Quiero probar tu comida
Con esto de la pandemia mi actividad sexual ha sido nula, pero un día la calentura ya era mucha así que busqué a alguien confiable y que no estuviera expuesto a mucha gente para disfrutar un poco, aunque fuera un poco de sexo oral.
Pues fue así como mi colega (el informático) al cual se le marca mucho el pene fue quien me ayudó en esta difícil tarea. Avanzó la mañana y le solicité que me acompañara a mi oficina a dejar unas cajas con Tonner para la impresora, él muy amable accedió, fue en ese momento que al salir de la bodega sentí un leve roce por mis nalgas. Le di las gracias por ir a ayudarme y le pedí que se sentara en la mesa que necesitaba probar algo; él accedió (a todo esto ya habíamos tenido sexo hace unos años atrás), que quieres hacer, cumplir una fantasía solo eso, le desabroché el cinturón, luego el pantalón, para seguir con la cremallera, hasta llegar al slip rojo que andaba trayendo; a esa altura ya estaba erecto su pene negro, grueso de unos 15 centímetros; en ese momento lo miro para ver su reacción y nada, comienzo a hacerle sexo oral, fueron unos 5 a 10 minutos hasta que lo llamaron por teléfono, solo de su boca salió un “No lo vuelvas a hacer por favor nos pueden pillar”.
Hasta ahí yo estaba pagado, había sentido un pene en mi boca y quería saber si continuaba vigente y no había perdido la práctica; se acercaba la hora de irme, eran más menos las 12:45 porque trabajaba hasta las 13:00 y tocan la puerta; “pase” grito desde mi oficina que ha todo esto es la última, ingresan y él había vuelto por más. “Termina lo que comenzaste, me tienes en las nubes¨, no diga más y me fui directo a continuar con mi trabajo, trabajo que ha todo esto fue un poco extenso, cerca de unos 20 minutos solo haciendo sexo oral, entre tanto lo masturbaba, le lamía los testículos para volver a meterme todo su pene a la boca. En un momento me dice hazlo con la mano y la boca, que me tienes a punto de que acabe; no diga más, no fueron ni dos minutos de eso cuando tengo toda su leche sabrosa, espesa, blanca en mi boca.
Terminado mi trabajo escucho, “esto fue aquí y ahora nunca más se va a repetir y será otro secreto entre ambos”. Yo sabía que le había gustado y que lo que me decía no lo iba a cumplir. Claro no se cumplió, estuvimos así casi todas las semanas pero estas veces él llegaba a buscarme, de hecho no tan solo fue en mi oficina si no en la de él igual. Desde esa vez todas las semanas mi amigo y colega me nutría mi boca, rostro y abdomen con su leche.
Pasó mi cumpleaños y mi regalo fue un velón, ven me dijo, quieres que disfrutemos juntos tu regalo de cumpleaños, un anillo en su verga, lo que hacía que se viera más gruesa, yo feliz disfruté mi regalo.
Llegaron las vacaciones de invierno y no nos vimos hasta que esta semana retomamos las labores presencialmente; el día martes nos vimos y se notaba que andaba caliente y lo único que quería era que nos encerrásemos en mi oficina, solo le toqué por encima del pantalón su verga que quería puro salir. El miércoles fue lo mismo, solo que al venirme a casa me pasé a calentar un poco a la estufa, y él estaba ahí y me dice que te estas calendando?, la Comida (mis nalgas) le digo riendo, mmmm debe estar rica la comida entonces. Hay quedé un poco paralizado porque nunca se había pronunciado a tener con respecto a mi comida jajaja; así que nada me fui ya caliente con lo que me había dicho, pero para más mala suerte mía tuve que volver a su oficina a buscar mi chaqueta, cuando entra todo agitado y me dice; volviste para que prueba tu comida, Jajajaja estás loco le dije, me esperan unas colegas en el auto. Y cerré la puerta y me vine.
Quedé con la bala pasada, que se insinuara así era extraño pero me sembraba la maldad y la duda, así que ayer (jueves) me dispuse a que pasara todo lo que tenía que pasar, me preparé para la ocasión, fui a depilarme dentro de los glúteos (el día anterior) y me puse un poco de ropa sexy que sabia que le calentaba.
Llegué al colegio pensando en que momento se me insinuaría nuevamente, no lo hizo en todas las oportunidades que estuvimos a solas, pero si lo hizo en un momento ya cerca de la hora de marcharse, durante lo que hacíamos le pegué unos papeles que decían peligro sobre la ropa, pero a la altura del pene. Él respondía con lo mismo pero hacia mi trasero (este si que es peligroso decía), ya pasamos así cerca de dos horas. Hasta que finalizó lo que estábamos haciendo y me voy a mi oficina, ya a esa altura todo el mundo se había ido. Llega mi socio muy caliente, con decir que la puerta la tenía con pestillo, pero todo muy bien cerrado. Ya le digo, a lo que venimos, ha pasado mucho rato de nada de nada, sexo oral por un buen rato, luego me dice ya dame esa comida que le tengo ganas de hace mucho rato, y de un cerrar de ojos le coloqué el preservativo y chum para dentro, disfruté ese sexo como nunca antes por el simple hecho que era mi colega-amigo, estábamos en el trabajo y el morbo de que alguien nos encontrara más me calentaba, lo cual hacia que mis movimientos aumentaran. En ese instante me comenta, no te muevas que me vas hacer acabar, me detengo y me apoyo guata a la mesa, fue en esa pose que descargó toda sus bendiciones en el preservativo con un gemido de placer, solo que esta vez al irse dice, no fue tal cual como en mi sueño, pero estamos al debe. Con eso me dejó claro que se vienen más encuentros en mi oficina, encuentros que anhelo, deseo y disfrutaré.
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