Con mi compadre – Parte III
Ese viernes quedamos de irnos después de la pega, yo salgo a las 15.30 y Pablo a las 16.30. Llevé una mochila con poca ropa y harto copete. Pablo llevaba todo lo necesario para acampar en la moto.
Me pasó a buscar a la oficina y nos fuimos camino a Baños Morales, en Cajón del Maipo. Por el camino iba bien abrazado a Pablo, pues siempre me han dado miedo las motos, debido a que un amigo murió hace años y les tengo pánico. Nuestros cascos chocaban cuando frenaba o aceleraba. Sentía miedo de caerme, por lo que Pablo me dice que lo abrace fuerte, además así, era más tierno. Llegamos al lugar y encontramos un lugar acondicionado para acampar, era un camping, así que teníamos luz y baño.
Pagamos el arriendo del espacio y procedimos a levantar carpa. Después se haría literal, pero para allá voy jajajaja. Una vez que armamos la carpa para dos personas, salimos y Pablo me abraza fuerte y nos damos un beso, ese beso despertó toda la pasión contenida de estas semanas sin vernos.
—Ya calmao, tengo hambre. Hagamos el asado y después comemos más carne— Le digo utilizando doble sentido mientras me agarro el pico.
—Wenaaa wn. Andai prendido parece.
—falta aún, tomemos algo mientras asamos la carne.
Sacamos la bolsa de carne y unas longas. pusimos las chelas encima de la mesa y abrimos una mientras hacía el asado, abrazo a Pablo por detrás y lo comienzo a acariciar.
—Te acordai cuando lo hicimos en la quebrada? Parece que la naturaleza es testigo de esta historia, Pablín.
—Cómo olvidarlo pos Benja. Cada momento contigo ha sido rico.
—Oye y hai tenido algo de nuevo con la Vale?
—Puta, sí, hay que cumplir, ahora anda ganosa. Cacha que la semana pasada lo hicimos tres veces wn. ¡Con confe y todo!
—Mira wn… ¡Que buena! Yo sigo igual. Sequía, lo hicimos una vez, pero más encima fue penca, nos interrumpió la Ema, que estaba tosiendo y no terminamos. Terminé en el baño pensando en voh po ql.
—Washitoooo Rico, no haber estado ahí para recibir su leche. Se lo hubiera chupado todo!!
—Jajajajaja wn, me cortai cuando te poni así.
—¿Por qué Benja? Hemos hecho de todo, estamos acá para hacer de todo sin que nadie nos moleste y, ¿ te da cosa wn? Nadie te obligo a venir y la idea fue tuya po weon.
—Da vuelta la longa, se está chorreando.
—¡Ah chucha!!
—Si sé —Le digo—, si no es eso. Es que aún no me acostumbro a esto. Puta, quiero puro estar contigo Pablo, pero, siento que estoy engañando a la Sole. Es lo mismo que si fuera con otra mina, pero eres tú po weon; mi amigo, mi compadre; otro hombre.
Siento que en ese momento me empieza a dar una crisis de angustia. Me falta el aire, empiezo a gritar y a decir weas incoherentes. Pablo me abraza de frente, pone su mano en mi pecho y hace presión.
—Respira Benjita, respira. ¡Eso!
—Ya, si estoy bien —Al ratito le digo—,, es que de verdad me angustia esto.
—Yo también pienso en esto cada día y… ¿Sabí que es lo único que pienso? Que quiero seguir haciendo esto contigo, esto me emociona. Weon, el otro día estaba en una reunión y estaba pensando en ti, una señora que trabaja conmigo, me dijo “anda como más feliz usted don Pablo”, y la dura sí, wn, ando más feliz. Me siento pleno contigo, ¿cachai esa wea? Con la Vale ya no me siento así.
—Pero igual hai tirado con ella po.
—Y tú con la Sole po wn. yo también podría ponerme celoso.
Y ahí caché… ¿Estaba celoso?
—¿Celoso yo?
—¿Ah no??
—No po… ¿De qué?, ¿De ti?, ¿De nosotros? Si no estoy na enamorado po.
—Nadie está hablando de amor Benja… No creo que eso sea lo que siento. Yo amo a la Vale, pero voh me llenai, amo a mi familia, no los cambiaría por nadie, pero voh llenai ese vacío que tengo hace años pos.
—Me pasa lo mismo —Le digo.
—Viste Benjita, tan viejo y tan enrollado ¡Relájate! Traje una motita pa que le pongamos bueno. ¿Queri?
—Ahora no Pablo, pero, en seguida. Voy al baño —Agrego. Al salir del baño el olor a carne me llama.
Empezamos a comer de la parrilla y nos hicimos unos choripanes con mayo y ketchup; estaba cagao de hambre. Después nos sentamos en la carpa a tomar y a fumar, conversamos de todo, de nosotros, de otras cosas, nos fumamos la mota y nos cagamos de la risa y de pronto nos dimos un beso.
Estábamos sentados frente a frente, basándonos en la entrada de la carpa, nos acomodamos y Pablo se sube encima mío a besarme. Nos besamos así caleta de rato, como cuando uno es adolescente y solo se besa con la penca bien dura. Pablo me levanta la polera, yo le saco su polera, nos abrazamos de nuevo y seguimos besándonos. Nos besábamos el cuello, la oreja, el pecho, Pablo me besaba las tetillas y pasaba su lengua. Podíamos hacer todo el ruido que quisiéramos, pues no teníamos vecinos. Estábamos solos en el camping.
Ambos comenzamos a disfrutar el momento. Nos desabrochamos el pantalón, quedamos en boxer, que no duraron nada puestos, Pablo se sienta sobre mí y toma su pico con mi pico y comienza a tocarlos, los junta y con una mano nos pajea. Fue una sensación nueva, nunca había tenido un pico con mi pico. Mientras movía su culo hacia adelante y atrás en mis piernas, yo tocaba su pecho, sus tetillas.
Nos mirábamos con cara de extasiados, de calientes, queríamos más, mucho más que estar juntos cada 30 días o hablarnos por mensaje diciendo que estábamos pensando en el otro para después borrar esos mensajes.
Dentro de la carpa se sentía calor, estábamos desnudos acariciándonos completamente. Nos besábamos y Pablo retomaba nuestros picos y repetía la tarea, se levanta un poco y pasa mi pico por debajo suyo, se mete automáticamente en su raja y con una mano comienza a pegarse tulazos. No hubo necesidad de dilatar ningún hoyo, pues todo lo que hicimos ya lo tenía listo. Toma mi pico con su mano y lo pajea de arriba a abajo para esparcir el semen que ya empezaba a lubricar mi glande, lentamente lo pone en posición de entrada al hoyo y empuja, se levanta un poco y toma aire, sentándose lentamente, repite el movimiento dos veces más hasta que entra todo.
—Aaaaahhhhhh…. —Suelta Pablo y siento que mi pico está dentro de una forma muy caliente, apretada, pero con la forma de mi pico.
Empieza a moverse de arriba hacia abajo lentamente apoyando sus manos en mi pecho, se recuesta un poco y nos comenzamos a besar. Mis manos recorren su espalda ancha, lisa, sudada y llegan a su culo, tomó sus cachetes y los separó un poco abriendo el hoyo y mi pico entra completo.
Nuevamente se escucha un gemido, pero esta vez fue de los dos. Bajo un poco mis manos y las pongo en sus piernas por debajo, levantándolo levemente e inició unos movimientos más rápidos y profundos, Pablo se endereza y levanta los brazos, disfruta las embestidas tanto como yo. Me detengo un poco y Pablo se comienza a mover en círculos, luego hacia arriba y abajo, adentro y afuera, los cocos parecen que quieren entrar de tan profundo movimiento. Seguimos así un buen rato.
—¿Lo disfrutas? —Pablo pregunta
— Demasiado ¿y tú?
—Que wea más rica Benja. Que rico es tu pico, lo siento bien adentro. Sigue, no pari.
Y seguimos culeando, ahora Pablo comienza a saltar arriba mío, sus cachetes golpean mis piernas y el sonido es maravilloso.
—Me voy, no aguanto más, le digo.
Pablo se separa los cachetes un poco y empieza a moverse hacia adentro y afuera, dándole profundidad a la penetración. Siento que llego al orgasmo y eyaculó en su interior. Pablo no se queda quieto, sigue moviéndose con más energía, en eso toma su pico y comienza a pajearse, saltando un chorro grande de leche. Nos quedamos unidos por un momento, no quiso bajarse y yo no quería que se saliera, me encantaba tenerlo ensartado en él y sentir como mi semen me mojaba saliendo de su culo.
Luego Pablo se baja y se recuesta al lado mío, nos abrazamos, nos besamos, nuestros cuerpos sudaban y exudaban placer. Sin darnos cuenta nos dormimos.Despertamos a media noche del frío, cerramos la carpa y nos tapamos con el saco de dormir que habíamos unido.
Nos despertó un temblor al amanecer, hacía frío y quería mear. Salgo a un árbol y Pablo me sigue luego, ambos en pelotas, meamos y nos besamos. Encendimos la parrilla para beber agua caliente y nos abrazamos. Sentí su pico en mi cuerpo, quería saludar, quería acción. Pablo me mira y me dice:
—Que eres rico Benjamin, tu cuerpo y ese pico me encanta. Tu raja es deliciosa.
—Si seguí así vamos a darle a un mañanero —Le digo.
—Démosle, pero aquí mismo, total no hay nadie.
Y nos empezamos a besar, Pablo se agacha para chuparme el pico, pajeaba mi pico y lo chupaba, me corro en su cara y le lanzo la leche en la lengua y en su rostro. Pablo se saborea y se chupa todo lo que puede. Luego es mi turno, me agacho y comienzo a chuparle el pico y con una mano le toco los cachetes y comienzo a dedearle el hoyo mientras le chupo el pico me lanza toda la leche en la boca. Me trago toda su leche y nos volvemos a besar. El agua hierve, igual que nuestros cuerpos.
Nos limpiamos la cara con un poco de toalla de papel y nos ponemos un poleron. A raja pelá. Nos preparamos un café y nos sentamos en la carpa a beber, dejamos las tazas afuera y volvimos a abrazarnos. Nos dormimos de nuevo y despertamos para almorzar.
Terminamos de hacer el asado y fuimos al baño, al volver me dice que está caliente, que quiere hacerlo de nuevo.
—Pablito el insaciable.
—Es que estai rico po Benja.
—Tú igual estay rico po Pablo.
Nos comenzamos a besar dentro de la carpa y lo hicimos de nuevo, me recosté en la carpa y Pablo se sube encima mío, comenzamos a besarnos el cuerpo y Pablo baja una mano hasta mi raja, empieza a tocarme el culo y mete un dedo en mi hoyo, luego dos. Me comienza a follar el culo con sus dedos, mete el tercero y siento que mi culo se abre aún más, ya no había dolor, solo placer. Se pone en posición de metermelo y levanta mis piernas dejándome patitas al hombro, introduce su pene de una; sentí que dolió pero el placer fue mayor; mi culo moría por ese pico grueso y moreno que entraba y salía de mi.
Nuestras respiraciones se agitaron y disfrutamos cada momento de estar culeando, de estar unidos, con su pico en mi interior o con el mío en el suyo. Pablo se agacha un poco y deja caer mis piernas para besarme. Yo siento que su pico se sale y le pido que lo meta de nuevo. Me levanta las piernas y apoya mis pies en sus hombros, tomándome de la cadera en esta ocasión, lo que hizo que las embestidas fueran aún más profundas. Cuando se va cortado, siento que su pene se hinchó y al rato varios pulsos de leche salen en mi interior.
Lo saca y el último moco cae encima de mi guata, lo tomo con una mano y lo utilizo para pajearme, lanzando algunos chorros de leche sobre mi pecho, Pablo se acerca y comienza a succionarlos y se los traga. Nos abrazamos, nos besamos, un beso con sabor a mi leche, Pablo me abraza y nos quedamos mirando la entrada de la carpa.
Al rato nos pusimos ropa y salimos a caminar cerca, aún hacía calor así que cuando encontramos una fuente de agua, no dudamos en lanzarnos. Nos bañamos con un agua súper helada pero era necesario lavar nuestros cuerpos de todo el sexo que habíamos tenido.
Al volver, lo hicimos en pelotas. No había nadie. En la carpa lo hicimos por última vez
Pablo se sentó encima de mí y yo me senté también, lo que provocó que la sensación de penetración fuera mucho más profunda, como mi pene es curvado hacia arriba, se sentía muy profunda la penetración, no duramos nada en esa posición, ambos eyaculamos juntos, en una perfecta sincronía, yo dentro de Pablo y Pablo en mi pecho. Su leche corría por mi abdomen y los gemidos eran intensos.
—Oh weon, hay que hacerlo más seguido así, fue demasiado intenso.
—Pero no duró nada eso si po.
—Sí, pero da lo mismo, lo importante es pasarlo rico.
—Vai a volver con el hoyo partido wn.
—Y más seco que la chucha. Vamos a tener que tomar harta agua para que no nos cachen.
Imagínate nos pidan sexo hoy a la noche y no tengamos nada de leche para ofrecer.
—Jajajaja las weas que pensai —Le digo.
Salimos de la carpa y fuimos a la ducha para bañarnos con agua caliente, al volver ordenamos todo, botamos la carne que nos sobró y guardamos las cosas en la moto. Llegamos a Santiago como a las 21.00 horas.
Desde ese día, una vez al mes, nos arrancamos a estar solos los dos, hemos pasado la noche en diferentes campings, en Santiago y en otros lugares; en Valle del Elqui y en Rapel; En el valle fue maravilloso; la luz de la luna, al lado del río; incluso hemos arrendado departamentos por la noche, pero no es lo mismo que al aire libre.
Seguimos cumpliendo con nuestras esposas pero el placer, lo tenemos entre compadres. Ya llevamos más de un año haciendo esto y créanme, no estoy en absoluto arrepentido; Pablo tampoco.
Este fin de semana, nos toca.
REVISADO POR STOLER
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!