El Barraza y las duchas – Parte III: Final
1000 disculpas por no terminar a tiempo.
Como había escrito anteriormente, después de ese sexo express en el camarín con el Barraza, no pasó nada más, salvo contadas ocasiones que de calentura por instantes de soledad nos terciamos y pude volver a hacerle un oral o que me diera un buen agarrón de culo. Pero nada más.
Con el tiempo pasó más de un año y empecé a postular a otros trabajos para un mejor sueldo, y se dio la oportunidad y nuevamente me retiré de esa empresa, pero esta vez de forma distinta, con una despedida, un asado de compañeros en mi casa.
En aquel entonces vivía con mis viejos y en esa fecha ellos no estarían en casa y me dieron permiso de hacer el asado de despedida sin mayor problema, invité a los cercanos y compartimos un carrete piola.
Entre los invitados estaba mi compadre.
Al ir cayendo la noche, varios se fueron yendo y cuento corto se quedó al último el Barraza, a nadie le extrañó, pues para efecto de pega éramos los mejores amigos.
-Si te quieres quedar, no hay drama ….
-Vale Marquito.
-¿Vai’ a seguir tomando? .-le pregunté.
-No, ya estoy listo ya, me pongo económico.
-Vamos pa’ entro entonces….
No estaba ebrio, pero creo que comprendió para dónde iba la cosa.
Mi cama era de 2 plazas… apenas entramos, me quité la ropa quedando en slip y lo invité acostarse, él hizo lo mismo, dicho sea de paso, era invierno.
-¿Y la mujer no te puso drama por quedarte?.
-No, tranqui, cero drama.
Para aquel entonces, a ella nunca la conocí pero ella sí sabía quien era yo y por lo que supe me tenia «considerado» como un buen amigo de su pareja.
Se acostó y me puse a su lado y empecé a tocarlo y acariciarlo en sus tetillas, él se dejaba no más, y empecé a bajar y le quité el boxer, no estaba total erecto, pero me lo metí en la boca y sentí como se endurecía, mientras con mis manos iba acariciándolo y de paso quitándome el slip también hasta que empecé a subir por su cuerpo besándolo y quedando abrazado a su cuello y él con su pico ahora sí bien erecto punteándome atrás.
-Ahora sí que esta va a ser la última wuashito.
En días de trabajo, él como amigo sabía más detalles de mi partida y que además el cambio también sería de ciudad.
Le puse un condón y empezó a penetrarme con algo de dolor esta vez a diferencia de las otras… pero con la escasa luz, creo que aquello… ese juego a lo brusco, de dolor y control estando encima de él, le gustó y lo ponía loco… me afirmó de la cintura y empecé a cabalgar a mi potro. Después, en esa misma pose sin que me lo sacara, me empujo hacia atrás y quedando con las piernas abiertas y él encima a lo misionero. – mi pose favorita- bajando y subiendo el ritmo a mi antojo, luego fuimos improvisando algunas otras hasta que sentí que ya se iba a venir.
-¿Vai’ acabar? le pregunté.
-Estoy casi…
Apenas me dijo aquello me salí y con mi mano apreté la base de su pene, no quería que se terminara aún.
-¿Punteame un ratito?.
Nuestros encuentros siempre fueron en la tarde, pocas en la noche y nunca con quedada, y siempre con hora de termino, me puse cucharita y él atrás mio… esta vez sería sin que nadie molestara y sin contra tiempo, en esa pose le pedí un favor, que me tocara abajo, pocas veces lo hacía y si lo hacía era calentura de momento y de forma «casual»… empezó a masturbarme lentamente mientras atrás seguía punteando.
Entre asado chela y cacha….. ya estaba cansado igual, se despegó de mi y se giró hacia su costado quedando con su espalda hacia arriba, de guata.
El Barraza físicamente nunca estuvo mal y ese valle o loma que se formaba entre sus glúteos y columna lo hacía ver bien sexy y empecé hacerle un cariño solo en su espalda.
-¿Te han hecho un masaje?. -le pregunté.
-No, nunca …
-Yo te hago uno !
Ya la confianza estaba al máximo y me puse encima de él con una crema humectante que tenía cerca y dejé a la mano, sentado con las piernas abiertas y quedando culo con culo di inicio a mi masaje mas que chamullado por ese lomo de potro haciéndole cariño en los brazos también… según yo tengo buena mano.
-¿Que tal?.
-Se siente rico.
-Te toca las piernas….
Pasé a bajar con las manos pasando por sus nalgas suave pero rápidamente y empecé con ese masaje improvisado por sus piernas, dedos, en los muslos rozando su glande que quedo mirando hacia abajo, no le pregunté ni dije nada… subiendo ahora me dediqué a manosearle ese culo que también no dejaba de estar weno… blanco con un poco de vello en el ano, mientras estaba en eso agaché mi cabeza para pasarle la lengua por el glande y luego con las manos abrí un poco sus nalgas y me fui con toda la lengua a comerle ese culo que se gastaba, se sorprendió y trató de zafar sin mayor esfuerzo… yo seguía en lo mio… y poniendo mis brazos por abajo de sus muslos para levantarle ese culo y seguir chupándole ese ano virgen y bajando y subiendo por su perineo hasta sus testículos y masturbándolo mientras él se dejaba querer.
-¿Queri’ que te lo ponga? – le pregunté.
-Tai’ ma’ wn, ponte en 4 que me quiero ir cortao’.
Le hice caso sin más drama, me puse en 4 y me lo puso de 1 sin consideración y empezó el que sería su ultimo bombeo, 10 min que empezaron con dolor y se transformaron en placer hasta que sentí esa hinchazón adentro… uds me entenderán… Se acomodó y se puso a dormir.
Al día siguiente despertamos y este ya se estaba yendo a su casa, le ofrecí la ducha y aceptó, nos duchamos juntos como buenos amigos, se arregló y se fue.
Esa fue la ultima vez, definitiva.
Sigue con su mina… y su familia, trabajando donde mismo, sigue igual de guapo, a veces me acuerdo y le dedico una. A veces hablamos, pero nunca tocamos el tema, ya la distancia y el tiempo hicieron lo suyo.
Aunque nunca se sabe.
Saludos.
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