Sucedido con mi Padre – Pt. 3

Seguimos.

Hay que hacer un pequeño fast forward en el timeline, puesto que, después de esas dos ocasiones (el sexo oral y cuando le pregunté si yo también podía hacerle pero me dijo que no), nosotros realmente dejamos de hacer cosas, y nuestra relación volvía a hacer como antes.

Pero quiero aclarar, no es que eso nos haya hecho llevarnos mejor y nos hayamos convertido en los mejores amigos, pero podíamos dejar nuestras diferencias a un lado únicamente durante ese corto tiempo en el que experimentábamos juntos.

Por cosas de la vida, a los meses él termina yéndose de casa. También tenía diferencias con mamá y realmente para mí fue indiferente si estaba o no, ya que, como mencioné en la primera parte: siempre hemos tenido una mala relación él y yo.

Entonces, lo que nos interesa a todos: una vez que mi papá se estableció en su nuevo hogar, muy poco iba de visita porque por lo general siempre estaba fuera de casa, a excepción de un fin de semana que me quedé con él.

Me había ido a su piso si mal no recuerdo desde el mediodía o quizá poco después, él entraba y salía, pero como yo me entretenía con mi móvil o con la pc pues poco me importaba.

Por la noche, me encontraba en su estudio viendo Netflix, era medianoche o pasadas, él llega, parecía que había bebido, traía una hamburguesa consigo, o bueno, era más lo que quedaba de ella, se sentó detrás de mi a comérsela mientras veía lo que yo estaba viendo, me hacía algún comentario a pesar de que le faltaba contexto pero es que me daba igual eso.

Yo iba a la mitad de la serie aproximadamente, cuando se levantó y me dijo que al terminar de ver ahí, fuera a la sala porque me esperaría allí para hablar conmigo.

Ustedes pensarían que fui de una vez, pero no, de hecho sí me terminé de ver la serie y al hacerlo, después de apagar la pc, me fui a la sala donde estaba él sentado, aún sin cambiarse, mirando a la nada con los brazos cruzados, parecía molesto, y se notaba que el alcohol siempre hizo su efecto.

Hablamos poco de lo no sexo relacionado, trabajo, el clima, la casa y así. Hasta que me pregunta, “¿y las pajas como van?”, a lo que le respondo que bien, él solo asintió con la cabeza, “¿nos hacemos una?” pregunté, y me respondió preguntándome si nos la hacíamos ahí, obvio dije que sí, pero su respuesta fue un “no sé”.

“A mi me gustó como lo hiciste la última vez” dije después de un par de minutos en silencio, refiriéndome a cuando me la chupó, pero él parecía perdido, preguntó qué lo hizo la última vez y le respondí, “con la boca”.

“No, así no. Hoy no” me dijo, naturalmente le pregunté por qué, pero solo me dijo que no, entonces le dije “¿entonces cuando? yo mañana me voy y aparte nadie nos va a ver”, porque pues, estábamos solo como para que esa fuera una excusa.

“Está bien”. Acto seguido, se levanta frente a mi para después agacharse, me toma des cintura para que yo me arrime más hacia la orilla de donde estoy sentado y me ayuda a bajarme el short que traía puesto.

Yo ya estaba duro, y me dio algo de pena eso, pero él la tomó y la observó por un par de segundos, como se replanteara todo lo que estaba a punto de hacer, pero igualmente se la metió a la boca.

Ahí estaba yo, con el short y mis boxers en los pies, de piernas abiertas, la polla al 100 y mi padre metido entre ellas comiéndomela, deseaba que fuera al revés pero igual lo gozaba.

Verlo de nuevo como con su boca se la tragaba prácticamente completa sin ahogarse, el como con su lengua dibujaba círculos en mi cabeza, me la agarraba con su mano y me masturbaba unos pocos segundos para así recuperar algo de aliento, me ponía cada vez más duro.

Esta vez no se acercó an mis bolas, pero fue lo de menos. Tampoco le puse la mano en la cabeza para guiarlo o para hacer que me la comiera toda, habría querido pero seguía sin saber si yo tenía permiso para hacerlo.

Después de un rato, se la saca y con su mano agarrándomelo, me dice, “tienes muy buen pene, es como el mío”, a lo que honestamente no sabía bien qué responder puesto que siento esto cortó mucho el ambiente, entonces respondí que lo suponía.

“A las mujeres le vas a encantar”, dijo después, ahí muchísimo menos sabía que responder, así que respondí lo mismo.

“¿O es que a ti te gustan los hombres?” preguntó. “No sé”, claramente le mentí, era obvio que me gustaban, se me notaba que era gay, al menos es lo que yo pienso, y no por nada le pedí que me dejara mamárselo meses atrás.

“Puedes decírmelo si es así, está bien, yo te voy a querer igual”, yo solo le respondí que estaba bien y él me respondió diciendo que iba a seguirle antes de que se hiciera más tarde y se la volvió a meter a la boca, pero sentía que ahora él estaba menos excitado después de esa corta conversación que para mi, aparte de dañar el ambiente, incomodó.

La mamada continuó, el ritmo había bajado un poco pero igual era rica, a veces me perdía en el pensamiento de la conversación pero siempre volvía al presente con él y su cara de macho metido entre mis piernas.

Le avisé cuando estaba cerca y empezó a masturbarme rápido hasta que al cabo de unos segundos acabé y me ordenó que yo me encargara de limpiarme.

“Papá, ¿puedo hacerte una yo” le pedí, aún sentado, con el short en los pies y mi pene empezando a ponerse flácido.

Pensé que después de esta segunda vez y él un poco influenciado por el alcohol, me diría que sí, pero no fue así.

“No papá. Eso no. No está bien, que yo te la haga a ti es una cosa, pero tú a mi no” Me dijo.

“Pero yo quiero, déjame devolverte el favor” literal le estaba suplicando que por favor me dejara chuparle la polla, pero nuevamente se negó y yo no quise insistir más.

Y así estaría terminando la tercera parte. Espero les haya gustado.
He de mencionar, tuvimos un par, o quizás unos tres encuentros más, podría contarles, si ustedes así lo quieren y así descubren si siempre logré llegar a mamarsela.

No os olvidéis de votar y comentar, así sabré si en verdad quieren, ya que genuinamente sí leo sus comentarios en el blog.