Mi amigo Anibal

Como cuento todo esto, que paso hace ya varios años. Estábamos nadando en la piscina de su casa. Acostados sobre una toalla él se acercó y con las dos manos cubrió mi pene y me comenzó a apretar. En pocos minutos estaba a la alerta, duro y el me agarraba fuertemente y me sobaba y me besaba la verga dentro de la calzoneta.

Con un esfuerzo logré que mi verga se saliera por delante de la calzoneta y se puso a besarmela y lamermela y chuparmela. Le pregunté si le gustaba y me dijo que si, que lo había hecho con uno de los mozos de su finca. Después de unos minutos más se me escapó el semen y él se lo chupó todo.

Nos volvimos a la piscina y viendo que la sirvienta no andaba por allí se me acercó y me besó en la boca. Un largo beso, y me dijo que queria ser mi novio. Nos besamos más, y me dijo que queria que yo le agarraga le verga. Él se quitó la colzoneta y se sentó en la orilla y yo me meti dentro de sus piernas y tomandole la verga en las manos me puse a mamar. Entre más mamaba más me gustaba, su verga dura en mis manos y en un como estornudo se soltó el semen y me lo tiró en la cara.

Le admiré la verga por un minuto, y se dejó caer en la piscina, se puso la calzoneta y me invitó que subiéramos a su dormitorio para poder coger a gusto. Una vez arriba, le puso el pasador a la puerta para que la sirvienta no nos molestara. Nos desnudadomos en su cama, los dos recien secados de estar mojados, me pidio que le lamiera el culo, le pregunté porque y me dijo porque el era el hombre y yo iba ser la mujer, y que le lamiera el culo y no dejara de hacerlo hasta que me dijera parar.

Nunca imaginé que rico era lamer el culo, tan rico que no podia parar. Con la mano le agarré la verga y se la jale y se le paro dura hasta que me dijo que dejara y que pusiera como una mujer para que me pudiera coger. Le abri las piernas y se metió en medio y con su mano apunto su pene al ojo de mi culo. Te va doler, me dijo, pero acordate que sos la hembra. Y así con sus esfuerzos logró meterme la verga. Si hay dolor pero más que eso hay placer, y que rico sentí con su verga adentro.

Sos mi hembra, me dijo, y le contesté que si, que me dijera lo que quería y yo lo hacía. Cogimos así por esos momentos hasta que se le fue la corrida y me llenó el culo de semen. Me puso de estomago y me dijo que abriera las piernas y me lamió el culo.

Cuando bajamos a la cocina la sirvienta nos pregunto que tanto hacíamos y le dijimos que nos pusimos a leer chistes y que nos hiciera un chocolate caliente.

Así fue entonces como mi amigo Anibal se hizo de macho y a mi me tocó ser la hembra, y toda vez que teníamos la oportunidad le mamaba la verga, y me hacía de hembra, él se montaba y me cogía. Pero, la verdad es que cuando me decía le lamía el culo, que eso como me gusta. Ahora que ya estamos de hombres maduros, con esposas y casas y negocios que atender solo nos quedan los recuerdos de esos días de juventud.

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