Una familia incestuosa – Parte I: Amor de hermanos
Hola de nuevo lectores morbosos igual que yo. De verdad, muchas gracias por el apoyo a mis relatos, repito que son 100% reales, y son algo largos para explicar con claridad todo lo que pasó en cada experiencia. Sorry lo tarde de este relato, pero la pega no me ha dejado tiempo.
Dejo aquí mis relatos anteriores para que puedan seguir la historia que, repito, es 100% real
Bueno, este relato toma lugar 1 año después de haber culiado con mi tío por primera vez. Aunque repetimos muchas veces, llegó un momento en que él ya no quiso seguir porque estaba enamorado de alguien y, de hecho, se iban a casar. Por lo que nuestra relación siguió siendo cercana, pero ya sin sexo entre ambos hasta el momento que él se fue de la casa para vivir con su, ahora, esposa.
Por otra parte, la relación con mi hermano, aunque nunca fue mala, tampoco es que fuéramos los mejores amigos. Sin embargo, nuestra distancia se había hecho un poco más grande en este último tiempo. No sabía por qué, pero en los últimos meses en que mi tío vivió en mi casa, Alejandro (mi hermano) se había convertido en alguien más solitario y esquivo con todo tema. Estaba 100% dedicado a su trabajo, soltero y un tanto apartado del mundo. El siempre ha tenido 2 amigos más que son sus partners desde niños (Camilo y Luis o Cami y Lucho como todos los conocían). Sin embargo, las visitas entre los 3 dejaron se ocurrir, y mi hermano pasaba horas en la casa, trabajando y mirando tele cuando podía.
Por mi parte, en ese entonces estaba enfocado en vivir la vida (culiar jajaja). Tenía un «pololo», pero el weón era bien tóxico así que mejor lo dejamos. Obviamente, no faltaban sus polvos con otros locos entre gays y heteros curiosos que ayudaban a pasar la calentura. Cuando mi tío Carlos se casó y se fue de la casa, yo intenté acercarme más a mi hermano porque notaba que le pasaba algo. En algún momento pensé que era por la ida de mi tío, pero después supe que no se relacionaba con eso. De todos modos, me acerqué más a él y este lo aceptó. Empezamos a hacer cosas juntos como ir al gimnasio, jugar videojuegos, mirar series o películas y hasta conversar de la vida. Todo esto, obviamente, cuando se podía, ya que él siempre estaba pegado con su trabajo y yo en lo mío. Generalmente, nos veíamos en las tardes cuándo ambos llegábamos a casa. Compartíamos con mis padres y mi hermana (quienes también llegaban tarde a casa), y luego en la intimidad de nuestra habitación, hacíamos cosas de hermanos.
Como ya mi tío no vivía con nosotros, yo me quedé con la cama que ocupaba él, y la litera en la que dormíamos con mi hermano desapareció para dar espacio a una cama de 1 1/2 plaza para él. Seguíamos compartiendo pieza, pero cada cual en cama separadas. Muchas noches nos quedamos conversando hasta tarde de la vida, cosa que nunca habíamos hecho antes, quizás porque no estábamos solos en la pieza, o simplemente porque no existía la confianza. En una de esas tantas conversaciones le pregunté la razón de su distanciamiento del mundo, a lo que él, secamente, respondió:
Alejandro: (suspirando) estoy decepcionado de la gente y de la vida…pero algún día te contaré, sólo te pido que no me preguntes más.
Yo: Está bien, Ale, tranquilo. Recuerda que puedes confiar en mí. Soy tu hermano y te puedo apoyar, vale?
Alejandro: Lo sé, enano (me seguía diciendo así, aunque ya éramos del mismo porte xd).
Luego de eso, me quedé profundamente dormido, pero desperté súbitamente a mitad de la noche por un sueño. No sabía muy bien qué hora era, pero afuera sólo se veía la luz de la calle, la que iluminaba un poco nuestra habitación, en especial, la cama de mi hermano que daba a la ventana. Gracias a eso logré ver que Ale estaba totalmente destapado acostado boca abajo. Fue inevitable que mi mirada se fuera directamente a sus grandes nalgas, recordando lo bien que se veían y movían cuando pude presenciar su encuentro sexual con nuestro tío. No voy a mentir, en ese momento, una corriente de calentura recorrió mi cuerpo provocándome una erección inmediata que no sabía realmente cómo querer bajarla.
Por mi mente sólo pasaban pensamientos morbosos junto a mi hermano e imágenes como flashbacks de aquella sesión de sexo entre nuestro tío y él, que había presenciando hace más un año en la confidencialidad de la noche. La razón me obligaba a detener cualquier movimiento que deseaba hacer, principalmente, porque Alejandro y yo nos habíamos acercado tanto últimamente que no quería estropear nuestra relación…pero, ya saben, a veces uno le hace más caso a la cabeza de abajo jajaja. La verdad, no aguantaba más, mi pico estaba a punto de reventar dentro de mis bóxers, así que me dispuse a hacerme una paja silenciosa admirando el culito perfecto de mi hermano que se le veía tan sexy con unos bóxers blancos TOP, y que gracias a la luz tenue de la calle, podía apreciar desde un punto privilegiado.
Tratando de no hacer mucho ruido (para no despertar a Alejandro) saqué mis bóxers, mojé mi pico con un poco de mi saliva y comencé a pajearme lentamente. Era una paja tranquila, con suspiros ahogados, mis ojos clavados en ese par de nalgas de la cama del lado y mi imaginación volada, principalmente con una escena: mi cara incrustada en ese culo, comiéndomelo como loco. Los minutos pasaban, y sentía que iba a explotar, pero quería disfrutar más de aquel momento. Sabía que podría volver a ver aquella imagen otro día, porque seguiría compartiendo habitación con mi hermano, pero no sabía si ese día tenía un nivel de calentura especial o simplemente había desbloqueado algo que venía desde hace tiempo dentro mío: el deseo sexual hacia mi hermano mayor. Después de un rato de dejar volar mi imaginación, y al sentir los leves ronquidos de Alejandro, se me ocurrió una idea loca y arriesgada que era solo consecuencia de mi calentura. Lentamente, me levanté de mi cama, me arrodillé en el suelo y avancé casi gateando hasta la cama de mi hermano. La distancia no era mucha, pero entre los nervios y la exitación, me parecieron kilómetros. Cuando alcancé la cama de Alejandro, el corazón me latía a mil por hora, como si se me fuese a salir del pecho, sabía que lo que quería hacer estaba mal, pero concordarán que cuando el calor interno se apodera de uno, no piensa racionalmente. Con la respiración agitada, estiré mi mano izquierda, la cual temblaba muchísimo, para comenzar a tocar esas nalgas, mientras con la derecha sostenía mi erección a punto de estallar. Cuando mi mano alcanzó el culo de mi hermano, la dejé ahí por un momento y me quedé en silencio para escuchar si seguía durmiendo. Afortunadamente, Alejandro tenía el sueño pesado y mi mano no lo había despertado. Con la calentura a más no poder, comencé a acariciar ese culo suavemente. Cada caricia acrecentaba mi calentura, tanto que debí dejar de tocarme o acabaría en cualquier momento, y yo quería seguir disfrutando. Continué tocando el culo de mi hermano por unos minutos más, hasta que quise ir un poco más allá. Afirmé ambas manos en el suelo, y acerqué mi cara para oler esas nalgas exquisitas. El olor que percibía me prendió aún más (todos quienes han comido culo saben a qué olor me refiero jeje) sin darme cuenta, de un momento a otro, tenía mi nariz y boca, prácticamente, incrustadas en medio de la raja de mi hermano. Ya a esas alturas del juego ni siquiera me preocupa si Ale se despertaba o no, sólo me dedicaba a disfrutar. De pronto, volví a mi 5 sentidos y me detuve para serciorarme de que mi hermano seguía dormido, afortunadamente, sus leves ronquidos me lo confirmaban. Fue ahí cuando decidí ir más allá e despegando mis manos del suelo, suavemente, tomé el elástico del bóxer de mi hermano y comencé a bajarlo con lentitud hasta que todo su culo peludo (como me gustan) quedó descubierto; lo dejé ahí por un momento para poder tomar recuperar la respiración. La luz que entraba por la ventana me permitía ver claramente toda esa delicia; mi cuerpo temblaba de exitación y mi pico estaba goteando por lo mismo. Tenía un sólo objetivo esa noche, y nada me iba a detener: comerme el culo de mi hermano.
Sin esperar más tiempo, dirigí mi cara a Alejandro posando mis brazos en su cama y acercando mi cara a su culo, ahora ya desnudo. Con cautela, rocé mi nariz con su raja peluda, con la respiración entrecortada, prácticamente, inhalando ese rico aroma y procurando de que mis movimientos no causaran su despertar. Mientras seguía escuchando los leves ronquidos de mi hermano, me atreví a sacar mi lengua y posar la punta de esta en parte de su glúteo derecho. Me mantuve unos segundos ahí, y luego comencé a introducir la lengua, abriéndome paso entre esos dos «cachetes» enormes. No podía creer lo que estaba pasando, porque una cosa era haber tenido sexo con mi tío en reiteradas ocasiones, pero otra muy distinta era estar, prácticamente, aprovechándome de mi hermano dormido. Sin embargo, ya era muy tarde y mi calentura muy grande como para dar un paso atrás. Continué entrando con mi lengua en ese culo, buscando llegar hasta su hoyo (camino que parecía infinito) y con el corazón y exitación a mil. De pronto, sentí que llegué a mi objetivo con más de la mitad de mi lengua entre sus nalgas, y poco a poco comencé a moverla dentro. Les juro que eso se sentía como el paraíso, ya que una de las cosas que más amo es comer culo, pero la situación me prendía mil veces más. Mi hermano seguía durmiendo, y mi calentura creciendo, así que me animé a mover mi mano izquierda, sacar mi lengua de ahí, tomar su glúteo izquierdo y abrir ese pedazo de raja. No podía ver mucho, pero volví a incrustar mi lengua en el culo de Alejandro y mi sentido del tacto me dijo que estaba bien encaminado. Al tocar su hoyo por segunda vez (esta vez sin tanto esfuerzo), algo se apoderó de mí, y comencé a comer la lengua sin miedo a lo que podría causar. Se me olvidó que con eso mi hermano podría despertar, yo sólo estaba disfrutando de aquella delicia que iba a recordar más tarde para, según yo, hacerme una paja. De un momento a otro, mi comedura de culo pasó de mover la lengua a tener toda mi cara hundida entremedio de sus nalgas, haciéndole un beso negro a mi propio hermano con toda intensidad. Ahora que lo analizo, creo que fue demasiado peligroso hacer eso, pero como todos sabemos, la calentura nos lleva a hacer cada cosas.
No sé cuánto tiempo estuve lamiendo y besando el hoyo de Alejandro, pero de repente todo dio un vuelco a la situación… un vuelco más que positivo. De pronto, sin siquiera darme cuanta, y con el corazón casi deteniéndose, siento una mano en mi nuca presionándome fuerte acompañada de un gemido. Ambas cosas, obviamente, me daban a entender que mi hermano se había despertado, aunque ese gemido me devolvió la valentía y continué en lo que estaba. Evidentemente, Ale estaba despierto, pero disfrutando del placer que la boca y legua de su hermano menor le estaban dando. Su demostración de gusto me alentó a olvidar todo y poner toda mi expertise para darle un buen beso negro al culazo de mi hermano. Ya sin represión, con ambas manos tomé cada glúteo y los separé con fuerza para llegar lo más adentro posible, y ser capaz de meter mi lengua dentro de su hoyo. Al hacer esto, Alejandro gimió aun más de places, teniendo que tapar su boca con la almohada para que no se escuchara. Yo estaba en el cielo, su culo era exquisito y lo tenía tan humectado y dilatado que casi la mitad de mi lengua podía entrar en ese agujero.
No tengo idea cuanto tiempo estuve en eso, lo único que tenía claro era que no quería parar, pero en un momento sentí la lengua algo cansada y necesitaba secarme la cara que estaba inundada con mi propia saliva. Así que me despegué del culo de mi hermano, pero no tuve tiempo de nada, ya que en el mismo momento en que me alejé de donde estaba, sin pronunciar palabra alguna, Ale me toma la cabeza con ambas manos y me acerca a él para darme un beso más que fogoso. No voy a mentir, todo era muy extraño, pero a la vez demasiado caliente, él demostraba que estaba ardiendo igual que yo, me tomaba la cara con pasión y metía su lengua hasta mi garganta (sin duda era el mejor beso que me habían dado en la vida).
Poco a poco, y sin dejar de besarnos como dos amantes fogosos con los ojos cerrados y sintiendo nuestros cuerpos, fui sacándole todo el bóxer a mi hermano (que entre movimientos había quedado a mitad de sus piernas), y lanzándolo a cualquier parte dentro de esa habitación de lujuria. Luego, comencé a sacarme la ropa interior yo, la que estaba toda mojada por delante con la exitación que tenía. Cuando logré despojarme de mis bóxers, algo estremeció mi cuerpo de pies cabeza, mi hermano, en un movimiento que no vi venir, tomó mi pene (que goteaba de calentura y palpitana con si hubiese tenido vida propia) con una de sus manos haciéndome gemir de forma ahogada (con la otra seguía sosteniendo mi cabeza en el beso) empezando a hacerme la paja más morbosa que había tenido hasta ese momento, y sin perder tiempo, con mi mano derecha tomé su también húmedo pene para hacer lo mismo. Estaba todo tan exquisito que no quería acabar todavía, pero si mi hermano seguía pajeandome así, no iba a durar mucho más. Así que rompí el silencio de la escena, diciendo:
Yo: (susurrando con voz excitada tomando la mano de mi hermano que pajeaba mi pene y separándome de sus labios) espera wn, no quiero acabar todavía.
Alejandro: (susurrando igual de excitado que yo y sin soltar mi pene) yo tampoco quiero acabar todavía… Párate.
Sin pensarlo mucho me puse de pie, y rápidamente mi hermano se mueve al borde de la cama, con su mano izquierda toma mi pene y se lo mete entero dentro de la boca comenzando con una sesión de sexo oral exquisito, mientras con su mano derecha se corría una paja a él mismi. Yo no lo podía creer, tenía a mi hermano mayor chupándomelo mejor de lo que cualquier otro weón me lo había hecho hasta ese momento. Se notaba mucho su expertise en ello, porque se la comía completa de una sin hacer arcadas y se mantenía ahí, luego la sacaba y con su mano recorria mi pico junto con su boca(no es que yo haya sido tan dotado, pero todos sabemos reconocer una buena mamada), les juro que estaba en el cielo. Por mi calentura, mis días sin sexo y lo bien que Ale lo mamaba no pude aguantar más. Estaba a punto de explotar, así que avisé a mi hermano que iba a acabar.
Yo: (intentando sacar mi pene de su boca, y en voz baja) wn voy a acabar.
Alejandro: (tomando mi pene con fuerza y sacándolo de su boca) dale acaba adentro.
Yo: (sorprendido, susurrando y sonriendo) en serio, weón?
Alejandro: sí dale nomas (volviendo a meterse mi pene hasta lo más profundo de su boca).
Mi hermano aceleró el ritmo de su mamada, haciendo un poco más de ruido de lo normal, y sin poder contenerme más vacié una gran cantidad de leche dentro su boca. Cantidad que no logré ver, porque así como iba saliendo de mi pene, Ale se la iba tragando. Hasta ese momento, jamás había alguien se había tragado mi semen, ni había tenido un orgasmo tan rico. Mi pene se mantuvo duro por unos instantes dentro de la boca de mi hermano, algo que el mismo aprovecho para poder acabar. Su respiración se aceleró, y con gemidos ahogados por mi propio pene me dio a entender que también había eyaculado.
Luego de aquello, nos volvimos a dar un beso en el que podía sentir el sabor de mi propio semen en la boca de Ale. Nos separamos, reímos como dos niños traviesos y me dice:
Ale: (riéndose despacio y poniéndose de pie) ya, anda a tu cama y tratemos de dormir un poco que hay que levantarse temprano.
Yo: (mirándolo en la oscuridad, aún sin creer lo que había pasado) sí wn…descansa jeje.
Me dirigí a mi cama, me acosté y Ale hizo lo mismo. Ahí, ya descansando, tenía una sonrisa gigante con la que me quedé dormido. Sabía que eso era sólo el comienzo de muchas otras cosas.
5 Comentarios
Anónimo
septiembre 23, 2025 a las 10:21 pmy la siguiente parte
Anónimo
septiembre 24, 2025 a las 11:22 amBuen Relato, pero tan laaaargo neña, podrías escribir teleseries, eso si hay que mejorar la redacción y ortografía pero son detalles ajajaja buen relato, dale con la siguiente parte
Anónimo
septiembre 26, 2025 a las 9:32 pmCual es el priblema que sea largo? Por lo demás la redacción y la ortografía están decentes. Tan quejumbrosa ñeña si es relato erótico no más, no un libro de Isabel Allende
Anónimo
septiembre 24, 2025 a las 11:18 pmCuenta más
Anónimo
septiembre 30, 2025 a las 2:59 pmExcelente relato 🤤🤤🤤, no hay nada mejor que la familia