Con un Flaite Pichulón

Todo partió hace unos años, cuando fui al estadio a ver un partido del popular. Iba con unos amigos a ver al cacique ganar en casa para un clásico con las madres. Todo iba bien, buen lugar, buen partido, había bebido harta shela y necesité ir al baño. Yo soy una persona educada, tengo mi profesión y tengo un trabajo soñado. Gano lucas y soy tan maraco como un mojito frambuesa.

En el entretiempo voy al baño con un amigo y estábamos meando cuando entran unos flaites con aspecto muy canero hablando en su propio dialecto, el cual es inentendible para mí. Uno de ellos, llamado el “negro” cuando entra al baño, con una mano en el paquete y vociferando cuanta palabra puede en el peculiar dialecto que emite se coloca al lado mío y comienza a mear. Yo estaba medio asustado así que ni miré y traté de apurarme para salir. En eso el socio me mira y me dice:

-Tiene los medios techecas hermano, parece culo de mina.

Yo le sonrío y trato de salir. Mi amigo me hace un comentario sobre el flaite y le cuento lo que me dijo. Me responde:

-Alguna vez te has comido a un flaite?
-No, le respondo.
-Es la wea más rica wn. Te dan como cajón que no cierra, tienen la media tula y te dicen palabras que calientan mucho al oírlas. La mayoría no las entiendes pero te tratan como a una reina. Me dijo.
-Y tú? Has tenido algo con un flaite?? Le pregunto curioso y medio riendo.
-Varias veces po hermane, varias!!!! Te lo recomiendo!!!

Yo seguí caminando a ver el segundo tiempo en nuestro lugar, lejos de la barra brava y de donde queda la zorra habitualmente. Se retoma el partido y de pronto una voz desconocida me habla:

-Oe hermano, voh estabas en el baño meando?

Era el flaite.

-Hola. Si, parece que nos vimos ahí, le respondo indiferente.
-Hermano, tení el medio culo. Te lo comí atravesao? Me preguntó.

Evidentemente, no le respondí y traté de continuar viendo el partido, pero el loco insistía con preguntas sobre mi condición sexual. No me faltó mucho el respeto pero era desagradable. Así estuvimos todo el segundo tiempo. Al salir, se acerca de nuevo y me dice:

-Anda solito mi rey?

Csm… Me dijo mi rey y algo me pasó en la piel. Sentí que se me erizó todo el pelo y me acordé de mi amigo que me dijo que trataban bien. Empiezo a mirar a mi amigo, pero no lo vi. Asumí que iba más adelante.

-Debe ir más adelante, ando con un amigo.
-Si quiere lo acompaño mi rey para que no se me pierda. Acá anda harto weon malo. Permítame cuidarlo mi rey.

No dije nada, pero accedí a su petición. Salí con él y en un apretón de gente, este amigo se puso detrás mío abrazándome y aprovechó de pegarme unas buenas punteadas, debo reconocer. Al salir de ese tumulto, se acerca de frente y me dice:

• Mi rey, me enamoré de usted. Lo puedo acompañar a su auto?
  -Jajajaja… Como enamorado amigo? No nos sabemos ni el nombre!!! Ando en metro. Así que caminaré hasta el metro no más. A mi amigo no lo veo. Se saca el jockey y me extiende la mano: soy Johan, un placer. Después de todos los momentos previos y su protección, no dudé en responderle:

-Me llamo Vicente. Un gusto también.
-Mi rey, tiene insta pa seguirlo y así tener contacto con usted?

Saca el teléfono y me lo pasa. Anoto mi insta y le doy enviar solicitud. En eso me suena la notificación y me despido.

-Ya Johan, me voy. Ahí está mi amigo. Te escribo. Le digo.

Me reencuentro con mi amigo y me dice:

-Weonaaa… te estabas engrupiendo al flaitecito? Se ve de barrio, me dice.
-Me pidió el insta. Y me pegó una punteada en un momento… ufff… tiene la media wea.
-Si caché weonaa… Acéptalo po pa que le veamos el ig.
-No, me tiene que aceptar él, mira. Y le muestro el teléfono y ya me había aceptado. Ahora nos seguíamos.
-A ver!! Veamos sus fotos!!

La verdad es que era un ig de un verdadero delincuente, tenía fotos con sus amigos, mostrando el cuerpo, incluso armas. Tenía unos reels bebiendo alcohol en plazas y unos carretes. Tenía hasta fotos de un mural de al parecer un amigo que murió. Noooo, pensé. Ni cagando!!!

-Weonaaaa… Es el medio mino. Ay, si no es pa casarte. Si te pegai un polvo con él, vas a ver el cielo. Te lo aseguro.

Seguimos el viaje, combiné en dirección a mi casa y me despedí de mi amigo. Al llegar a casa, saludo a mis gatos (vivo solo) y reviso mi celular. El Johan le había dado me gusta a todas mis fotos y aparece una notificación de chat. La abro y era él. Decía:

“Mi rey, tiene el medio corte en las fotos, están de pana, me gustaría que habláramos y si es posible salir alguna vez. Yo sé que usted es filete de primera pero un tocomple en un carro no le hace mal a nadie. Tengo una nave toa tunia y puedo pasar por usted. Que me dice?”

Ya, me dije. He andado con tanto weon sin ningún brillo, voy no más (siguiendo los consejos de mi amigo). Total, que podrían pasar?

-Ya po. Juntémonos!!
-Mándeme ubicación y voy por usted mi rey. No se va arrepentirse. Me escribió.

Le envié ubicación y llegó en 50 minutos.

De la puerta siento: “alooooooo”. Salgo y era él.

-Hola, llegaste rápido.
-Es que no puedo dejar esperando a un principeso como usted pos mi rey. Usted está para servírselo con servilleta de género. Me dijo. Su piropo me dio tanta risa que le abrí la reja y entró. Se sentó y le ofrecí una cerveza. Aceptó y empezamos a conversar. Me contó que estaba en un 2X1 estudiando y este era su último año. Que quería estudiar técnico en enfermería y que trabajaba de guardia en un supermercado los fines de semana. Vivía con sus padres y a pesar de lo que se ve de el, él no es tan así. No se droga, pues esa es la perdición de todo, un camino sin retorno me dijo. Me pareció interesante la conversación y la verdad, sentí simpatía por el Johan. Me preguntó por mí y medianamente le conté cosas de mi vida. Me preguntó si tenía pareja, le dije que no, e inmediatamente comenzó a tocarse el bulto, el cual no pude dejar de mirar. Se veía grande, largo, andaba vestido con un short deportivo bien suelto y ancho a mitad de raja. Unas zapatillas blancas bien limpias y olía a buen perfume.

Mientras hablábamos se tocaba el paquete a cada rato. En un momento me dice: puedo ir al baño? La shela siempre me da ganas de echar la corta. Toy que me meo mi rey. Le señaló el baño. Entra y deja la puerta abierta, pude ver como orinaba y antes de salir del baño, se pega la sacudida mirándome. Ahí pude ver ese bulto y era gigante. No estaba parado pero el cabro estaba bien dotado. Se sentó de nuevo y seguía sobándose el paquete. Me cacha mirando y me dice:

-Te caché mirándome en el baño. Quieres ver más de cerca mi rey?

Yo no respondo, pero no hizo falta. Se acomoda y se saca el paquete por encima del short y comienza a masturbarse frente a mí.

-Acérquese si quiere, es todo suyo.

Yo me acerqué y empecé a tocarle él pene. Debe haber medido más de 20 cms al ojo y era grueso. Estaba bien cuidado, tenia pelos recortados, lo cual hablaba bien de él y su higiene. Lentamente comienzo a pajearlo, a dos manos, él se echó hacia atrás, apoyando la cabeza en el sillón y me dejó hacerlo por un rato. Luego se acerca y me acomoda para quedar de rodillas frente a su pene. Y desliza una mano por mi pantalón. Estaba apretado así que me lo desabroché para que pudiera entrar a mi culito.

• Oh!! Tení la media raja. Y me empieza a meter los dedos por la raja, tocándome el hoyo.

Yo comienzo a llevarme su pene a mi boca, dispuesto a atorarme con ese pedazo de pico. Empiezo lentamente, rodeando, hasta que me lo pongo en la boca y comienzo a moverme. Con la otra mano me toma de la cabeza y empieza a follarme la boca.

-Oh, mi rey, usted si que sabe chupar. Lo hace mejor que cualquier mina.

Yo me sentía orgulloso de mis habilidades y traté de no decepcionarlo, cada vez que hacía un movimiento en su pico, el gemía y me hundía más la cabeza con su mano. Levantaba la pelvis y empujaba en mi boca. Yo sacaba la cabeza solo para tomar aire. Tenía un pico exquisito este flaitecito. Era rosado y tenía una cabeza puntuda.
Mientras me masajeaba el culo introduciendo dos dedos en mi interior. Sin moverse de la misma posición. El Johan sabía lo que hacía. De pronto se para y se saca la polera y deja ver su pecho hermoso, pectorales duros, una guata marcada, tenía el sixpack marcado, con una cadena cristiana colgando de su cuello.

Me toma de una mano y me levanta y rápidamente comienza a sacarme la ropa. Yo no estoy mal, voy al gym todos los días, me cuido con las comidas, no estoy marcado, pero tengo un cuerpo tonificado, ideal para mis 26 años. Quedamos desnudos, de frente, y nuestros oídos comienzan a encontrarse, haciendo un choque de espadas. Los tomo y comienzo a pajearnos mutuamente, mientras el Johan recorría mi cuerpo con sus manos y lengua, besándome por todos lados. Su piel tenía un intenso olor a limpio y perfume. Lo cual hacía que fuera más excitante aún.

Luego de besarnos mutuamente y de corrernos una paja de frente, me da vuelta y me agacha, poniendo mi culo a su vista, comienza a besarme los cachetes e introduce su lengua llegando a mi ano. Lo besa y empieza a meter la lengua lentamente por el culo.

-Que rico culo tení. Me encanta chupar poto. Te lo voy a comer entero y te voy a dejar bien dilatao para llenarte de mis hijos. Me dice.

Yo no contesté. Me acomodé levantando la cola para darle mejor acceso. Siguió chupando, me daba besos en los cachetes y me escupía la raja. Luego besaba todo e introducía la lengua. Yo me había hecho un lavado rápido, pero siempre me ha quedado bien hecho, así que no me preocupé de nada asqueroso. Él solo disfrutó. Yo también. Luego de un rato, me dice:

-Quiere que lo haga mío mi rey?
-Sí, hazme tuyo!!
-Dilo más fuerte!!
-Hazme tuyo por favor. Le dije con voz intensa y caliente.

El Johan se acomodó y apuntó en dirección a mi ano. Me dice:

-Está tan rico mi amor, que voy a fierro pelao no más. Hay mano?
-Dale wn. Le digo.

Y el Johan lo mete lentamente. Oh, csm. Que huea más rica. Su pico era enorme y grueso, se sentía caliente y húmedo, no tuvo dificultades para entrar y altiro comenzó a darme como cajón que no cierra. A ratos le tiraba un escupo y seguía dándome fuerte. Hasta ese momento, era la mejor culia que me habían dado. Sentía profundamente su pico, como que chocaba con algo, a ratos lo sacaba y lo metía de nuevo. Lo tomaba y me daba golpes con la Tula en los cachetes. Te gusta? Te gusta?? Me preguntaba a cada rato. Yo contestaba y disfrutaba su pico en mi. Luego de un rato, me da vuelta y me acuesto en el sillón, levanto el culo y me lo mete, tomándome de las piernas.

Esta vez sentí que llegó más profundo y ahora podía ver su cara de caliente, su pecho duro y su respiración agitada. Me lo mete con ganas por harto rato. Sus bolas chocaban en mí y emitían un exquisito sonido. De pronto me empieza a chupar los pies, se mete el dedo gordo en la boca y luego me chupa el resto de los dedos. Fue una sensación exquisita. Nunca antes me habían chupado los pies. Yo sentía que iba a estallar con las sensaciones. Gemíamos sin importar si algún vecino me escuchaba. La verdad no me importaba. Siguió metiéndolo todo, hasta el fondo y de pronto siento que voy a acabar. Me toco el pico para pajearme y siento que salta un montón de leche sobre mi pecho. El Johan me dice:

-Oh, cualquier leche papi. Oh, tení el culo apretadito y siento que me lo estás apretando más. Te puedo preñar?
-Sí, échamelo todo adentro, le digo.

Y en un par de movimientos más, siento que me llena el culo de una leche calientita y sentía como su pico palpitaba en mi. En eso me dice: apriete el culito para que salga la leche. Yo lo hago y empieza a salir su leche. Él la recoge con su pico y me la vuelve a meter adentro y empieza a batir la leche un poco más. Salía un olor maravilloso a semen y a hombre de esta situación, mezclada con su olor. Luego se acomodó encima de mí y me dio un beso que me calentó de nuevo. Me pidió permiso para ducharse. Después de eso, se fue.

Me siguió hablando por insta por un tiempo más. Culiamos varias veces, en su auto, en una plaza, en mi casa, incluso una vez en una estación de servicio camino a Rapel. Luego de casi un año de nuestras aventuras, un día se acabó todo. Así sin más. Pero nunca dejaré de acordarme del flaitecito que me trataba de rey y que me cuidó en el estadio ese día. Hasta el momento, nadie me ha culiado tan rico como él. Dejó la vara bien alta el Johan.