Viaje al sur – Parte II

A la mañana siguiente al despertar, ya no estaba el Alan conmigo, a lo lejos escuchaba la ducha, era tempranito igual, tipo 8 AM. Me levanté pa preparar el desayuno y cachar quién estaba en la ducha, me asomé a la puerta y el seba estaba raja, hasta roncando, junté un poco su puerta y en eso escucho al Alan que corta la ducha y dice “alguien me puede pasar toalla, olvidé traer”. Altoque comencé a calentarme, imaginándomelo ahí en la ducha. Fui a buscar una toalla y golpee antes de abrir la puerta del baño, “Pase” dijo. Abrí la puerta de a poco y me asomé para pasarle la toalla (era una ducha con vidrio que estaba empañado, así que solo se veía su silueta).

-Yo: Te la dejo aquí encima

Alan se asoma por la esquina, mostrando solo su cara, cuando lo vi con su carita mojada, me dio tanta ternura, que quedé sonriendo como un tonto – Ah Mati eres tú – Sonrió.

-Yo: Buenos días!, puedo hacer algo más por ti? (Uno siempre servicial 😏)

Alan me miró coquetamente y guiñó el ojo – Por el momento no

-Yo: ah bueno, voy a sacar mi cepillo para lavarme los dientes en la cocina por mientras.
-A: pero lávatelos aquí yo me seco mientras, no hay drama

Al escuchar eso sentí como mi pico dio un respingo. Comencé a lavarme los dientes mientras veía por el espejo la silueta de Alan, ese wn estaba tan rico y culón, no sé si lo hizo a propósito o qué, pero cuando salió de la ducha, comenzó a secarse las piernas apoyando una sobre el contorno de la ducha, dejando al descubierto su espalda y culo, me quedé hipnotizado viendo por el espejo 🤤, después se le cayó la toalla y se agachó a recogerla dándome una visión completa de su culo, sentí como mi pico tiraba precum, sus cachetes estaban con gotas y un poco rosados por el calor del agua me imagino, me di cuenta que ya llevaba un rato agachado, ahí fue cuando me fijé que entre sus piernas me estaba mirando y me guiñó un ojo, no aguanté más, me agaché, le abrí los cachetes y apareció lo que tantas pajas había provocado, tantos videos, ya lo conocía pero verlo en persona y tan cerca me dejó demasiado caliente, su hoyito era rosado, apretadito y sin ningún pelo, era totalmente lampiño, además cuando le abrí los cachetes gimió y movió el hoyo pidiendo atención. Primero le pasé la lengua suavemente para que sintiera el frío de la menta de la pasta de dientes, se estremeció y se puso contra la pared, dándome vía libre a comerle el culo (mi mayor fetiche), le abrí los cachetes y comencé a meterle la lengua, tenía un sabor tan rico, su olor, sus gemidos suaves, le succionaba, empujaba mi lengua más adentro, apretaba sus cachetes, lamía desde sus cocos hasta arriba. Todo esto mientras él se tapaba la boca para no gemir tan fuerte.

Luego de unos minutos comiéndole el culo y metiéndole dedos, ya le cabían 3, hizo que me levantara y comenzamos a besarnos, lo agarré del pelo y muy sumisamente lo llevé frente al espejo del lavamanos, comencé a darle besos por la espalda mientras lo miraba por el espejo y seguí bajando hasta llegar a su culo, el espejo me permitía ver su cara de caliente mientras le abría el hoyo y le metía la lengua, tomé sus manos para que se abriera los cachetes y comencé a desnudarme, cuando me saqué el bóxer, tenía una gran mancha de precum, y mi pene saltó con un hilo salpicando sus piernas, me puse de pie y comencé a rozarle el pico en su culo, mientras le agarraba la cabeza, manteniendo mi mirada, su cara era de un putito sumiso.

-Yo: esto es lo qué querías?
-Alan suspirando- Sii… quiero que me lo metas y me hagas tuyo.

Que me dijeron a mi.

Me encantaría decir que fui responsable y tenía condones a mano, pero pa q mentir, solo diré, de que estuvo weno, estuvo weno. Le abrí los cachetes, me tiré un escupo en el pene, y comencé a penetrarlo lentamente, entró fácil ya que estaba bien dilatado y mojado, me agarraba las piernas mientras lo iba metiendo, su cara estaba enrojecida, con la boca abierta y los ojos fijos mirándome, cuando se la metí hasta el fondo, soltó un pequeño gemido. Estaba calientito por dentro y apretadito, me imaginé tantas veces esta wea, pero nunca pensé que me lo iba a culiar.

Le agarré las manos y se las puse detrás de la espalda, dejándolo inmovilizado, me miró mordiéndose el labio y me calentó aún más – hazme tuyo – susurró. Comencé a moverme dentro de él, chocando nuestros cuerpos, de repente se escuchaba el golpe de nuestras pieles así que empezaba a hacerlo más lento, no queríamos que escuchara el Seba (bueno, él no quería), se la sacaba completa y se la metía de golpe, él gemía bajo, después de un rato le solté las manos y las puso en el lavamanos, ahí comencé a darle mas fuerte sin importar que se escuchara, él se dejó llevar. – Eso, dame dame – me gemía al oído. Me calentaba más y le tiraba el pelo mientras me lo culiaba duro y profundo. En un rato se me ocurrió una idea, me calienta mucho la sensación de que me descubran. Vamos al Living – le susurré. Él con la calentura, no pensó solo acató.

Salí yo primero viendo si la puerta del seba estaba cerrada, seguía igual que antes y se escuchaban sus ronquidos. Lo agarré del brazo y lo llevé al sillón, desde ahí se veía el río, la cabaña estaba a la ladera, lo puse de patitas al hombro y comencé a culiarmelo duro nuevamente, lo ahorcaba y le escupía mientras se lo metía. Él se mordía el labio y ponía los ojos en blanco. Verle la cara de caliente hizo que me calentara de sobremanera y sentía que estaba pronto a correrme.

-Quieres mi leche? – susurré en su oído
-Dámela toda – dijo suspirando

Comencé a darle más rápido, pero de repente escuchamos la cama del seba crujir, nos detuvimos al instante y nos separamos. Él se fue al baño y yo a la pieza. Justo cuando cierra la puerta del baño y yo entro a la pieza, Seba abre su puerta. Me pongo un bóxer rápido y salgo al pasillo a saludar.

-Buena Seba te preparo desayuno ? – le digo alegre intentando disimular la erección con la polera larga.

Me mira somnoliento rascándose la cabeza, comienza a sonar el agua cayendo de la ducha. – El Alan se está bañando? – y me queda mirando el bulto – caliente qlo – se ríe. Siento que mis mejillas de ponen rojas pero me río con él. – Uno tampoco es de piedra, además dormir al lado del Alan, cualquiera despertaría así yo creo-. Él puso su ojos en blanco, mira la hora en su reloj y dice – csm tan temprano es, seguiré durmiendo – Da media vuelta y cierra la puerta.

Ahí me quedé con el pico duro, por culpa de este qlo…

En el siguiente les cuento cuando me chupo el pico en un bus interurbano.

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