No hay como la familia- Parte III: Clavado por mi tío

Hola de nuevo lectores morbosos igual que yo. De verdad, muchas gracias por el apoyo a mis relatos, repito que son 100% reales, y son algo largos para explicar con claridad todo lo que pasó en cada experiencia.

En el último relato les conté la primera parte de mi primer encuentro sexual con mi tío Carlos, lo cual se dio gracias al viaje de mis padres y hermanos que nos dejó a los dos solos en mi casa. Todo se dio por mi calentura que me llevó a arriesgarme, consiguiendo mi cometido, y comenzando con unas buenas mamadas que llevaron a más…

(Fin del relato anterior)

Carlos: (soltando mi cabeza y agarrando su pico con su mano derecha) porque quiero culiarte? Te atreves (mostrándome su enorme tula con la mirada)

Yo: (mirando su pico y mordiendo mi labio inferior) Yo sí me atrevo, y a ti te da?

Carlos: obvio por sobrinito querido…

(Nuevo relato)

Al escuchar lo último, la sangre me hirvió de calentura, lo único que quería era sentarme en ese pico gigante y que me destroce. Así que me levanté, dejando a Carlos algo sorprendido en la cama, prendí la luz y me fui a la cómoda que compartíamos, de donde saqué un estuche con cosas de limpieza personal y con un compartimento secreto donde guardaba los condones y el lubricante. Cuando volví a la cama, mi tío estaba en pose de winner jajaj: con la mano izquierda en su nuca, y con la derecha pajeaba lentamente su pico.

Yo: (admirando el espectáculo y mostrándole el condón cerrado con mis dedos pulgar e índice de la mano derecha) Te lo pones tú o lo hago yo?

Carlos: (riéndose sin dejar su pose) jajaj ah mierda, tienes de too’ tú po. Parece que mi sobrinito no es tan tranquilito como lo creía jajajaj.

Yo: (sentándome al lado de la cama y abriendo el condón) jajaj wn, pero si es obvio tener condones si uno está culeando po. O qué, voh le dai’ a fierro pelao?

Carlos: (soltando su pico y estirando su mano para pedirme el condón) jajajaja no, wn, ni cagando. Siempre con gorrito…sea con quién sea.

Yo: (pasándole el condón) ya, mejor así jaja.

Carlos procede a ponerse el condón, mientras yo me quito los bóxer, ahora sin tapujos ni vergüenza. Mi tío me miró, sin decir nada, inmediatamente mientras yo dejaba a la vista mi pico duro y mojado y mi culo grande y hambriento. Sólo la polera me cubría algo del cuerpo, pero lo importante ya no estaba tapado. Me di la vuelta, miré a Carlos quien me dice:

Carlos: cómo lo hacemos?

Yo sin decir nada, paso mi pierna derecha sobre él y me siento sobre su pico que descansaba en su pelvis. A mi tío sólo se le dibujó una sonrisa y comenta:

Carlos: (dejando sus dos manos en su nuca) ya veo que sabi’ lo que hay que hacer (yo sólo asentí con la cabeza)

Luego, abro el lubricante que lo tenía en la mano izquierda, unto dos dedos de mi mano derecha y los llevo a mi hoyo. Preparo bien mi entrada porque sabía que este pico iba a costar hacerlo entrar. Hacía varias semanas que no tenía sexo como pasivo, y sinceramente, jamás me había comido un pico así de grande por el culo. Así que así como mojé bien mi hoyo, volví a tomar un poco de lubricante, pero está vez embetuné su pichula, mientras Carlos solo miraba todo lo que yo hacía con cierto asombro. Una vez listo con el trabajo previo, sin cambiar de posición, tomé el pico de mi tío y lo dirigí a mi hoyo, me relajé y comencé a sentarme lentamente. Cuando empezó a entrar su glande parecía que no costaría (el pene de Carlos es alargado y puntiagudo, algo delgado en la punta, pero grueso al final), pero conforme me iba sentando, cuando ya la mitad de ese pedazo estaba adentro, el dolor apareció, a tal punto que tuve que determe:

Yo: (sin moverme y con cara de dolor) oh csm, espera, espera, espera. No te movaí’, deja que me acostumbre al porte.

Carlos: (con una cara de caliente que jamás había visto en nadie) sí, tranqui, tómate tu tiempo, es lo que más tenemos. Ahora si sientes que no podí’, lo dejamos así nomas, no hay drama.

Cuando dijo eso, pensé: ya no puedo ponerme wn ahora y flaquear. He querido esto por mucho rato, yo sé que va a doler un rato nomas la wea. Y como si mi yo interno me estuviera entregando energía, dilaté mi hoyo lo que más pude, y me comí el pico de Carlos completo de una. Reconozco que no pude aguantar dar un grito por el dolor, fue como si me rejaran por dentro, solo atiné a morderme los labios, y a apretaba mis muslos con mis manos. Mientras mi tío-amante me miraba con preocupación, pero lujuria a la vez, sacó sus manos de su nuca y las llevó a mi cintura, eso me estremeció, y por lo visto a él le gustó (No había hablado mucho de mi cuerpo más allá de decir que soy culón, y es además de tener el culo y piernas grandes, mi torzo no es la excepción, siempre fui igual. Sin rollos ni guata, pero si lo que se conoce como mazeteado, y peludo…no en un exceso). Hasta ese momento, Carlos no había tenido contacto de su parte con mi cuerpo más allá de haberme tomado la cabeza mientras se lo chupaba:

Carlos: (tomándome con ambas manos de la cintura) estai’ bien?

Yo: (tratando de recuperar el aliento, casi metiendo mis dedos en la piel de mis muslos) sí, creo que me fui en volá y le di muy fuerte.

Carlos: (acariciándome la cintura por ambos lados) jajaja sí wn, te la comiste toda de una. No andai’ nah con weas tú, le mandai’ nomas.

Yo: (sintiendo mucho menos dolor, lo que me permitió comenzar a moverme lentamente) obvio, pa’ qué tanto show. El dolor es un rato nomas…de hecho, ya no duele.

La verdad es que sí dolía un poco, pero cada vez menos. Se sentía lo suficientemente bien como para moverme y empezar a disfrutar. Callé el diálogo con unos movimientos circulares que sacaron pequeños gemidos en ambos. Tener a mi tío dentro era demasiado rico, superando con creces mis expectativas en las infinitas pajas que me había corrido. Ese pico me llegaba hasta donde nadie había llegado, y yo quería disfrutar cada segundo y centímetros. También quería demostrarle a Carlos lo bueno que podía ser culiarse a su sobrino menor. Si el mayor (mi hermano) le daba placer, yo podría hacer lo mismo, o quizá mejor, aunque al fin y al cabo no era una competencia. Mi tío seguía acariciando mi cintura al son de mis movimientos. Sus manos fueron bajando poco a poco hasta llegar a mi culo (el contacto de sus manos con mi cuerpo me calentaba aún más, cada vez que las movía algo me recorría por la espalda que me electrocutaba), seguido de un gemido más fuerte de su parte.

Mis movimientos fueron aumentando de velocidad, y el dolor se disipó dejando lugar solo al placer. Con los movimientos, que pasaron de ser circulares a unos de adelante hacia atrás, también fueron aumentando los gemidos de ambos. No hablábamos…era innecesario, sólo disfrutábamos el uno del otro. Carlos apretaba mis nalgas con fuerza, y las abría como si quisiera que su pico fuera más adentro, pero ya no se podía más. Mientras tanto, sin dejar de cabalgar, yo posé mis manos sobre su abdomen para ayudarme con el movimiento. La verdad, nunca había tocado el abdomen de Carlos hasta ese momento, y pese a ser superflaco, su trabajo igual le había dejado su buen sixpack. Los gemidos tímidos del comienzo ya se habían transformado en gritos de placer de mi parte, es que sentir ese pico adentro era estar en el cielo. Carlos no se quedaba atrás, ni se reprimía para demostrar que lo estaba disfrutando. No sólo con sus gemidos, sino que también con sus movimientos. Hasta el momento, él se había mantenido estático, dejando que yo llevara el control, pero su calentura lo guió a mover la pelvis para hacer más profundas las embestidas. Llegado el momento, decidí no moverme y dejar mi culo en alto para que él me culeara. Carlos entendió claramente el mensaje, comenzó a moverse como loco, me la sacaba prácticamente toda y la volvía a meter. Sus clavadas eran tan profundas, fuertes y rápidas que el sonido característico de dos cuerpos chocando se hizo eco en toda la pieza (y en toda la casa yo creo). Sonido que era acompañado de más y más gemidos que ni les cuento cómo eran en ese momento, sentía que me iba a ir cortao’ sin siquiera tocarme. Carlos estaba como fuera de si mismo… y a mí me tenía fuera de mi mismo, se movía como todo un pro, un semental.

Duramos un rato así, hasta que retomando el control, lo miro y le digo:

Yo: ahora métemela en 4

Carlos solo asintió y me sacó el pico de golpe. Raudamente, me posiciono en 4 con mi pies al borde de la cama y mi culo bien abierto. Cuando estaba ahí, mi tío hizo algo que hasta hoy hace que me ponga duro. Como todo un macho heterosexual agarró mi culo, separó mis cachetes y me escupió el hoyo…eso me gustó demasiado (para que se hagan una imagen mental, mi hoyo es peludo, como todo mi cuerpo, no en un exceso, pero peludo). Luego, posicionó su pico en la entrada de mi hoyo, y sin pensarlo mucho, lo metió entero y me llenó nuevamente. Sin esperar, me tomó de la cintura con ambas manos, y comenzó con el mete y saca bien rápido. El sonido de sus caderas chocando con mi cachetes era cada vez más fuerte, mientras sus huevos colgaban en un vaivén que los hacía golpear suavemente los míos. No contento con eso, mi tío decidió disfrutar de nuestra soledad y comenzó a nalguearme fuerte, total, si sonaba, no importaba…estábamos solos. Yo estaba en el cielo, Carlos era todo un macho y me tenía en el cielo. Entre las clavadas profundas, las nalgadas y sus gemidos de estarlo disfrutando, me tenía loco.

Seguíamos en esa desenfrenada escena de sexo (la mejor de mi vida hasta ese momento), cuando de pronto me toma del pelo y como todo un dominante me acerca a su cuerpo, y comienza a besarme el cuello, eso casi me hizo acabar. Si hay algo que me calienta es que me besen el cuello, y Carlos lo hacía divinamente bien. Sin dejar de metérmela, me despojó de la última prenda de ropa que me quedaba: mi polera. Hizo lo mismo con la suya, y apegó nuestros torzos. El calor que irradiaba su cuerpo se mimetizaba con el míos que estaba igual de ardiente. Mi tío estaba fuera de si, no dejaba de clavarme, de besarme el cuello y, además, recorría mi torzo con sus manos.

Duramos así un buen rato, y yo no quería que ese momento acabara. De pronto él me dice:

Carlos: (jadeando, gimiendo y bajando la velocidad de sus clavadas, y alejando nuestros cuerpos) Te quiero culiar patita al hombro.

Yo: (jadeando, gimiendo y con poco aire) ya, deja ponerme bien.

Dicho esto, me saqué el pico del culo, me acosté en la cama boca arriba, levanté mis piernas y posé mis pies en sus hombro, haciendo que nuestras miradas de dos amantes calientes se crucen. Luego, agarré su pico y, sin quitarle la mirada, lo acerqué a mi hoyo. Él, nuevamente, lo metió de una, llevándome al paraíso otra vez. Comenzó a bombearme, tomándome de las piernas con mis pies posados en cada lado de su clavícula. Su cara lo decía todo, estaba disfrutando de mi culo tanto como yo de su pico y del rebote de sus huevos en mi coxis. Yo solo disfrutaba, con mis manos a cada lado de mi cuerpo. Quizás suene enfermo, pero en ese momento no éramos tío y sobrino, sino que dos amantes que tenían un dormitorio lleno de gemidos y olor a sexo. De pronto, separó mis pies y piernas de su cuerpo, y las dejó una para cada lado, presionando fuerte hacia abajo para mantenerme lo más abierto posible. Parece que en esa pose, tocó lo más profundo de mi ser porque se sentía demasiado rico, y me dejó sin aliento. Si ya tenía el pico mojado, con esas clavadas comencé a botar líquido como nunca…y él lo notó.

Carlos: (culiándome a lo maldito y jadeando como loco) estai’ entero mojao’, wn. Qué rico!!

Yo: (casi sin poder respirar y mirando mi pico gotear) tú me tení’ así po, wn. La metí’ muy rico, siento que si me toco, acabo…estoy demasiado caliente, csm.

Carlos: (sin dejar de culiarme y con una sonrisa calentona) pero acaba po, wn, acaba con mi pico adentro.

Yo: (sorprendido) estai’ wn, no quiero acabar todavía, está muy rica esta wea.

Carlos: (riéndose y sin parar de bombearme) jajaja la verdad sí, wn. Tienes un hoyo exquisito, sobrino. Ya, pero igual voy a acabar ahora, me he estado aguantando porque está muy bueno esto, pero ya está amaneciendo, wn jaja.

Yo: (igual se mojado y con la voz entrecortada con el movimiento) jaja csm, verdad. Ya, pero acaba nomas, yo acabo después en el baño.

Carlos: (juntando mi cuerpo aún más al suyo) nah wn, démosle loh’ doh’.

En ese momento, ocurrió algo que jamás en la vida pensé o imaginé. Carlos, sin dejar de metérmela, se escupe la mano, agarra mi pico y lo empieza a pajear. Para qué les digo lo que sentí ahí, creo que aguanté como 1 min y me fui. Me salieron como 7 chorros, la leche me saltó para todas partes: guata, pecho, cuello, cara, en la cama igual. Yo creo que ese lo recuerdo como uno de mis top 5 en orgasmos, porque pensé que me iba a desmayar. Había acabado mientras mi tío no dejaba de clavármela, y al ver la intensidad de mi orgasmo, Carlos también anunció que iba a acabar. Aumentó aún más la velocidad y profundidad de las clavadas. Hasta que no pudo moverse más, y cayó rendido sobre mí. Yo sólo atiné a abrazarlo jajaja y quedarme ahí inmóvil para que ambos recuperáramos el aliento.

Luego de uno o dos minutos, Carlos me sacó el pico lentamente, y se sentó al lado mío. Yo me quedé unos segundos inmóvil para recobrar el ánimo, luego me levanté para buscar la toalla que había usado antes para limpiar todo la leche que me había caído por todas partes. Cuando terminé de limpiarme, le pasé la toalla a mi tío (que seguía sentado y agotado en la cama) para que hiciera lo mismo, ya que cuando cayó rendido sobre mí, se empapó con mi leche que yacía sobre mí cuerpo.

Mientras nos limpiábamos ninguno decía una palabra. En mi había un sentimiento de ganador, estaba totalmente satisfecho, pero igual sentía algo de vergüenza porque, indescriptiblemente, en ese momento recordé que la persona con quien había culeado toda la noche era mi tío. No sabía cómo iban a ser todos esos días que nos quedaban juntos, los dos solos. A esas alturas ya no necesitábamos la luz de la pieza ni la de la calle para ver, puesto que sin darnos cuenta ya había amanecido. De pronto él rompió el silencio:

Carlos: (poniéndose el bóxer y la polera) csm, me quedan como 2 horas nomas para dormir jajaj. Nos pusimos medios intensos.
Yo: (vistiéndome y parándome a su lado) jaja sí, la cagó. Menos mal estoy de vacaciones jaja. Estuvo weno, sí.

Carlos: (se sienta en la cama y me agarra el culo) sí wn, tienes un culito bastante aguantador, sobrinito.

Yo: jajaj es que está bien entrenado po, wn. Igual tení’ buen pico, me abriste entero.

Carlos: (soltando mi culo y acostándose) mmm sí algo. Bueno, de más está decir que esta wea es piola.

Yo: (caminando para subir a mi cama) ah obvio po, wn. Fue algo del momento…y tranquilo que no te voy a webiar ni nah.

Carlos: (ya tapado con sus frazadas) igual tenemos unos días pa’ repetir…o sea, si quieres.

Yo: (acostándome) obvio po. Hay que aprovechar que estamos solos jajaja

Carlos: jajaja erí’ igual de caliente que yo jajaja. Ya déjame dormir un poco.

Yo: jajaja de alguna parte lo debí haber sacado. Ya buenas noches, no hagai’ mucho ruido al levantarte sipo, wn…algunos estamos de vacaciones jaja

Carlos: jajaj culiao. Ya chao

Así dormí esa madrugada, feliz de haber tenido la mejor noche de sexo de mi vida hasta ese momento. Los días siguientes estuvieron llenos de sexo igual de desenfrenado. Culeamos todas las noches (y una mañana) hasta que llegaron mis papás y hermanos de su viaje. Luego de eso, nuestras ocasiones de sexo se redujeron bastante, pero no del todo. Igual habían oportunidades en las que culeabamos a escondidas en el baño de mi casa en las noches mientras todos dormían, o en su auto cuando salíamos a comprar algo (cosa que no era nueva, ya que antes de nuestro encuentro, regularmente, salíamos juntos a comprar o simplemente pasear). Pese a ser versátil, con Carlos siempre fui pasivo porque el siempre quiso mantener esa imagen de hombre hetero, macho, pecho peludo, pero en más de una ocasión, su propia calentura lo llevó a hacer cosas que ni él se imaginó que haría.

Ninguno de los dos levantaba ninguna sospecha, así que todo seguía normal. No creo que mi hermano sospechara de algo, porque jamás fuimos evidentes, y Carlos no dejó de ser atento con él, por lo que yo creo que también seguían culeando. Si era así o no, sólo quedaba en mi imaginación, porque nunca más logré presenciar otro encuentro entre ellos. No obstante, la respuesta a esa duda la obtuve muchos años después, cuando mi hermano y yo nos sinceramos. Porque…acá va una primicia que quizás no van a creer, pero que está llena de verdad…mi vida incestuosa no fue solo con mi tío, sino que también con mi hermano.

Espero les haya gustado esta segunda parte de la primera vez con mi tío. Hay más historias con él, obviamente, y quiero ver si puedo contarles una que otra más adelante, sobretodo algunas que son muy calientes y arriesgadas. Sin embargo, el siguiente relato se enfocará en mi relación con mi hermano mayor.

¿Te gustó el relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 5 / 5. Recuento de votos: 55

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

/ / / 🇨🇱 Chile / 🌈 Gay

🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥

Recibe los mejores relatos directamente en tu celular

IR AL CANAL DE TELEGRAM
💬 Escribe un comentario

2 Comentarios

  • Desconocid022
    abril 13, 2025 a las 6:49 pm

    Wow, que buenos relatos, ya quiero leer la siguiente parte, yo igual tuve mi primeras experiencias con mi tío.

  • Anónimo
    septiembre 14, 2025 a las 6:17 pm

    Por favooooooor necesito más relatos me.fui cortado como 4 veces 🥵😈🫣

💬 Deja tu comentario

×

Reportar Relato

SALTAR AVISO