Con mi compadre – Parte II

Antes de que terminaran las vacaciones, fuimos a caminar por una quebrada, muy típica en la zona del litoral central, fuimos solos, yo creo que ambos teníamos la intención de que sucediera algo, pero ninguno lo dijo previamente. Llevábamos un buen sendero caminando, cuando nos sentamos a descansar, entremedio de unas ramas de árbol que generaban un cierre había un completo silencio, solo el sonido del viento en los árboles.

Estábamos recuperando fuerzas y la respiración por la caminata, por lo que bebí un poco de agua de una botella, de paso le dije si él quería y la recibió, pero me toma la mano. Ese día hacía calor, estábamos sudados y sedientos, el sentir su mano en la mía, me impulsó a tomar una decisión acercándome a él y nos empezamos a dar un beso. Nos besamos profunda y fogosamente, nos tocábamos la cara mientras nos besábamos y comenzamos a de a poco a experimentar en carne viva lo que nuestros cuerpos querían, en ese momento no había alcohol ni marihuana, solo el deseo de aquel descubrimiento que había sucedido hace un par de noches atrás, un sabor nuevo, un placer nuevo.

Lentamente, comienzo a bajar la mano por su pecho y llego directo a sus huevos, los tomo con la mano por encima del short y comienzo a manosearlo, donde siento que su pico se estaba poniendo duro y el mío también, con los dedos me meto por encima de su short y meto la mano dentro de su bóxer, sintiendo ese pico que estaba doblado y esperando acción por lo que lo tomo y comienzo a pajearlo lentamente, esta vez abro los ojos mientras nos besamos y veo lo que tengo en la mano, nada menos que un pico, el pico de mi compadre. No me resisto y lentamente me fui agachando (estábamos echados en la tierra) hasta comerlo, me meto su pico en mi boca y tenía un fuerte olor a sudor, pero también a hombre, ese olor me obligó a saborearlo todo y comienzo a lamer su pico desde la base de los cocos hasta el glande, Pablo solo decía: sí, por lo que cada movimiento de mi boca era interrumpido por un sí lleno de morbo, comienzo la tarea de chupar su pico, tenía mucho semen que lo lubricaba y se formaban hilos de moco mezclado con mi saliva lo cual francamente era exquisito. Continuando con una mano sostengo sus bolas y comienzo a acariciar el camino que va hacia el culo, Pablo solo se retorcía del placer de mi mamada y las caricias que le daba, hasta que me sube la cabeza para besarme y me dice que le encanta lo que hacemos, el muy caliente comienza a bajar por mi cuello con dulces besos, me subo la polera, la coloco en el cuello y empieza a besarme el pecho, mis tetillas y mi abdomen, llegando a mi pico rápidamente sacándolo completo, me dice que lo encuentra hermoso, pues no tiene piel, comenzando a tragárselo completamente, haciendo un breve recuerdo a lo que era una garganta profunda, me pasa la mano por el cuerpo, chupa mi pico y mis bolas, con la saliva que genera al chupar me va tocando el hoyo, me acomodo bien y se siente una sensación muy placentera que me gustó muchísimo.

Yo: Sigue. Él lo hace.

Lentamente, comienza a tocar mi hoyo con sus dedos por fuera rodeando, siento que sabe lo que hace, lo que me provoca mucho placer, quiero que siga y no se detenga, mi pico se siente muy duro, por lo que quiero que no se detenga y que lo haga más rápido, le tomo la mano que tiene puesta en mi hoyo y le hago presión para que siga, Pablo entiende la tarea y comienza a meter un dedo, lanzando un grito de placer y de dolor, pero era mayor el placer, Pablo me besa, me mira y sigue metiendo su dedo en mi culo, empieza a moverlo hacia adentro y hacia afuera, mientras su lengua juega con la mía, luego me acomoda hacia atrás y se baja para darme un beso en el hoyo, no sé cómo explicar la sensación que recorría mi cuerpo, el sentir su lengua tratando de meterse en mi culo era lo más excitante que había hecho en mi vida (mi vida sexual había sido 100% hetero y había hecho de todo en varios lugares, pero esto nunca) Pablo se agacha completamente, me come el hoyo a besos y lengüetazos por lo que yo solo atiné a tomarle la cabeza con las manos y ejercer más presión en mi hoyo mientras gritaba de placer, Pablo sacaba la cabeza solo para respirar y seguía en lo suyo, cada tanto me tocaba el pico y me corría la paja lentamente, pero el mayor placer estaba en su boca, yo sentía que mi hoyo se abría, hacía presión hacia afuera y sentía que se abría más, Pablo me decía cosas, no entendía bien que era, ya que estaba concentrado en el inmenso placer que sentía, luego se acomoda de rodillas y empieza a puntearme el hoyo.

Yo: mételo porfa, quiero sentirte dentro de mí y quiero que me llenes de leche.

Pablo lo hace inmediatamente y siento un profundo ardor en mi hoyo, me dolía, intenté correrme hacia atrás, pero lo volví a intentar, Pablo volvió a meterlo, pero esta vez no me moví y él no lo sacó, segundos después el dolor cambió y comencé a sentir placer, ahí Pablo me toma de las piernas y empieza a meterlo, el sonido de la lubricación de mi hoyo y su pico mojado hacían que sonara rico y eso me calentaba aún más, me sentía diferente, quería sentir que me daba duro, quería que no se acabara esa sesión de sexo, estuvimos así culeando un rato, no sé cuánto, Pablo me empieza a follar fuertemente y siento que voy a eyacular sin siquiera haberme tocado, esa sensación generó algo en el pico de Pablo y se fue dentro mío, luego se acuesta sobre mí y nos besamos, cuando lo sacó sentí un vacío, extrañaba ese pico dentro de mí.

-Yo: es rico esto.
-Pablo: si Benja, me gusta hacerlo contigo, es como que nos conectáramos a otro nivel.
-Yo: sí, siento lo mismo, no puede ser que hayan pasado tantos años sin probarnos.
-Pablo: jajajaj, seguiremos haciendo esto?
-Yo: si quieres, me gusta esto, me gusta que sea contigo.
-Pablo: a mí también.

Y nos besamos nuevamente, nos subimos la ropa y bebimos algo de agua.

-Yo: vamos?

Y empezamos a caminar en reversa del sendero, ahora hacia arriba. Llegamos a la casa cansados, nuestras mujeres habían ido a la playa con los niños, así que estábamos solos, me senté en el sillón y ahora fue Pablo quien se acerca con intenciones, me baja el traje de baño y me empieza a chupar la verga otra vez, yo estaba echado hacia atrás mientras Pablo se la tragaba toda, me sacó hasta la última gota de leche, luego nos fuimos a duchar y llamamos a las mujeres para ir a buscarlas, bajamos en mi auto, se habían llevado el auto de Pablo, en el camino Pablo toma mi mano, fue raro hacer algo que ambos hacíamos con nuestras esposas.

Llegamos a la playa, jugamos un rato con los niños y después nos metimos al agua, luego fuimos a comprar para la once e hicimos completos, ya que al día siguiente ellos volvían a Santiago, pero yo me quedaba unos días más. Cuando llegamos a Santiago, al siguiente fin de semana, estaba de cumple su esposa, así que tuvimos carrete. En un momento nos quedamos solo en el patio mientras fumábamos un cigarro en donde me dice:

-Pablo: Tengo ganas de estar contigo.
-Yo: yo también, pero no es posible aquí.
-Pablo: y si vamos a acampar un fin de semana? Y pasamos solos unos días, no sé, una vez al mes.
-Yo: me parece una buena idea, pero te voy a hacer mierda el hoyo a cachas.
-Pablo: sonríe y dice, tenemos que ver las cosas, carpa, sacos de dormir, comida.
-Yo: todo lo tenemos y nada de eso necesitamos, solo necesitamos estar solos, te deseo caleta Pablo.
-Pablo: y yo a ti Benja.

Ahí acordamos lo que sería una gran aventura, quedamos en salir una vez al mes, solo faltaba indicar cuándo iríamos y a donde. El viernes en la noche, en su moto, nos fuimos al cajón del Maipo.