Despedida de soltero – Parte VI
- Despedida de soltero – Parte I
- Despedida de soltero – Parte II: Desenfrenados
- Despedida de soltero – Parte III: Tres para uno
- Despedida de soltero – Parte IV: El matri (1)
- Despedida de soltero – Parte V
- Despedida de soltero – Parte VI
- Despedida de soltero – Parte VII
- Despedida de Soltero VIII
- Despedida de soltero IX
- Despedida de soltero X
- Despedida de soltero XI
- Despedida de soltero XII

Llegué al trabajo de forma habitual, pero estaba un poco distraído, lo vivido durante el fin de semana anterior me tenía en otro planeta, pero más allá de lo vivido, fue lo que sentí y experimenté con el uso de las pastillas recomendadas. Me preguntaba qué pasaría si las siguiera usando, también está el tema con mi primo y el porqué me sentía tan bien en sus brazos y para qué hablar de la irrupción de Alex nuevamente en mi vida. Miré el teléfono y no había notificación alguna y vino a mi mente el recuerdo de esa primera noche con él.
Me dejo caer en la que creía era su cama (no la conocía anteriormente) y quedé acostado mirándolo, tenía un cuerpo maravilloso, y ahora sí podía mirarlo con detención sin tener que verlo a escondidas cuando tenía la oportunidad, mis ojos se deleitaban conociendo cada centímetro de su piel, cada músculo, no era musculoso pero si se notaba trabajado, sus brazos fuertes, unos pectorales en donde resaltan las tetillas mas hermosas que hubiese visto, no tenía un abdomen marcado pero sí plano, que terminaba en una mota de vello púbico que adornaba aquel pene que me había llenado muy adentro, unas piernas tonificadas que me daban ganas de pasar mi lengua para recorrerlas por todos lados, y me dice:
-¿Te gusta lo que ves?.
-Para ser honesto, no solo me gusta, me tienes extasiado, quiero recorrerte completo con mis labios y mi lengua- dije mientras una sonrisa pícara se dibujó en sus labios.
-¿Sabes qué?, lo que pasó recién fue algo de caliente, ahora te voy a hacer realmente mío.
Dicho esto se agachó para quedar sobre mí, abrí un poco mis piernas para quedar con sus piernas entre las mías, acercó su nariz a la mía y me miraba intensamente a los ojos, sin decir nada, solo se escuchaba el sonido de nuestra respiración, se acerca más hasta casi rozar nuestros labios, yo abrí un poco los míos esperando a ver qué hacía. La tensión sexual era mucha y ninguno cedía a besar al otro, una de sus manos se puso detrás de mi cabeza y me empujó a sus labios, no me resistí y nos besamos, fue un beso largo, en principio suave y solo contacto de labios, pero no me aguanté e hice que me diera su lengua. Uff, ha sido uno de los mejores besos que me habían dado hasta ese momento. Una de sus manos recorría los espacios de piel de mi cuerpo que quedaban libres, yo tocaba su espalda, acariciando, conociendo su piel, declarando como mi territorio, aunque fuera solo por esa noche.
Separamos nuestros labios y me besó el cuello, me estremecí al sentir su lengua que recorría desde el cuello hasta lamer mi tetilla, le daba pequeños mordiscos, pero estaban deliciosos, podia sentir otra vez su pene erecto al 100%, queria tenerlo en mi boca, saborearlo todo, pero la posición no me dejaba moverme mucho. Volvía a besarme en los labios, me tenía atrapado bajo él y yo no quería que me soltara, toma mis piernas y las levanta y las lleva hacia mi cabeza, quedé con mi hoyito al aire, olía a su semen. Escupió mi hoyito y acercó su glande para introducirlo en mí, yo ya estaba dilatado y con su semen en mi interior, así que entró sin esfuerzo y todo de una sola vez. Cuando estuvo todo dentro, me besó nuevamente, nuestros cuerpos estaban conectados por los lugares más sensibles.
Siento que comienza a follarme, pero esta vez era distinto a hace un momento, o yo lo sentía diferente no lo sé, pero ya no era como ese animal que me poseyó (aunque no me disgusta), ahora somos dos personas conociendo sus cuerpos entregados al placer, el seguía con sus movimientos pélvicos, entrando y saliendo de mí. Con una de sus manos tomó mi pene y comenzó a pajearme, no sé cómo ni porqué pero me sentía entregado totalmente, la profundidad de su culiada me hacía ver las estrellas, mis tetillas estaban durísimas y él las lamía y las mordía. Alex iba aumentando la velocidad y la intensidad yo ya no podía estar muy silencioso, mis gemidos y respiración eran más fuertes, no quería que parara, solo quería tenerlo dentro de mí, que me hiciera suyo, a mis gemidos él preguntó:
-¿Te gusta?.
-Sí, sigue no pares, dámelo todo.
-¿Y qué quieres que te de?.
-Tu pico, lo quiero todo adentro, no pares, quiero que sigas hasta que me dejes todo tu semen dentro de mí.
-Para allá voy, déjame sentirte un poco más, quiero sentir como me la aprietas, se siente rico tu culo, mejor que una mina y lo más rico es que lo aguantas todo.
-Sí, sigue así, no lo saques, te quiero todo para mí.
-Lo tendrás todo- dijo.
Nuestros cuerpos poseídos por el placer, al roce de la piel, de los besos y caricias, mezclados con el sudor, el calor corporal, jadeantes, se olvidaban del resto del mundo, estaban cayendo en una vorágine vertiginosa que no sabrían en qué iba a terminar, solo nos disfrutamos esa noche sin preocupaciones.
-Ohhh, Dios, esto es riquísimo, no quiero sacarlo.
-No lo hagas, no lo saques, hazme lo que quieras, soy todo tuyo.
-¿Eres mío?- preguntó.
-Sí, soy todo tuyo.
-Yo lo mío lo quiero solo para mí.
-Sí, soy tuyo, hazme tuyo.
-Eso quería escuchar, te dije que te iba a hacer mio- y me besa en los labios, un beso que sellaría un pacto que no distinguíamos en ese minuto, solo nuestros cuerpos que seguían bailando al ritmo de la pasión y el éxtasis, que aumentaba en velocidad, junto con nuestros pulsos. El bombeo de su pene en mí era más intenso y rápido, y me dice:
-No aguantaré mucho más, pero no quiero acabar aún, quiero seguir dentro tuyo.
-Déjate ir, podemos seguir más rato, hazme lo que quieras.
Sus movimientos eran más rápidos e intensos y su pico se sentia mas grande, señal que ya estaba por acabar, tomé mi pene y comencé a pajearme, yo estaba a punto de acabar igual y me dice «ahí viene» y con una metida profunda deja salir su semen en un orgasmo profundo. Podía sentir como su pene se contraía con cada descarga de semen dentro de mí y yo con un movimiento de mis manos acabé en mi abdomen cuando Alex aún estaba en el éxtasis de su orgasmo, apreté mi ano y parece que eso le gustó ya que se rió cuando lo hice y ahí nos besamos, pegoteados con mi semen y el aún dentro de mí.
Sacó su pico y se acostó a mi lado, pasó su brazo por debajo de mi cabeza y me atrajo a él, quedé de lado con mi cabeza en su pecho y mi brazo pasando sobre su abdomen, lo último que sentí antes de dormirme fue un beso que me dio en la cabeza. Un rayo de luz me pegaba en mis ojos lo que me hizo despertar, seguíamos en la misma posición, abrí los ojos y vi que su pene estaba completamente duro, tendré que cumplir lo que dije, ¿él querrá o habrá sido solo algo de una noche pasajera?. Un compañero de trabajo me habló para preguntarme algo del trabajo, le respondí y vi el teléfono, tenía varios mensajes, de mi cuñado, mi primo y un «Hola» de Alex.
🔥 ÚNETE A NUESTROS CANALES DE TELEGRAM 🔥
Recibe los mejores relatos directamente en tu celular
IR AL CANAL DE TELEGRAM
3 Comentarios
Anónimo
diciembre 14, 2024 a las 7:27 amBuu paso de una historia morbosa y hot a una penca de amor
Anónimo
diciembre 16, 2024 a las 12:03 amsgte parte porfa uu
Anónimo
diciembre 18, 2024 a las 7:40 amPucha se desvió mucho la historia y estaba tan buena