El Celular – Parte II

Cuando despierto, me veo el semen seco entre los pelos de la guata. Se había formado un pelotón duro hasta en los del pecho. Soy bien peludo. El orgasmo había sido tan intenso que me había quedado dormido con la tula afuera y el celular estaba sin batería a unos centímetros de mis manos. Me subo los calzoncillos mientras me siento y un olor a pico y culo me invade. Tenía que bañarme. Dejo cargando el celu, y entro a la ducha. Me miro el pene por un rato. El agua cae por todo mi cuerpo. Cierro los ojos y dispongo mi pajita matutina antes de irme al trabajo. Con el agua calentita pegándome en la tula se me para al instante y con el vaivén de mi mano, escucho que el sonido retumba por las paredes por unos minutos. Mi orgasmo no fue abundante. Uno o dos chorritos muy tímidos de semen salen por mi uretra y que caen directo por donde se va el agua. Increíble que mi orgasmo de la noche anterior fuera mayor al de hoy.

Totalmente desnudo prendo el teléfono, y mientras me seco el pelo, unos mensajes llegan al teléfono.
Otro número desconocido. Veo la hora y era tarde. Solo alcanzaría a dejar mis cosas a la oficina antes de juntarme con el pendejito a dejarle el teléfono. Me intrigaba saber quién hablaba ahora, pero debía llegar pronto, por lo que me visto lo más rápido que puedo. Ya en el paradero saco el celular del weon, y al abrir el último mensaje, una foto de un gran pene tan blanco como la leche y unas venas azules se extiende en mi pantalla. Era un pene descomunal, que sobrepasaba el ombligo y no tenía ningún pelito en sus cocos. Tampoco parecía haberse depilado. Su glande se asomaba muy rosadito y muy brillante. Debo haberme quedado pegado unos segundos mirando ese pico cuando una mano aparece y toma el teléfono. Mi reacción es la de jalar el teléfono hacia abajo sin perderlo de vista haciendo que la mano lo soltara.

-¡¿Qué weá te pasa, hermano?!- una voz conocida me saca del trance. Veo la mano, y luego cachó que es uno de mis vecinos que andaba en una bici chica. No sé si cachó lo que veía pero alcancé a bloquearlo. La tula que se me estaba empezando a parar se puso flácida al toque.
-Anda con cuidado, weón. Sino fuerai vo, te lo hubiera quitado- me dice una voz conocida. Era Pedro, uno de mis vecinos flaites.

Andaba en una bicicleta que le quedaba más chica, y con un gorro ocultaba su cara cachetona y unos ojos azules. En el brazo tenía un tatuaje de un diseño extraño con diamantes por todos lados y que le llegaban hasta el antebrazo de su gran mano. Pedro era dos veces yo en contextura. Me saluda con un apretón mientras me mira con una intención que no logro entender.

-Y en qué estabai tan metido?- me mira con curiosidad. Yo atino a desviarle la mirada esperando que no haya visto nada.
-No andí sapeando, weon- me río y me guardo el celular -Voy a juntarme con una loquita-
-Wena hermano. Le estabas mandando nudes por eso entonces- Pedro ríe también -Yo también lo hago, y se pasa bien, weón-

El loco se sube a la pequeña bicicleta y se retira, sin antes hacerme un gesto para que golpeemos nuestros puños. Veo hacia mi paradero y la micro viene llegando. Lo tomo y me siento hasta llegar al trabajo. Dejo mis cosas y salgo disparado al lugar de reunión con el pendejo. No quería llegar tarde para entregar ese celular culiao. Estaba empezando a urgirme porque donde iba viendo la weá, me cachó Pedro.Paso al baño a mear, y le pego otra mirada al celular. Lo desbloqueo y me aparece la foto del pico blanco largo. Como que me dan ganas de cagar y me siento, mientras paso las fotos de ese chat. Este loquito no se había juntado con el dueño del teléfono. Parece que habían intentado coordinar pero el dueño del teléfono respondía después, o el del chat le mandaba audios que tampoco le respondían. Se escribían cosas sucias como que cuando se juntaran se la harían a mano cambiada, o que el del chat estaba dispuesto a probar ser penetrado. Noté que el del chat era un heterocurioso que buscaba probar con alguien de confianza, y el dueño del celular le intentaba hacer la segunda pero siempre fallaba algo.

En eso veo un vídeo en que el loco del chat se pone el celular a la altura de los muslos y se ve a sí mismo bajándose un pantalón de buzo de la U. El loco tenía un gorro que le tapaba una parte de la cara, y la forma de su pene hacia que cuando se subia y bajaba el forro del pico le tapaba la cara completa. Las venas azules de los costados de su tula y la luz que le pegaba a su piel se comienzan a hinchar, y con una de sus manos se toca sus coquitos con poco vello; y noto una weá conocida. En el antebrazo de la mano con la que intentaba masajearse sus huevos, un tatuaje con un diseño extraño y unos diamantes por todas partes. Su mano levanta sus testículos, y con un dedo los recorre mientras se abre de piernas. Su dedo pasa hasta su ano, que tenía contados pelos, y girándolo suavemente, como masajeándolo, se lo introduce. Fue solo el roce, pero su miembro escupió tal cantidad de leche que uno de los chorros le cara.Este se mueve para agarrar un trozo de un comfort que tenía cerca, se saca el gorro y se limpia la cara. Era Pedro.

Toma otro trozo de papel y se limpia la cabecita, dándose cuenta que varios chorritos estaban esparcidos por el tronco de su pene que se limpia. Mira a la cámara del celular sacando la lengua con cara de malicia, y con su tula aún dura se la golpea en el ombligo, como diciendo que aquí estaba el trozo de carne que tanto quería. El vídeo deja reproducirse, y mi pene estaba muy lubricado. Había visto el vídeo entero. Qué mierda me estaba pasando. Veo la hora y estaba atrasado. Me miro el pico un momento, y con erección y todo me lo arreglo para salir. Vuelvo a mirar el celular y tenía mensajes del pendejo preguntándome si podíamos juntarnos después. Su padre lo estaba vigilando y quería evitar problemas. Le escribo que si, pero mientras antes mejor. Le explico que este celular tiene mucho contenido porno y que puede generar muchos más problemas de los que ya hay. Y ahora, sabiendo que mi vecino flaite Pedro le mandaba vídeos así al dueño del teléfono, me hacía preguntar qué otras vidas tenían escondidas los chats.