Colombian Dick y el primer orgasmo 🍆🍑💦💦

Hola a todos, escribí piercing en el pico y guatón pico de misil del retail. Esta historia fue cuando tenía 21 y empezaba a incursionar en el mundo del sexo gay, era el año 2011, actualmente tengo 35, como el vino he mejorado físicamente y tengo un culo con el que sigo exprimiendo vergas, en la intimidad me va usar lencería y en el presente disfruto de jóvenes, pendejos activos, curiosos, recién iniciados o flaitecitos, pero mi rango de edad es de los 18 a los 25 y ha sido lo mejor, conocer pendejos me ha demostrado que te dan como caja y cumplen mi fantasía íntima de sentirme una puta.

Como conté en los demás relatos, soy adicto al moco, disfruto siempre a fierro pelao y mis resguardos implican mucha asesoría profesional como también ser muy selectivo en mis culiones, asumiendo riesgos y siendo muy honesto, porque a varias que tiran la primera piedra les encantaría estar ensartás y moquiás como una, no juzgo pero sexo sin placer para mí no va.

En ese entonces había experimentado el sexo recientemente, había tenido mi primer pololo pero no era nada significativo, puesto que era muy pendejo y el contexto social de Chile no me permitió antes de mis 19 años experimentar y/o conocer otros chicos, dado que vivía en el sur de Chile y era constantemente interpelado por otros dado mi orientación sexual, tratado de maricón u otros calificativos peyorativos, eran otros tiempos, incluso, desconocía las formas de conocer a otros muchachos facilmente. Me trasladé por estudios a Temuco, al entrar a la universidad a los 19 años por primera vez comencé a vivir solo, logré arrendar una habitación en una casa universitaria y luego de esos típicos departamentos de estudiantes, mi familia por pega se trasladó a otra ciudad y me tocó quedarme en la capital de la Araucanía, donde recién llevaba un año. Era yo y mi notebook junto con una bolsa de sueños a lograr en la universidad.

Curioseando en internet conocí lo que era el “Chatgay.cl”, muy popular en la época y que me sacó varias cachitas hasta el 2015 aprox. Esta página de antaño que no sé si existe actualmente, era parte de mis sitios más favoritos y visitados, constantemente digitado en mi historial, en él existía una sala de la zona sur, que era la que frecuentaba a menudo, la comunicación como saben no incluía fotos, si te desconectabas o te cerraban no podías enviar mensajes y en gran parte de los casos ibas a ciegas a conocer a alguien. Entendiendo que las cámaras eran de baja definición en los pc, redes sociales de la época eran Facebook y la comunicación instantánea era Messenger, mi dinámica era ingresar, utilizaba un típico Nick como pas23, pasivo23, etc. Dentro del chat no pasaba el rato en que saluda al chat grupal o me escribían chicos, los ofrecimientos eran rápidos y explícitos, busco sexo, tienes lugar, cómo eres, en su mayoría, muchos me parecían peligrosos y poco seguros, porque algunos weones ofrecían irte a buscar en auto, juntarse contigo en sitios eriazos u otras propuestas que no me daban confianza. La ciudad era pequeña y poco a poco me di cuenta que muchos de los chicos de ahí, los más piolas, los terminaba encontrando en fiestas y discoteques gay que comenzaba a visitar.

Como mi nivel de calentura y confianza no era el mismo que ahora, solía conversar un rato con algunos chicos del chat, daba un Messenger exclusivo que tenía para chatear con weones y en casos muy específicos hacíamos videollamada a baja calidad y/o nos agregábamos a Facebook (cuestión que actualmente no suele pasar, porque como sabemos todo es instantáneo). Recuerdo con nostalgia esa época, al menos en mi caso, me fue bien y muchos chicos que conocí terminaron siendo mis fieles amigas colas hasta el día de hoy.

En ese entonces, había terminado este pololeo de pendejos, mi primera vez fue con un chico peludo con condón y no disfruté, luego, este pololo en arrebatos de pendejo terminamos culiando y se corrió en mí, lo que no disfruté para nada, pero seguía con ganas de pico. Estos dos chicos se esforzaron en su momento para que la pasemos bien, pero no enganchamos, yo quería más, además, eran bastante decentes por así decirlo y faltaba el morbo cochino que me gusta hasta la actualidad. Del mismo modo, este weón con quien pololié era universitario, de esos colas pasaos a raja, pico chico y que se creía bacán, si me metí con él era porque como ven, no tenía recursos necesarios en la época para darme cuenta que el abanico para elegir es muy grande.

En esas conversas, conocí un chico que vivía en la ciudad de Temuco con amigos, tenía 25 años y me llamaba la atención que en las conversas cuando fuimos a Messenger tenía rasgos que no había visto en Chile, la forma de los ojos, el tono de piel y la manera de hablar, en el chat se presentó como activo, con ganas de conocer y era bastante caballero, me gustaba esa onda porque quería alguien bacán para sacarme el mal gusto del primer pololo y realmente disfrutar yo. En esa conversa en un momento de ahueonamiento lo bloquee porque me pareció muy extraño tan buen trato en estos espacios, pasó el tiempo y en el chat volví a hablar con él y se dio cuenta que nos teníamos en Messenger, en ese momento lo desbloquee, caché que era alguien real y supe que este chico se estaba trasladando a Santiago, que dejaría el sur de Chile y que su nacionalidad era colombiana, urgido por tener pega y lograr ejercer su profesión en el país, dado que decía haber llegado a Chile y al sur por la mala situación que atravesaba su país en esa época. Pese a que seguimos hablando cerca de dos semanas, me comentó que le interesaba conocerme, pese a estar recientemente en Santiago y que viajaría a verme para quedarse conmigo en Temuco, me sentía una reina por esa visita y con ansias esperaba conocerle. Piensen que era el año 2011, no había Whatsapp ni medios de rápida comunicación, mientras se movilizaba lo que ni yo me creía, me escribía por SMS y cerca de las 21 hrs llegó a la ciudad, cuando me llamó por teléfono escuché por primera vez su voz y ese acento paisa tan rico.

Me tocó ir por él a un lugar muy conocido de Temuco, el carrusel y entre mis nervios logré ver como bajaba del taxi el muchacho de las fotos, un hombre delgado, de 1,78 y en ese tiempo bastante atractivo, solo nos conocíamos por foto de avatar y texto, en ese tiempo tampoco existía la cultura de las nudes y los pack de ahora. Yo por mi parte, muy delgado, tenía en ese entonces el cuerpo de un típico flaquito culón twink y al igual que ahora medía 1,75. Al acercarme sonreí y nos dimos un abrazo y un beso en la cara, como si nos conociéramos de siempre, todo anduvo rápido, él y yo muy acelerados creo por la adrenalina y fuimos a dejar sus cosas y salimos por una cerveza a un bar de la avenida Alemania. Conversamos, ya no recuerdo qué, imagino que pregunté por su vida y cerca del cierre del local como era día de semana más o menos a las 3 de la mañana nos fuimos a mi casa. Reconozco que yo estaba muy nervioso y él también, el alcohol fue la clave para calmar esos nervios.

Estaba bien borracho luego de tomarnos todo en ese bar, en ese tiempo, solía aguantar un carrete y al otro día estar paradito en clases, pero tenía mucho sueño, nos acostamos y el se metió a mi cama en puros bóxer, yo un poco más tímido con polera y bóxer. Entre la curadera, comenzamos a besarnos, yo era bastante tímido y pudoroso y solo me dejé, me encantó todo y entre los besos me fue quitando la ropa, hice la cieguita como decía el chiste de la Natalia Valdebenito y me dirigí a tocar su miembro, literalmente era como un chorizo XL, del grosor de un cono de confort y medía por lo bajo sus 20 cm, en mi mente decía “manso pico”, “suertuda”, “ eso es lo que te mereces” y el primero que había probado, pensaba por fin me tocó algo bueno y ha sido el estándar con el que me he movido. Con la poca educación sexual de quienes vivimos esa época nunca pensé en condones, simplemente no tenía, no tenía plata tampoco como universitario y no existía de mi parte una real información de posibles riesgos, todo se veía muy lejano. En ese tiempo me entregaba al placer sin pensar mucho, por esa razón, entre los besos y las giradas en la cama noté como trataba con ese pene gigante de buscar entrar en mi culo, entre todo ese juego nos quedamos dormidos hasta el otro día.

Al día siguiente tenía clases, no llegué y no me importó, no era nada importante por suerte, debe haber sido un día jueves y despertamos y comenzaron los besos, era tiempo de calor cerca de noviembre en Temuco y ya estaba terminando el año académico en la universidad, por ende, estaba relajado. El mañanero fue rico, los dos desnudos y recién pude ver con mis propios ojos ese tremendo pene, era rosado, grande, prepucio grueso con un glande gigante y como señalé pasaba los 20 cm porque con mis dos manos lo lograba agarrar, corta, era un pene de actor porno, su cuerpo era delgado, maceteado en contextura, piel clara y lampiño. En el presente, soy de esas pasivas que actualmente ni se me para, no me gusta que me toquen el pene, lo escondo y solo disfruto por la retaguardia, mi pene mide erecto 13 cm y en comparación a esta bestia estaban claramente definidos los roles. Siempre pensé que tuve suerte de encontrarme ese pico, porque de ahí en adelante las veces que he ido a ciegas siempre son dotados y sobre todo, se cumple el mito de que los flacos altos tienen una buena dotación.

Comenzamos a besarnos, bajé hasta su pene notando por primera vez un miembro depilado con gillette y le di una gran mamada, fue mi primera experiencia donde pude simular las películas porno con las que fantaseaba, de esas chicas que hacen garganta profunda. Luego de eso seguimos con besos y al tumbarme de guatita en la cama este chico bajó hasta mi culo, me separó los cachetes y metió su lengua hasta el fondo. Mi ignorancia juvenil en sexualidad no me permitió tener nada a la mano, condones, lubricante, pero la calentura era tanta que seguimos, al empujar su pene en mi culo sentía como intentaba entrar y junto con ello me masturbaba mientras me besaba, nunca ingresó del todo y diría que mi dilatación logró introducir hasta la mitad de su glande, una pequeña parte de ese pene. Era todo rico y al momento en que la paja que me estaba haciendo me llevó al climax de excitación el descargó quedando un poco de su leche dentro de mí y la otra chorreando alrededor de mi ano.

Al ser tan joven este era mi primer orgasmo, terminamos muertos de la risa, lo que nunca me imaginé que podía ocurrir en una situación donde la excitación es tanta. Nos seguimos besando, sentía esa leche pegajosa mojando todo mi trasero y nos dispusimos con naturalidad a bañarnos juntos para pasar el día. Al levantarnos hicimos todo como si fuéramos pololos, cocinamos, compramos cosas y me preparó platos de su tierra colombiana, acompañado de música de una radio de su país que le encantaba donde ponían reguetón. Entre la conversa con su acento me comentaba que en Colombia muchos se afeitan el pico, a diferencia de mí, que en ese entonces lo mantenía rebajado, además, me decía que le interesaba comprar lubricante para que yo disfrutara como corresponde, a lo que yo inocentemente le decía que sí.

Así pasó el día y en el rato que podíamos jugábamos, nos tomábamos fotos, algunas donde él guardaba imágenes mías o de ambos besándonos, como otras donde estábamos desnudos abrazados disfrutando del momento. Me olvidé de la U esa semana y me llevó a conocer a sus amistades, unas mujeres, otros chicos y una familia donde tenía que buscar algunas cosas para llevarse a la capital.

Llegó el fin de semana e inauguraron una nueva discoteque, la mítica Dboys de Temuco, no era bueno para las discos pero le parecía que era un buen panorama irnos de bailes, llegamos al local y no había más de 20 personas. Nos dispusimos a beber y luego a bailar, como a la hora lo estábamos pasando muy bien y quedamos nuevamente ebrios y felices hasta el cierre del local. Fuimos a casa y nos dispusimos a dormir, sin antes de que este chico me dijera luego de conocerme dos días que quería “ser mi novio” a lo que a lo más entregada le dije que sí, pese a que su pene aún no había logrado entrar en mí completamente. A la mañana siguiente volvimos al mañanero, partimos despertando desnudos y nos besamos, recuerdo muy bien esa sensación de caña, pero también la calentura que provoca una noche de carrete, debe haber sido tipo 11 de la mañana. Comencé como siempre a tocar ese pene que ya conocía bien, él lo frotó entre mis piernas entre besos y caricias, me dispuse a mamar y él a comerme el culo. Pese a que había comprado lubricante para nuestros encuentros nunca lo tocó, ahí estaba incluso con el sello, simplemente volvió a acercar su glande a mi ano mojado por su saliva y lengua, estábamos de ladito, muy similar a como lo veníamos haciendo. Me di cuenta que a este chico le encantaba pajearme mientras me intentaba penetrar y me ponía muy duro, fue el único activo al que he dejado tocarme el pico y ha logrado que sienta placer.

De a poco empujaba mientras me pajeaba y me preocupaba que nunca lograba entrar del todo, porque su pene era muy grande. Pero creo que la excitación era tanta que, entre la paja, mi erección, los besos en un momento mi orificio logró ceder mágicamente y dejó que sin resistencias su enorme pene ingresara completo a mi recto, quedando ajustado a la medida y lubricado únicamente por su saliva y líquido preseminal. Entre todos mis culeos hasta la fecha, esa fue la primera vez que creo que puse los ojos blancos de placer y me dispuse a gemir como una verdadera maraca.

Su pene lo lograba sentir dentro piel con piel, expandiendo y contrayendo mis paredes anales, ocupando toda mi cavidad y llegando a lo más profundo, estaba literalmente empalado. La noche anterior me había hecho el lavado y mi dieta de la época me permitía estar muy limpio así que no me preocupaba. En un momento me preguntó si me gustaba lo que pasaba mientras se movía y yo le dije que sí, fue la primera vez donde realmente logré sentir el placer anal, si bien, hasta la fecha he de tener unas 50 parejas sexuales, este ha sido de esos culeos que no olvidas. Yo seguía de ladito, empalado por su pene, que por el gran tamaño que tenía no había posibilidades de que salga, él por su parte con mis 13 cm erectos en su mano y dándome besos en la boca. Sus movimientos comenzaron a ser más rápidos e intensos, teníamos música puesta en su radio a través del computador y de pronto me sorprendió dándome embestidas donde su pene entraba y salía con gran velocidad, recuerdo que sonaba de fondo la canción “Te imagino” de Alberto Stylee que en su coro decía “Te miro y te imagino, con ropa haciendo el amor”, mientras mi ano estaba a su completa disposición y su pelvis chocando a toda velocidad y sonando con mis cachetes. Cuando ya sentí que él estaba full excitado y yo también, penetrado y siendo pajeado logramos sincronizarnos tan bien que me corrí, gemí y grité tanto sin miedo a que me escucharan y por dentro sentía como disparaba y me llenaba de leche el tanque, eran chorros y chorros, conté al menos 5 y volvimos a matarnos de la risa y besarnos, había tenido mi primer y mejor orgasmo. Estábamos rojos y extasiados de placer.

Luego de descansar un poco quedamos de bañarnos, me dispuse a ir a la ducha y él también, veía como su pene seguía duro y abrí la ducha. Era mi primera “preñada a full”, ya que había quedado lleno de su semen y sentía todo ese volumen espeso dentro de mí. Sentía esa leche ocupando mis entrañas cuando me puse de pie, imagino que desplazándose dentro de mí por la gravedad y este chico fue el punto de partida para poner en marcha las cochinás que hasta ahora hago, donde la preñada es mi gran recompensa. En la ducha entré primero, mientras él creo que fue por algo, sentí el primer morbo de sacar la leche y mientras estaba fuera de su vista puse mi mano debajo de mi culo y naturalmente la expulsé, recuerdo haber llenado mi mano de su semen espeso y blanco, gelatinoso, lo acerqué a mi nariz para olerlo, con otro dedo lo moví para explorarlo y sentí por primera vez esa sensación de morbo y la esencia de la leche de mi macho, que solo las cochinonas como yo experimentamos, lo acerqué un poco a mi boca y le pasé la lengua llevando un poco dentro de ella, saboreando y tragando sin asco, luego volví a expulsar y solté una cantidad similar que cayó al suelo del pie de ducha de cerámica, también blanco y gelatinoso, sentía que aún quedaba semen en mí y ha sido de los pocos hombres que me han llenado tanto. Al sentir que venía entrando al baño dejé que cayera por el desagüe lo que tenía en la mano y pasé pisar el resto de moco que había soltado, sintiendo su textura pegajosa con mis pies, no le dije nada al respecto y nos duchamos mientras nos besamos, esperando repetir este momento.

Ese fin de semana seguimos disfrutando, su pene entraba de una y sin resistencias, viajamos a una playa cerca del sector y él, el día domingo volvió a Santiago, yo estaba allí despidiéndolo en un paradero y me reía de que en 5 días ya tenía pololo. En general, seguimos en contacto, pero esos cinco días bastaron para que pese a mi corta edad sospechara de que este colombiano era un lacho, logré notar que se mensajeaba con otros, al menos unos dos chicos pero no me preocupaba porque yo había sido el de su interés. Seguimos hablando y comenzamos a planificar los viajes de él y míos a la capital, los que comenzaron a ocurrir entre finales de diciembre y enero, al menos, lo hicimos durante todos los fines de semana de manera alternada. En Santiago, la dinámica era la misma, conocí en ese entonces como vivían algunos migrantes, llegaba a departamentos subarrendados donde se alojaba y de día flojeábamos, caminábamos y de noche me tocaba pasar el culo. En alguna oportunidad fuimos a bares de Bellavista que había conocido en algunos viajes años antes y me alojaba con él, donde el viaje implicaba compartir y culiar.

Entre esos meses de noviembre a enero, lo único que ocupaba mi cabeza era pasarle el poto a este colombiano dotado, me gustó tanto la weaita que era su depósito personal de leche, pero mis celos de ese entonces me llevaron a distanciarme de él ya que no toleraba tantas llamadas que recibía como los contactos que mantenía con otros chicos que a todas luces eran otras pasivas que se pescaba en paralelo conmigo. Como venía diciendo, este era un lacho y fresco, probablemente nos pololeaba a todas y creo que es muy propio de estos caribeños a nivel cultural, me di cuenta que al menos salía con unos 3 más, si bien, yo era el de los fines de semana y al parecer le interesaba mucho, no quería compartir su pene y la distancia hacía imposible que pudiéramos de manera cierta y real seguir. Sumado a esto, veía que estos chicos eran bastante feos en comparación a mí y que pese a que viví mis primeros orgasmos con él no me merecía ser parte de un harem de pasivas, en un arrebato de esa época le dije que me impresionaba como frente a mis ojos lo veía salir con otros a lo que decía que yo estaba equivocado, ya que publicaba fotos donde efectivamente estaban estos chicos que incluso le escribían con corazones y besos, él siempre lo negó y yo no pude más con eso así que decidí bloquearlo y eliminarlo de lo que era Facebook y Messenger, cortando así la comunicación y relaciones de ese pololeo absurdo.

Sin duda, quedé triste, pero fue de los mejores penes que he disfrutado en mi vida, para pasar las penas busqué producto nacional y logré seguir disfrutando en Temuco de dos picos que contaré en otros relatos (Un flaite y un geek) y creo que este pico colombiano me llevó a convertirme en una pasiva warrior a fierro pelao, ya que luego de conocerlo, por esas cosas de la vida tuve asesoría y orientación médica por primera vez y pude comprender y contar con información para conducir mi vida sexual, al menos, teniendo completa consciencia de los pro y contras de hacer las prácticas sexuales que me producían placer.

En ese tiempo seguía de vez en cuando recibiendo los típicos “pinchazos a mi teléfono”, al menos dos años, los que no respondía y no entendía porque este colombiano era tan insistente, al desbloquearlo de Facebook, de hecho, se veía como tenía fotos con uno de los chicos que yo sabía que salía y que al parecer compartían hasta el hogar. Como era universitario no contaba con medios económicos y recién el 2014 vine a tener un smartphone, por ende, no volvimos a hablar ya que decidí cambiar mi número.

Por esas cosas de trabajo tuve que irme a vivir a Santiago y creo que mi departamento quedaba muy cerca de su trabajo, comencé desde esa época a recibir sus solicitudes de amistad de manera insistente, mensajes que no leía y borraba, cuando tenía Grindr, Hornet y/o Tinder hacíamos match, me escribía y recuerdo incluso un día despertar abrir mi grindr y encontrarme un mensaje de él diciendo “Por favor contéstame quiero verte”, él seguía con uno de los chicos de la época. Hasta hoy me provoca risa, porque en todos esos años maraquié de lo lindo con otros y pudimos haber seguido alargando esta historia, pero pude reflexionar que las cosas pasan cuando pasan. Además, supe que este chico volvió a su país justo cuando por la calentura y libertad de la capital pensé en retomar la comunicación independiente de ser ahora yo la pasiva patas negras, pero no alcancé. Hace pocos años, la vida me llevó por trabajo a trasladarme a Bogotá cerca de 2 años y en cierto momento, nuevamente dimos el uno con el otro en su país, donde la dinámica fue la misma y solo recordaba este primer orgasmo. Pese a que no nos hemos juntado nunca más desde esta historia que empezó en el sur de Chile y que la vida incluso me dio la oportunidad de vernos en su patria, nos seguimos desde hace un tiempo por redes sociales y todos estos rencores quedaron atrás, hemos conversado y él sigue siendo un infiel dispuesto a entregarse a los culos que le gustan, hablamos, nos saludamos y nos damos me gusta a nuestras publicaciones. Quien sabe, ahora que hablamos de vez en cuando podríamos retomar la historia en alguna playa caribeña o en los lares de su país y probar como dicen ellos una vez más su chimbo, ahora yo con más experiencia y mucho más puta que en esa oportunidad. De hecho, mis planes están en volver a Colombia este 2025 de vacaciones, porque si bien, no fue el primer amor, fue de esos orgasmos que no se olvidan y el semen que desató mi gusto por la leche, que sin duda quiero repetir y motivan esta historia. Además, recomiendo a ciegas el producto colombiano, en el tiempo que estuve allá han sido las mejores vergas que he probado y los culiones más apasionados que podría contar. En esta oportunidad sin duda, buscaría más vergas para compartirlas con este guachito, para recordar esos orgasmos llenos de placer y risa.

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6 Comentarios

  • Anónimo
    diciembre 24, 2024 a las 2:17 am

    Que son ricos los relatos de esta pasiva wn

    • Pas
      diciembre 24, 2024 a las 5:24 pm

      Gracias bb seguiré enviando mis historias ❤️ envíame energía para conocer más guachitos ricos y contarles

  • Anónimo
    diciembre 26, 2024 a las 6:17 pm

    Demasiado laaaaaargo

  • Anónimo
    diciembre 26, 2024 a las 11:34 pm

    Que rico relato, me encanta que narres tus experiencias, es como un viaje por la vida sexual de un gay chileno, me siento algo identificado, espero sigas enviando relatos, no le hagas caso al que dice que está muy largo, es bkn cuando alguien se inspira y cuenta con detalle

  • Anónimo
    diciembre 27, 2024 a las 11:10 am

    cuéntanos más sobre tus prácticas sexuales de hoy, y cómo te educaste en salud para poder hacerlas libremente 💜

  • […] están?. Sigo contando mis historias, escribí mi último relato colombian dick y piercing en el pico, me encantó el video del admin donde tuve la suerte de aparecer junto a ese […]

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