Segunda vez en el ciber
La primera vez en un CiberCafé estaba demasiado nervioso, así que para ir una segunda vez decidí ir con un poco más de valor para obtener mejores resultados… y así fue.
Llegué al mismo CiberCafé de la primera vez, pedí mi cabina y traté de ver si habían activos, esta vez quería que me follaran, para mi suerte, respondió uno casi inmediatamente, quien me dijo que llevaba mucho rato masturbándose y que quería acabar, no lo dudé y me dirigí a su cabina.
Al llegar, encuentro a un hombre de unos 35 años (yo tenía 18), alto, delgado, estaba con el pene afuera del pantalón, eran unos 17 centímetros, con un glande muy rosado y delicioso, no lo pensé más y entré directamente a mamárselo, estaba muy rico, me lo metía muy adentro y yo lo estaba disfrutando mucho.
Al rato de mamárselo, me pide que me saque la ropa porque quiere meterlo en mi culo, por supuesto que accedí inmediatamente, me desnudé completamente, él solamente se sacó el pantalón y yo me apoyé de pie sobre el escritorio precario, el cual tenía muchas manchas de semen y quemaduras de cigarro. Sentí que me puso lubricante en el culo y comenzó a meter un dedo, pero nada de eso era necesario, porque yo ya había dilatado mi culo antes de llegar al local, «Parece que alguien te usó antes, qué rico», me dijo, eso me calentó mucho y le dije que me lo metiera hasta el fondo, se puso un condón y comenzó a penetrarme.
No puedo describir lo rico que se sintió estar en un lugar semi público, desnudo, siendo follado, recuerdo una mezcla de excitación y miedo a ser descubierto, pero la calentura era más, comenzó a penetrarme rápido y fuerte, unos leves gemidos comenzaron a salir de mi boca y unos gruñidos de la suya, al cabo de un rato, el escritorio en el que estaba apoyado comienza a soltarse y casi nos caemos, decidí apoyarme en una de las paredes para seguir y ahí entraba completamente su pene, fue delicioso.
Cuando ya estaba por acabar, me pide que me arrodille porque quería darme el semen en la cara, obedecí y recibí un chorro enorme de leche, se rió y me pasó papel para limpiarme, después de acabar, comenzó a vestirse muy rápidamente, como si tuviera que irse rápido. Yo me limpié, me vestí y volví a mi cabina, ya había obtenido lo que quería y estaba listo para irme, la calentura ya había bajado y pensé que nunca volvería… pero ya sabemos que eso no es así y que cada vez empezaría a hacer más cosas en ese CiberCafé.
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