dando cuando empiezo a sentir como el placer opacaba la sensación de dolor, estaba empezando a disfrutar que el cuarentón me diera como quiera, ya estaba completamente sometido, sin esfuerzo puso mis piernas en sus hombros y siguió con la escena porno en la que la perrita era yo, de pronto se saca el condón, se acerca a mi cara y sin preguntar me baña en su leche tibia, me encontraba en una situación muy placentera y humillante, se tornó peor cuando prendió la luz y veo su mano llena de sangre, efectivamente, ese día volví a mi casa con el culo roto. Cada vez que vuelvo a ese departamento me convierto en su perra y me trata como tal.

Espero que no se les haya hecho muy largo el relato, traté de resumir la historia sin que se pierdan algunos detalles.

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