Viaje de estudios – Parte I

Esto pasó hace harto rato ya, en el verano del 2019 cuando fuimos de gira de estudio con mi curso a Bariloche.

Mi colegio originalmente era de puras mujeres y mi curso era como la segunda generación que partía con hombres, entonces éramos 9 hombres y 30 mujeres en mi curso. Yo salí del closet en octavo y tuve la suerte de que mi curso fue bastante apañador al respecto y nunca me molestaron en mala. Cuando ya íbamos por tercero medio las hormonas iban subiendo y en verdad mis compañeros eran todos medios pavos y bajo perfil.

La cosa es que empecé a tener más confianza con algunos compañeros y ellos me preguntaban harto sobre cómo me gustaban los minos, qué me gustaba hacer en el sexo, qué me gustaba que me hicieran, cómo me gustaban los picos, etc. Era mucha curiosidad porque me consta que no conocían a más hombres gay y siempre noté que también había un poco de morbo de imaginarme haciendo todo lo que relataba. Prontamente, esa confianza también se volvió física: me pegaban nalgazos (siempre he sido bien culón jajaj), me tomaban en koala, me trataban bonito y me joteaban en broma. Y yo, ni weón, claramente disfrutaba de eso y también les seguía el juego: me sentaba en sus piernas, les hacía cariño en el pelo, les decía «papi» o «bebé», los abrazaba, etc. Y en verdad yo nunca pensé que nada de eso iba a pasar a mayores, principalmente porque todo era un poco juego e insisto en que los cabros eran bien pavos, pero ahí estaba yo pervirtiéndolos jajaja

Todo esto alcanzó su peak en el viaje de estudios, donde no me pesqué a 1, ni a 2, sino que a 3 en una misma noche. Llegamos a Bariloche y eran dos piezas para los hombres, una de 4 y otra de 5. Yo quedé en la pieza de 5 con los tres weones más fomes y ñoños del curso y el Pato, que me caía súper. El Pato era 1 año mayor y se incorporó al curso en primero medio porque quedó pegao. Era como trigueño de piel, el pelo castaño claro y medio mecha de clavo, así que lo solía llevar cortito. De cuerpo era un poco gordito, pero más bien maceteado porque jugaba tenis, entonces tenía igual buenos músculos. En las duchas del colegio era el más desinhibido, el único que andaba como si nada sin toalla y era porque tenía un buen pedazo de pico y unos cocos que le colgaban harto jajaj.

Luego, en la pieza de 4 estaba el grupo de los wenos pal webeo y con quienes me llevaba mejor, pero como ellos ya eran un grupo quedaron en la pieza juntos. De ahí nos interesan dos: el Pipe y el Nico. El Pipe era como el wachito rico del curso, era medio rubio, ojos verdes y era muy muy preocupado de su físico. Tenía calugas, unos brazotes, buenas piernas y un potito no tan grande pero muy paradito y redondito. Ese weón era el más pasado pa la punta conmigo, me pegaba nalgazos fuerte, me punteaba «en broma» y siempre me hacía insinuaciones. Yo igual le coqueteaba harto y él se dejaba, a veces se acostaba de espalda encima mío y yo le hacía cariño en las calugas por debajo de la polera y él feliz. Una vez de webeo le metí un poco los dedos en el elástico del pantalón para ver cómo reaccionaba y se río y lo bajó un poco, dejándome ver sus vellos púbicos. Yo le dije «aaaah, te gustaría que te corra la paja, amanerao» y lo corrí pal lado. Era esencial mantener el joteo como webeo para calentarles más la sopa.

Por otro lado, el Nico era el más piola de ese grupo y quizás por eso era el más me gustaba. Era bajito, pelito castaño, también ojos claros y tenía muy lindo cuerpo, no musculoso, pero en forma y con buenas piernas y buen poto. Lo que más me gustaba es que era bien peludito, fue al primero que le salió barba y tenía pelito en el pecho y unas piernas peludas demasiado ricas. El Nico rara vez hacía lo de los demás, pero era el que más me preguntaba cosas, a veces se ponía rojo con mis respuestas, muy tierno jajaj.

Ahora, yendo a la noche de los hechos, todo fue la última noche del viaje. Nos pusimos de acuerdo para que el Pato fuera a comprar copete porque como había quedado pegado era el único mayor de edad e ibamos a carretear en la pieza de una de nuestras compañeras. Llegamos de cenar y el Pipe me pide si puedo ir a su pieza a sacarle las cejas para estar bonito y ver si lograba agarrarse a alguna de mis compañeras. Voy y estaban los otros cabros arreglándose para el carrete y el Pipe estaba a medio vestir, con pantalones y sin polera. Se acuesta en su cama y yo me siento al lado para sacarle las cejas, pero le digo que estoy incómodo y me dice que quizás es mejor si me siento encima de él. Yo le respondo «erís bien aprovechador, pero bueno» y me siento como vaquero, con todo mi culo en su paquete y los demás cabros nos molestan con un «uuuuuy» y yo les respondo que no se pongan celosos y que saquen número pa la depilación de cejas.

Ahí sentado, muy en la piola pa que los demás no cachen, me empiezo a mover en círculos y al Pipe se le para al toque. Yo sigo como si nada, moviéndome mientras le saco las cejas y cacho que el Pipe se pone rojo.

“¿Estay bien? te pusiste rojo», le digo
«Sí, sí, tranqui»
«Ah ya… si igual parece que te gusta esto»
«¿Qué cosa?» me responde nervioso
«Que te saque las cejas po» y le guiño un ojo
«Sí, se siente rico y no me lo hacen tan seguido» y se ríe.

El wn tenía el pico semiduro y yo le hacía harta presión con el culo mientras le sacaba las cejas. Hacía como que no veía y me acercaba más, con una mano ocupaba las pinzas y la otra mano la tenía apoyado en sus pectorales. En una caché que no estaban mirando los demás y le hice cariño en las tetillas con la otra mano y él se rió y me hice un gesto con la cara como de «ya po córtala».

Terminé de sacarle las cejas, me salí de encima y él rápidamente se sienta para disimular su erección. Me despido de los cabros y me voy a mi pieza a terminar de arreglarme. Pasó como 1hr y fuimos casi todo el curso a la pieza de mis compañeras y empezamos a tomar y jugar las típicas weas como cultura chupística, la pirámide, cuarto rey y yo nunca nunca. Después ya estábamos todos bien cocidos y nos pusimos a bailar todos apretaos, yo muy webeando con mis compañeras, piquitos por aquí y piquitos por allá con mis amigas y caché que el Pipe me miraba mucho cuando estaba con mis amigas.

«¿Qué wea? ¿También querís un piquito?» le digo al Pipe, picándome a choro de broma y también coqueto
“Seguuuuro po»
«Se te hace, te apuesto»
«No, pero na que ver po»

Y ahí mis amigas empezaron a gritarle «Se le hace! Se le hace!» y le digo «Viste que erís perón, apuesto que no te atrevís ni a bailar conmigo» y me dice «yaaa oh, ven pa’cá» y nos ponemos a bailar Por Qué Te Demoras de Plan B. Ambos bien curaos, yo le pongo los brazos alrededor del cuello, él me agarra de la cintura y nos pegamos harto. De ahí me doy vuelta y este weón me empuja pa la pared y me empieza a perrear, punteándome ahora con el pico duro. Ahí una amiga me hace la segunda y apaga la luz de la pieza y todos gritan E E E y bailan. Yo me calenté al toque con este weón y con mi mano le agarré la nuca y él quedó con su cabeza en mi cuello y me mordió. Estaba en mi salsa con este weón punteándome y yo restregándole el culo hasta que una compañera que me caía medio mal nos empieza a webear con el típico uuuuuuuy y este weón se atrapa, se sale y tira la talla diciendo «pa que vean que no se me hace». Carla culiá, nunca te voy a perdonar que me hayas cagado uno de los mejores perreos de mi vida jajaja

En fin, seguimos tomando hasta que en un momento el Pipe dice que irá a buscar una wea a su pieza y yo digo que aprovecharé de ir a buscar mi cargador. Salimos los dos y le digo que me acompañe a mi pieza y después yo lo acompaño a la de él. Entramos piola a mi pieza, miro rápido y hay solo un compañero roncando y dije esta es la mía. Rápidamente entro al baño que está dentro de la pieza, tironeo al Pipe del brazo y lo entro también al baño, lo pego a la pared y le chanto un beso. Él me aparta y yo me asusto. «La cagué», pensé.

Pasan unos segundos que se sientieron como una eternidad donde el Pipe me mira atónito y me empuja hacia la pared contraria del baño. Yo genuinamente por un momento pensé que me iba a pegar, pero me agarra del cuello y literal me come la boca.

Estuvimos agarrando unos minutos a lo desquiciado, de esos agarres donde quedai lleno de baba pero es rico. En un momento rodeo al Pipe con mi pierna y lo acerco más a mí y siento todo su pico punteándome en la pelvis. Lo alejo un poco, me pongo de rodillas y me acerco a su paquetote mirándolo a los ojos. El Pipe me agarra del pelo y me hunde la cara en su entrepierna y yo aspiro todo ese olor a sudor de carrete, incluso por encima del pantalón, qué wea más rica. Estando ahí le agarro el poto para hundirme más profundo y le mordisqueo el pico por encima del pantalón. Me alejo nuevamente y le abro la boquita, indicando lo que quiero.

Él se baja el pantalón y deja salir su pico, piola en largo, pero grueso y venoso y con olor a macho a morir. Me acerco y me hundo en sus pelos, oliendo y pasando mi cara por su pico. El Pipe me agarra el mentón y me apreta la cara para que abra la boca, pero antes de que me ponga el pico le digo

-«Escúpeme“ y me mira sorprendido
-«¿Te gusta eso?»
-«Me encanta»

Y me suelta la cara para tirarme del pelo y ponerme cabeza hacia atrás, dejando caer lentamente un hilito de baba que recibo con la lengua afuera. Él me mira con un cara de caliente brutal y sin soltarme el pelo me empieza a pegar con el pico en la lengua y me lo mete de una hasta el fondo de la boca. Me da una arcada porque me tomó por sorpresa y me alejé un poco empujando su pelvis con mis manos, pero al tiro yo me lo volví a meter entero, sin arcadas, quedando con mi nariz metida entre sus pelos. Le agarro su culo para indicarle que me culee la boca y entiende perfecto, convirtiendo mi boca en el hoyo perfecto donde meter su pico. Yo chupaba y chupaba como si no hubiera mañana y le apretaba sus muslos musculosos pidiendo más.

Empecé a salivar un montón de lo bruto que estaba siendo y la respiración del Pipe se agita más y más, hasta que me agarra la nuca con ambas manos y siento como una carga enorme de semen me llena la garganta. Era demasiado, por lo que me atoro y me intento salir, pero él con sus manos me apreta más y más contra su pico y me dice «trágatela culiao» y me la tragué. Me suelta la cabeza y le pego una última buena chupada para dejarle el pico limpiecito. Me paro y justo suena la puerta de la pieza.

Nos cagamos de miedo y en un dos por tres me limpio el hocico, el otro se sube los pantalones y tocan la puerta del baño. «Estoy que me meooo, apura la causa», era el Pato. El Pipe me mira como preguntando qué hacer y con un gesto le digo que salga rápido no más y filo. Pone cara de angustia y abre la puerta y sale hecho un peo y el Pato lo mira confundido, me mira a mí y yo le digo «quédate piola wn porfa» y se caga de la risa y me dice «la media volá jajaj ya sale que quiero mear».

Vuelvo a la pieza de mis compañeras y el Pipe no estaba. Yo sigo carreteando, el Pato me miraba riéndose y yo le echo la choreá de broma, yo sabía que podía confiar en él. Después como de una hora el Nico me pregunta si he visto al Pipe y le digo que no, que se debe haber ido a acostar y me dice que lo irá a ver y lo acompaño, a lo cual se suman los otros cabros de la pieza del Pipe. Llegamos y ahí estaba el Pipe acostado pero despierto, diciendo que le duele la cabeza y que ya se quiere dormir y los demás cabros dicen que apañan a acostarse, menos el Nico, que me pregunta si yo quiero bajar donde mis compañeras y seguir carreteando y le digo que sí.

Cuéntenme qué les pareció para ver si sigo con la parte dos, porque la noche fue larga y rica jajaj