Una vuelta a casa en uber
Hola hace ya algún tiempo que vengo leyendo estos relatos los que hicieron animarme a contar una de mis historias.
Esto paso hace ya algún tiempo, 4 años aprox, yo tenia como 23 años y estaba en la casa de una amiga en una tipica junta de amigos bebiendo y pasándola bien, a esa hora de las 11 de la noche decidí que ya era hora de irme a casa y procedí a pedir un uber por la aplicación, el celular me avisa que el conductor viene cerca por lo que salgo a esperarlo a la entrada de la casa a lo que en un par de minutos llega un auto color azul, chevrolet spark con un hombre maduro de chofer, era un hombre de aprox 60 años, poco pelo, grueso y con una guata cervecera bastante grande. Cuando lo vi no me produjo ni pensé en nada, solo me subí en el asiento delantero del auto ( yo 1.63, 60 kilos, barba de 3 días) me saluda e iniciamos el viaje que debía durar 15 min en auto aprox pero este caballero iba manejando tan lento que me llegaba a llevar molesto (iba a 20 por hora -.-) y empieza a conversar de la vida conmigo, típicas preguntas: nombre, edad, que hacía, etc. Cuando ya casi íbamos llegando a destino sus preguntas fueron más orientadas a sexo a lo que me percaté porque iba tan lento, quería alargar el viaje para llegar a este punto, pregunta de hace cuanto no lo hacía, si tenia alguna fantasia y que me gustaba en el sexo, yo me corté con esas preguntas y solo le contesté que me gustaba de todo en el sexo, y como ya sabía a donde iba la cosa ahora le pregunte yo que le gustaba a él en el sexo, a lo que me respondió que le gustaba que se lo mamaran, ¿y que cualquiera se lo mame? pregunté yo, sí, me respondió él, mientras sea una mamada, que me dijeron a mi, ya caliente me tiré como ternero a su paquete, le abrí el botón del pantalón, le baje el cierre lo que dejo salir un pene promedio pero grueso, al introducirlo a mi boca sentí ese sabor y olor a hombre, comencé a mamarlo como si se fuera acabar el mundo, él se mete por unos pasajes más solitario y me dice que no pensó que yo iba a ser tan directo, pero que le gustaba, que por favor siguiera que le gustaba mucho como lo hacía, yo estaba tan caliente con ganas de mucho más que una mamada y a unos metros de casa le propuse ir a mi departamento en el cual estaba solo a lo que el accedió, se guardó el pene nuevamente y seguimos el viaje, luego de solo dos cuadras llegamos, le indico donde estacionar su auto y subimos a mi dpto, abro la puerta y siento que me empuja fuertemente por atrás arrinconándome contra una pared y cerrando la puerta, el atrás mio presiona su bulto duro en mi trasero haciéndome sentir cuan caliente estaba y al oído me susurra «serás mía putita», que me traten como mujer la verdad nunca me ha gustado mucho pero esa vez me calentó que un viejo macho me lo dijera, aun de espalda mía desabrochó mi pantalón mientras me besaba el cuello y me decía cosas sucias al oído (me tenia a mil), yo me di vuelta le di un beso fogoso con lengua y me arrodille para mamar nuevamente esa verga con olor a macho, succioné tanto como podía, masturbaba y me pagaba en la cara con ese mazo abriendo mi boca para luego volver a echármelo y lamer de punta a punta.
Pasaron unos minutos así y me paro para volver a besarlo y lo llevo directamente a mi pieza, una vez ahí él me baja el pantalón, yo me saco la polera y el resto de la ropa, él la suya y terminamos completamente desnudos, me colocó en posición de perrito apoyando mi pecho en la cama y levantando bien mi cola, el sumerge su cara en mi trasero lamiendo mi ano y penetrando con su lengua lo que me hacía gemir de placer, yo mientras abría mis cachetes para que su lengua llegara lo más adentro posible, debo admitir que hizo un muy buen trabajo, luego de unos minutos así lamiendo, palmeando mi trasero y tratándome como su puta, apoyó la punta de su pene en mi ano y lo masajeaba queriendo entrar a lo que yo me di vuelta ya endemoniado de placer y le suplico que ya lo metiera, era tanta mi calentura que solo quería sentir ese trozo de carne dentro mio, saqué de mi velador un condón, el cual se lo puse y me volví a colocar en la misma posición de perrito, el lamió un poco más para dilatar lo suficiente mi ano cuando siento que me lo mete de una, lo que me hace dar un grito de dolor y querer sacarlo de adentro mio, pero él me toma de las caderas y me dice no es esto lo que querías putita nalgueándome nuevamente, y entre mete y saca ese dolor se convirtió rápidamente en placer, embestía como una bestia, sentía ese trozo de carne dentro mio y el sonido de aplauso que emitían nuestros cuerpos al chocar, yo solo podía agarrarme de la ropa de cama y gemir de placer a tal punto que acabe sin siquiera tocarme, no pasaron ni dos minutos de yo haber acabado cuando siento que ese pene dentro mio da embestidas cada vez mas fuertes y realiza contracciones de querer acabar, es ahí cuando siento esas pulsaciones y un gran gemido de aviso de que había acabado.
Ya terminando nos duchamos, intercambiamos los números pero nunca más nos volvimos a ver ya que ninguno de los dos se llamó nuevamente, pero debo admitir que desde ese día mi fetiche son los hombres maduros y panzones.
Espero les haya gustado una de varías de las historias que les quiero contar.
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